CAPÍTULO 25

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Por fin llegaron a la sala de juntas, cuando abrieron la puerta, las personas que estaban adentro se levantaron e hicieron reverencia.

Buenos días a todos. Es un placer que estén aquí. Aprovechamos para presentar oficialmente a nuestra hija. Daniela, quien trabajará con nosotros a partir de este momento, pasa por favor. — Indicó el padre —

Daniela entró y vio a todos los presentes y les sonrió.

Buenos días a todos. Mi nombre es Daniela, es un placer conocerlos — Todos los presentes aceptaron su saludo y aplaudieron —

Tomen asiento por favor — indicó la madre.

Los demás se sentaron y los padres de Daniela y ella caminaron hacia enfrente de la sala.

Hija, queremos presentarte al señor "Kim", dueño de la agencia que va a trabajar junto con nosotros. — El señor antes mencionado se levantó y saludó a Daniela con mucha cortesía. Daniela hizo lo mismo.

Es un placer conocerla

En eso, un joven que estaba a lado del señor Kim se paró igual y mostró su sonrisa. Daniela sonrió tímidamente pues el chico era muy atractivo. Sus ojos eran profundos y Daniela no despegó su mirada de esos bellos ojos, se acomodó su saco y el señor Kim lo presentó.

Él es mi hijo, Kim Jaejoong

Buenos días Jaejoong. Es un placer conocerte — Dijo Daniela estirando su mano —

El placer es mío, Daniela — Jaejoong estiró su brazo para corresponder el saludo de mano. Sonrió tímidamente y Jaejoong sonrió de la misma manera.

Después de esto, Daniela fue presentada a todos los directivos y colaboradores de la empresa para después continuar con la junta de bienvenida.

Al terminar ésta, Daniela acompañó a su padre ya que éste quería mostrarle su nueva oficina.

Daniela quedó sorprendida al ver que su ahora oficina, era del mismo tamaño que la de sus papás. Tenía una mejor vista hacia el Big Ben, cortinas color azul claro, un escritorio negro con toques cafés muy elegante. También tenía un librero enorme, que poco a poco llenaría con sus libros favoritos. A su izquierda, también se encontraba un sillón color negro muy elegante junto con una mesa de centro con un gran ramo de flores. Obvio, dado por sus padres.

Daniela emocionada y agradecida, abrazó a su padre y este le indicó que tenía que checar algunos documentos que estaban en el escritorio y que tenía que mandar algunas cosas por correo. Fue ahí donde recordó lo de cambiar todas sus redes.

Padre... Tengo que decirte algo... Lo que pasa es que... Tuve un incidente con mi teléfono móvil anoche y perdí casi toda mi información. Desafortunadamente ya no pude hacer nada, así que quisiera adquirir un número de aquí de Londres — Explicaba la chica

No sé qué pasó con tu teléfono, pero al parecer ya no tiene remedio. De todas maneras te iba a dar este... — El padre caminó hacia el escritorio y de uno de los cajones, sacó una caja de un celular nuevo — Es para ti, puedes usarlo para tu vida personal, como para cosas del trabajo... Pero esta vez... Cuídalo ¿De acuerdo?

Daniela corrió a abrazar a su padre.

Lo haré padre. Lo prometo.... Aparte, quisiera poner otro correo para el trabajo y dar de baja el otro...

—- Bien. En cuanto tengas todo actualizado, me dices para notificar a los demás que estarán en contacto contigo a partir de este momento.

¡MALDICIÓN DONGHAE, CRÉEME!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora