—De pequeño solía caminar por aquí solo.—Confesó, meneando con una cuchara el helado de su tarrina.—Mi papá lo odiaba, pero yo simplemente quería ver las flores por la noche.
—¿Solo?
—Y hacer enojar a mi padre, claro.—Rió un poco.
Notó como la mirada del otro se quedó fija en él mientras seguían el camino alameda, dando algunos pasos sumidos en un silencio que para nada era incómodo, así que lo miró también, esperando que el otro corriera la mirada avergonzado o algo así, pero no lo hizo.
Pretendía intimidar a Yoongi, obtener satisfacción de verlo avergonzado por sus ojos o la cercanía que tomaban mientras comían un helado juntos en aquella bonita noche de verano, pero intuyó que no funcionaba cuando el alfa no apartaba la miradan y a él le empezaban a temblar las piernas.
Era casi una cabeza más alto que él, cosa de la que se quejaría siempre ya que el otro era menor, y por alguna razón, aquello lo hacía ver mucho más intimidante de lo que lucía normalmente.
Eso también lo notó aquel día, al verlo vestir una camisa negra abierta a penas en los primeros botones, junto a un pantalón blanco que apretaba sus piernas formadas por el ejercicio.
Quisiera exagerar al decir que todo el restaurante se giró a verlo cuando llegaron, pero no lo hacía, literalmente todo el mundo le dio su atención por casi un minuto mientras se ubicaban en una mesa para dos.
—A mí también me gusta enojar a mi padre—Dijo, sin dejar sus preciosos ojos, pensando que sería un buen momento para besarlo, pero odiaría tomar más confianza de la que Jimin le otorgaba.—, pero no de mala manera.
—En serio amaría tener con mi padre la misma relación que tienes tú con Yoonsik.—Se rindió al fin, viendo hacia delante y experimentando una rara sensación de pesadez en su estómago que poco le gustaba.
¿Le había caído mal la comida? ¿Se trataba de su lobo? O, cosa que en serio le parecía raro, ¿Eran las famosas mariposas esas? Para empezar a buscar por Google qué tomar para ahogarlas.
—Él en serio pone todo de su parte para que nuestra relación jamás flaquee y nos llevemos como verdaderos mejores amigos.—Siguió comiendo su helado también.
Por un momento pensó que Jimin vio sus intensiones y por eso apartó la mirada, cosa que solo hacía que sus nervios se dispararan aún más.
—Tu padre es maravilloso y eso me hace saber que tú también lo eres.—Dijo, terminando el helado.—Además de que me lo estás demostrando, por supuesto. Eso me encanta.
Levantó la mano y volvió a ver con cariño la pulsera que llevaba puesta. Era de oro, cosa que no era para nada importante, teniendo en cuenta que era un patrón de florecitas moradas, las mismas que Yoongi le regaló la primera vez que se le declaró en el hospital.
—Eso me pone feliz.—Confesó, aguantándose una risa.—Quizás la próxima vez pueda ser algo mejor.
—Sabes que no tienes que regalarme nada.—Ya lo había dicho antes, mientras cenaban.
—Pero quiero hacerlo, quiero llenarte de regalos, que tengas algo mío siempre; una camiseta, la pulsera o que el bálsamo que lleves puesto sea uno que yo te haya regalado.
Su confesión provocó que el latido de ambos corazones tomaran el mismo ritmo, rápido e inquieto, producto de sus palabras y claramente de la emoción de ambos lobos al compartir un momento.
Se ha fijado en que uso bálsamo labial. También pensó, lamiendo sus labios sin siquiera darse cuenta de que aquel gesto que parecía hacer de manera inconsciente cada cierto tiempo, siempre hacía temblar las piernas del alfa.
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Be My Omega| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSE
FanfictionYoongi nunca había considerado la edad como un impedimento para mantener una relación con alguien, pensaba que ocho años de diferencia no era algo que debía de separar a una pareja. Y no porque se lo hayan enseñado sus padres o lo haya visto toda s...