CAPÍTULO 21

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Donghae estaba en la enfermería de la escuela, el doctor al momento de examinarlo, le preguntó con quién se había peleado, a lo que Donghae sólo contestó que por accidente chocó con una puerta. El doctor incrédulo solo le dijo los cuidados que debe tomar y Donghae salió camino al salón de Historia.

En cuanto llegó, sentía las miradas de todos, incluída la del maestro.

Donghae ¿Qué te pasó? — Le preguntó el maestro.

Solo choqué con una puerta — Contestó Donghae frustrado a lo que los demás rieron.

Guarden silencio — Ordenó el maestro — Bueno, espero que aquí no se vaya a golpear con una mesa — Decía el maestro con sarcasmo.

Donghae rodó los ojos y se sentó en su lugar habitual. El maestro pasó lista y cuando llegó al nombre de Daniela, decidió preguntarle a Donghae la razón de su tercera ausencia.

Donghae ¿Por qué su novia no ha venido?

Éste se puso nervioso ante la pregunta.

Yo... — Quería contestar que estaba afuera... pero fue interrumpido y en su lugar habló Eunhyuk —

¿Por qué no le dices la verdad? Profesor, perdone, hace rato la vi, junto con Kyuhyun, pero se fueron de la escuela. A mi perspectiva, no querían entrar a clases... ¿Cierto chicos? — Los demás asintieron —

Bueno, pues díganles que conmigo están reprobados... — Dijo el maestro de manera seria.

Donghae, una vez más, a pesar de estar furioso con ella, se preguntó por qué Daniela no había entrado a clases.

Mientras tanto, Daniela estaba en su casa, Kyuhyun la había acompañado y después se fue.

Se encontraba en su habitación, preparando una de sus dos maletas para el viaje. Nunca había pensado que aceptaría este viaje. Al principio se le hacía una locura, nunca se imaginó vivir fuera del país, prácticamente vivió en Corea desde que nació, pero, bajo las circunstancias en la que se encontraba, era necesario ya no vivir más ahí.

En eso, notó una foto que estaba encima de su mesita de noche. Esa foto era con Donghae en su primera cita. Aún conservaba esa foto, con la esperanza de que se reconciliaran, pero nada de eso pasó, así que tomó valor para tomar la foto, la contempló por un momento y no pudo evitar que se le escaparan unas lágrimas, era inevitable. Como desearía que nada malo hubiera pasado. Inhaló profundamente, cerró los ojos y simplemente dejó caer la foto en el cesto de basura.

Cuando el porta retratos cayó, Daniela abrió los ojos y se sentó de golpe en el borde de su cama. Por fin había podido soltar ese recuerdo, no fue fácil, pero sabía que no era imposible superar lo ocurrido.

Inhaló nuevamente y se levantó en busca de más cosas que Donghae le había dado durante su relación.

Cartas, fueron destruidas. Peluches, fueron destrozados. Daniela acomodó los restos de todo eso en una bolsa grande de basura y la puso atrás de su casa.

Volvió a su cuarto y vio que en su escritorio había una caja de joyas. La abrió y recordó que Donghae le había dado unas pulseras de plata y unos aretes de oro. Daniela los tomó y pensó en tirarlos, pero reflexionó y decidió que lo mejor era venderlos a una casa de empeño. Después de revisar su cuarto y cerciorarse de que no hubiera nada de Donghae, pudo relajarse un poco más. Si a él no le importaba ella, pues ella ya no le importaba Donghae.

Mientras tanto, en el receso de la escuela, todos estaban reunidos en la cafetería.

Entonces... ¿Cuándo podemos empezar a salir? — Melanie le preguntaba a Donghae, pero este la ignoró por completo —

¡MALDICIÓN DONGHAE, CRÉEME!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora