(Se recomienda leer después de Hasta que las estrellas dejen de brillar pero no es necesario para entender la historia).
Cualquiera que ve a Allan White piensa que su vida es perfecta y que no hay dolor en su corazón, pero la verdad es que solo fin...
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El lunes la librería está tranquila. Bueno, usualmente está tranquila pero ese día lo está aún más.
Bill me dijo que podía ir a casa si quería pero la verdad es que me gusta estar aquí. Me gusta el aroma a los libros, la tranquilidad y su compañía. He comenzado a descubrir que, a pesar de ser poco hablador, es un hombre agradable. Ríe poco pero cuando lo hace es con ganas, te invita a reír con él.
—¿No tienes tarea o algo que hacer? —me pregunta mientras guardamos unos libros que llegaron hace poco.
—No. Me mandaron a leer un libro pero como ya lo leí no me preocupa.
Sus cejas se levantan.
—¿Qué estudias?
—Letras.
Eso hace que una sonrisa se forme en sus labios.
—Eso explica el amor por los libros.
—Sí, supongo. Mi hermano Marcos solía leerme cuando era pequeña. Harry Potter. Y cuando crecí comencé a ir a la biblioteca cerca de mi casa a pedir otros libros. Los leíamos cada noche antes de ir a dormir.
—¿Y tu madre?
Aprieto los labios.
—Estaba… ocupada. Tengo otro hermano, Federico. Mi madre y mi padre solían estar ocupados con él. —La lástima en sus ojos forma un nudo en mi garganta—. Pero está bien. En serio. Marcos y yo nos teníamos el uno al otro. Somos mellizos así que…
—¿Mellizos? Eso es… genial. Yo también tengo un hermano mellizo.
—Wow, no suelo encontrarme con muchos mellizos.
Bill suelta una risa suave.
—Sí, es difícil. Aunque en mi familia es algo común. La mayoría de los embarazos terminan en mellizos.
—¿Tú tuviste?
Algo en sus ojos se vuelve lejano.
—No, yo no… yo no tengo hijos.
—Oh, lo siento.
—No, está bien. Soy feliz con mi librería y mi perro. ¿Te conté que tengo un perro? Se llama Rudolph.
—¿Rudolph? —Rio.
Él me imita.
—Es un buen nombre, ¿no? Lo encontré solo una navidad hace varios años. Desde entonces ha sido Rudolph y ha estado conmigo.
—Siempre quise tener un perro.
—Tal vez podrías venir uno de estos días y jugar con él. Adora conocer gente nueva.