❥︎Parte 23

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El día empezó demasiado bien para ser real. De hecho, Yoongi comenzaba a creer que estaba soñando y había viajado a su realidad deseada o algo así.

Empezando porque ha despertado junto a Jimin. Lucía tan tierno y tranquilo desde sus ojos que, a pesar de que su barriga había empezado a rugir por comida, no era capaz de levantarse solo por no despertarlo y mirarlo un ratito más.

No sabe en qué momento se dio la vuelta durante la noche, pero Jimin no lo soltó en ningún momento, ni siquiera cuando se puso boca arriba, Jimin se aferró a él como un coala y ahora tenía medio cuerpo encima de Yoongi.

El alfa estaba encantado con eso, podía ver su rostro en completo sereno, olerlo así de cerca debería ser muy parecido a tocar el cielo, y ese puchero en sus labios por tener la cara aplastada contra su pecho era lo más bonito del día.

Quería besarlo hasta desgastarse los labios, quería sentirlo más cerca; más que sus piernas sobre la parte baja de su estómago o su brazo apretando con fuerza su pecho.

Simepre fue ateo, su familia lo ha sido siempre y de alguna manera ha llegado hasta él, pero podía decir con sinceridad que Jimin lo hacía creer que había algún tipo de fuerza superior que los juntó para estar permanecer así de por vida.

O al menos para hacer que Jimin lo quisiera.

Suspiró, perdido en el rostro del mayor sintiéndose como un completo acosador por tener un buen rato viéndolo sin intentar volver a dormir de nuevo o pararse de alli para prepararle un buen desayuno a su omega, pero es que era adictivo.

¿Estaría mal si lo despierta con besos?

Quizás sí, así que se conformó con tocar su pelo rubio, sintiéndolo suave bajo sus dedos, acariciar su espalda suavemente, como si tratara de hacerlo dormir, y pasar sus dedos con suma delicadeza por sus mejillas y labios. Igual de esponjosos, igual de lindos.

Se arrepintió de cualquier movimiento cuando Jimin se movió un poco, paró pero luego volvió a moverse, sin soltarlo por supuesto, pero despertando poco a poco sin querer.

Fue hasta el abrió los ojos que Yoongi sonrió ligeramente. Jimin también lo hizo, cerrando los ojos de nuevo mientras se acomodaba mejor sobre el menor.

—Buenos días.—Saludó, con la voz algo tomada.

—Muy buenos.—Contestó, sacándole una rosita al otro.

—¿No te molesté mientras dormía? Suelo moverme mucho.—Yoongi no lo estaba escuchando mucho, solo podía fijarse en como Jimin restregaba su cara contra su pecho.

—Eh... no, claro que no.—Murmuró, algo hipnotizado.—Ni siquiera desperté en la madrugada.

—Perfecto.—Se rascón la nariz y miró a Yoongi, recargando la cabeza en su tórax.—¿Pasa algo?

—No.—Dijo al instante. Estaba sonriendo sin querer y Jimin también lo hacía.—Es que estás muy lindo.

—¿Así?—Señaló su cabello, luciendo risueño.—Debo tener el pelo hecho un nido de pájaros.

—Sí, pero eso te hace más bonito.—Metió sus dedos en el pelo de Jimin y trato de peinarlo un poco, aquella fue una clara señal para Jimin empezar a besarlo.

De nuevo, desde el día anterior no podían besarse de manera tranquila, parecía que fueran a ser pagados por cada beso que les quitara el aliento.

Cada uno ponía muchísimo de su parte para hacer todo aquello mucho más agradable; Yoongi lo besaba con pasión, de manera profunda, pero Jimin lo besaba con fervor, buscando avivar un fuego que crecería en su interior.

Be My Omega| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora