Jimin tocó el timbre de la gran casa cargado de nerviosismo, esperando por una respuesta mientras sostenía en sus manos una pequeña caja que cambiaba de mano cada tantos segundos.
—Jimin.—Yoonsik sonrió en cuanto abrió la puerta y el omega se sintió tranquilo de que no haya sido Yoongi. Quería verlo, pero los nervios lo estaban traicionado.
¿Qué le diría? ¿Qué haría?
Te amo. Besarlo. Rodó los ojos internamente ante la aparición de su queridísimo lobo, quien estaba a punto de llevarlo a la ruina.
O a un psiquiátrico.
—Hola, hyung.—Saludó, luciendo nervioso.—Es mi día libre, no pude venir antes.
—No es nada, que vengas es muy importante.—Se hizo a un lado.—Pasa.
—Gracias.—Se quitó los zapatos en la entrada y siguió al mayor, encontrándose con su mejor amigo sentado en la isla de la cocina, sonrió al instante.
—Voy arriba por Yoongi.—Yoonsik desapareció por la escalera y Jimin se acercó corriendo a su amigo.
—Durmieron juntos.—Dijo, como si fuera la mejor noticia del mundo y Taehyung lo mandó a callar nervioso.
—No dormimos juntos, vine hace unas horas.—Aclaró. Jimin lució decepcionado.—Está aún pendiente su conversación con Yoongi y no queremos... empeorar las cosas con mi presencia.
—¿Aún sigue molesto? Ha pasado ya un tiempo.—Rodó los ojos y se relajó en la silla.
—Actúa como si no hubiera pasado nada y no me mira a la cara.—Soltó todo el aire retenido y sonrió un poco.—Quiero pensar que es porque es la primera vez que su padre tiene pareja desde que se divorció de su madre y se siente raro. No que me odia.
—Está raro en general—Pensó entonces.—Pensé que si tenía mi número me llamaría, pero solo sé de él lo que tu me cuentas.—Se quejó.—Me preocupa.
—Si te preocupa a ti, imagina cómo está Yoonsik.—Señaló la puerta y dio la casualidad que el alfa venía entrando.
Jimin se puso recto y sonrió, esperando ver al alfa menor pero recibiendo una expresión avergonzada de Yoonsik.
Jimin estaba tratando de llegar a Yoongi, estaba tratando de conocerlo y quizás hablar de lo que el menor sentía para llegar a entenderlo, pero Yoongi no se lo estaba poniendo fácil.
El día de su cumpleaños no quiso ver a nadie más que a sus amigos para pasarse el día jugando videojuegos y los días siguientes un poco más de lo mismo. No obtuvo noticias de él hasta que Tae le dijo emocionado que lo había saludado por primera vez desde que sabe sobre la relación con su padre un día que llegó mientras cenaban, pero nada más.
Entiende que está ocupado con los papeleos de la universidad y tratando de torturarlo o algo así con su indiferencia, pero jamás habían pasado más de una semana sin verse, con un café en las manos y unas cuentas quejas de sus vidas. Ahora había cierto vacío en sus horas libres.
Le había costado aceptar que el menor era su alfa, le había costado mucho más permitirse a sí mismo ir y conocerlo a ver qué pasaba, todo para que ahora el menor huyera.
—No está.—Se frotó el rostro con cierta inquietud.—Estoy empezando a odiar que aparezca y desaparezca cuando quiere sin avisarle a nadie.
—Tranquilo, seguro está con los chicos, voy a llamar a Nam.—Le dio un beso en la mejilla al mayor y salió a buscar su teléfono.
—Está siendo difícil.—Comentó en voz alta y el alfa asintió.
—Ha dejado claro que necesita espacio y no quiere preguntas, tenías que ver la cara de su madre.—Rió un poco.—Sé que solo está aquí porque no aguanta al novio de Daejin hablar sobre cuanto tiempo pasa en su habitación.
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Be My Omega| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSE
FanfictionYoongi nunca había considerado la edad como un impedimento para mantener una relación con alguien, pensaba que ocho años de diferencia no era algo que debía de separar a una pareja. Y no porque se lo hayan enseñado sus padres o lo haya visto toda s...