❥︎Parte 13

1.7K 189 12
                                    

Ese día Yoongi cumplía los dieciocho, los tan ansiados dieciocho que lleva mencionando con tanta emoción desde que tiene catorce por lo que conllevaba cumplirlos.

Ahora, aquel día que se suponía debía de ser el más feliz por ser el inicio de una nueva etapa en su vida, se había convertido en un día común que no tenía ganas de mencionar. Sabía que su madre entraría nada más el sol saliera a su habitación para cantar con emoción alguna canción típica de cumpleaños y despertarlo de manera escandalosa, pero en su cuerpo no sentía ganas de tener una fiesta y saludar a todo todo mundo como si se encontrara feliz.

Era un sentimiento raro, como si no supiera a dónde caminar a partir de allí; la incertidumbre se había plantado en su pecho dispuesta a crecer.

Así que decidió alejarse un momento de todo; despertó temprano, más que nunca, eran a penas las cinco de la mañana cuando se dio una ducha rápida y tomó su teléfono y audífonos para ir a caminar.

Cuando empezó el gimnasio dos años atrás junto a Jin y Hoseok (Namjoon no quiso ir con ellos porque ya tenía bastante con las clases particulares de inglés y alemán), correr se había vuelto su ejercicio preferido, así es como después de tanto tiempo era capaz de correr a un ritmo bastante activo por más dos horas.

Se puso en marcha luego de asegurarse que su cuerpo había entrado en calor caminando por las calles más conocidas del vecindario en el que vivía y se metió en sus pensamientos por casi una hora mientras corría, lo único que necesitaba era saber que no se chocaba con nadie, no a donde ir.

La dirección no le importaba si lograba deshacerse de la atención de sus seres queridos más cercanos.

—Buenos días.—Llamo la atención la una chica que estaba tras el mostrador de la cafetería y ella se giró lentamente a verlo.

Estaba pálida. Yoongi percibió como forzaba lentamente una sonrisa antes de dirigirse hacia él.

—Bu-buenos días, señor. Dígame en que puedo ayudarle.—Era una omega, claramente, sino no estuviera casi temblando por tener a un alfa puro todo sudado frente a ella.

Este tipo de situaciones lo hacían replantearse si estaba bien caminar por ahí con el aroma de su lobo expuesto al público. Al caminar por calles llenas de personas solía llamar demasiado la atención e incluso intimidar a un par de personas  y ni hablar de cuando iba a comer a restaurantes o cafeterías.

Pero al igual que su padre, no consideraba bueno ocultar su condición como si le diera vergüenza, además, servía bastante a la hora de si habían problemas cerca y quería la atención o el respeto de alguien.

Y en el tema de las conquistas, en el colegio solían decirle que su aroma lo hacía todo mucho más sexy, así que no tenía una razón en contra mayor que esa para atreverse a ocultar su aroma.

—Quiero un caramel macchiato con una cucharada de azúcar y crema.—Le dijo de lo más tranquilo, incluso le dio una pequeña sonrisa, pero ella seguía un poco nerviosa.

—Sí, señor. Deme un par de minutos.—Y se retiró, dejando a Yoongi solo en la barra.

No había mucha más gente en la cafetería, a penas el recojo sonaba señalando que eran las siete de la mañana.

La primera llamada hizo vibrar el teléfono en sus manos y el nombre de su madre brilló en la pantalla. La ignoró, esa y las siguientes seis que entraron durante el tiempo que estuvo esperando su café.

Luego comenzaron las de su padre, luego Namjoon e incluso pudo ver algunas de Taehyung, quizás solo intentaban localizarlo de manera desesperada y por eso su número se había corrido hasta las manos de su padrastro; supo quien era por la foto tan ridícula de su auto que tenía como foto de perfil en WhatsApp. Al rato ya tenía llamadas de Seokjin, Hoseok y Jeno; pensó en contestarle a este último, pero tampoco tenía ganas de recibir miles de preguntas sobre cómo estaba, teniendo en cuenta que no le ha contestado las llamadas en la última semana.

Be My Omega| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora