CAPÍTULO XXV

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Pasado

VICTORIA:

Un mes después:

Ya sin los puntos de la herida y con 2 meses de embarazo, ya puedo dejar de hacer reposo pero seguir cuidándome.  Para que este bebé nazca sano y salvo.

En casa haciendo los quehaceres del pequeño hogar que tenemos con Axel.

Lave la ropa, limpie el piso y los muebles, tendi las camas. 

Estaba lavando los platos cuando Axel entró por la puerta, asustandome de repente, provocando que se me cayera un plato. 

-¡No puedo hacer esto!-. Dije alterada.-¡No nací para ser ama de casa!-. Me reposo sobre la mesada,sollozando.

-¡Tranquila !.¿Qué pasó?-. Vino corriendo hacia mi.

-¿No viste?.¡Se me cayó un plato!-.Me levanto y me sentó en la mesas, ya que tenía los pies descalzos.

-¡No te bajes hasta que recoja todo los vidrios!.¡O sino te puedes cortar!.

-¡Yo puedo recogerlo!.

-¡Yo lo haré no te preocupes!-.Terminó de recoger todo y de tirar los vidrios a la basura.-¡Listo!-. Se acercó hasta mí, estando frente a frente.-¿Por qué te pusiste tan mal por un plato roto?.

-¡Porque lo rompí!.

-¡Pero es algo insignificante!.¡Lo material no importa si estas mal!.

-¡Igual perdón por romperlo!.¡Te lo compensaré!.

-¡Está bien!-. Me abrió las piernas con un dedo y se acercó más a mí .-¿Qué dices?.

-¡Creo que no te entiendo!-. Le dije haciéndome la que no entendía nada.

-¿Segura que no entiendes?.

-¡Creo que ya lo sé!. Quieres que te cocine algo.

-¡Si quiero comer!.¡Pero no exactamente comida!. 

-Y entonces ¿qué quieres?.

-¡Quiero comerte a ti!.

-¡Pero no soy comi…-. Me interrumpe con un beso largo y apasionado.

-¡Esa clase de comida quiero!-. Dijo separándose de mis labios y luego volver a besarlo, me levanto, y le rodeé con mis piernas en sus caderas.Él agarrándome de mis nalgas.-¡Ya que no tienes los puntos!.¡Te follare hasta dejarte inconsciente!-. Nos besamos hasta llegar al sofá,  es lo más lejos que podíamos llegar, con esta calentura. Sentía como mi sangre hervía por mis venas y sentía mis mejillas y orejas como se calentaban por el ambiente. Me recosto en el sofá. Y se colocó encima de mí.

Empezó besándome el cuello, mientras con su mano me sacaba el delantal de cocina y luego mi blusa, dejándome con el sostén,  luego continuó con mis short, los aventó lejos.

Luego me quito de un solo tirón la ropa interior,hasta que quede totalmente al descubierto. Se separó y me vio con ojos de lujuria, se notaba en sus ojos el fuego de la pasión.

Sé desvisto,  lo ayudé con su camisa y luego se quitó los pantalones, hasta quedar completamente desnudo. Vi como su gran erección necesitaba descargarse en mi. Al parecer su trabajo lo tenía estresado,y  a mi el labor de la casa.

Volvió a ser explorando con su lengua desde mi cuello hasta mis pechos. Di un pequeño quejido cuando mordió uno de mis pezones. 

Pasó su lengua por mi abdomen , dejándola húmeda. Provocando que me excitar a cada vez más.

Bajo con su lengua hasta llegar a mi sexo. Dándole  un pequeño soplido con sus labios, provocando que el aire caliente que salía de su boca me hizo largar un gemido. 

Introdujo su lengua en mí hasta llegar a mi clítoris, dándome pequeñas golpes con su lengua. 

Cuando le vino en gana se separó. Y continuó besándome en los labios. En un abrir y cerrar de ojos coloco su gran erección que controlaba con su mano izquierda que  entraba y salía con pequeños golpes envolventes,empecé a sentir como sus fluidos corrían por mí, mientras que con su mano derecha masajeaba mis pechos . Axel me hacía sentir amada y a la vez follable.

-¡Te dije que te iba a follar hasta no poder más cuando estuvieras completamente curada tu herida!-. Dijo con la vos agitada, mientras sus gotas de sudor caían sobre mi. Y mi corazón latía como si hubiera corrido una maratón. Estábamos tan sudados, el aire fresco que corría por el apartamento rozaba con mi piel y me provocaba piel de gallina.  Sentí como se venía mi quinto orgasmo.

Axel le pegó un fuerte apretón a mi seno y entró su ereccion abruptamente haciéndome largar un fuerte quejido. 

Después de una hora de  terminar, él se encontraba acostado encima de mi, ninguno de los dos teníamos fuerzas, pero creo que sólo yo era la más débil. Él tenía su cabeza sobre mi abdomen con un oído, como si quisiera escuchar al bebé.

Me dolía la entrepierna, y mis pechos estaban rojos y doloridos, tanto que si me movía el dolor se intensificará.

-¿Por qué nunca crees que te amo tanto como lo digo?.

-¿Qué dices?.¡Claro que te creo!.

-¡Siempre estas  enojada conmigo !.

-¡No es que no te crea!. Pasa que cuando era adolescente me crearon la idea de que nadie podía amarme. 

-¿Quién te dijo esa estupidez?-. Dijo en tono furioso, aunque no le veía la cara, sentía su enojó.

-¡Salma!. ¡Por eso cuando empezamos tú y yo con esto había momento que no me hacía atras porque me hacías sentir querida!. Aunque otras veces sentía que sólo era tu pasatiempo. 

Levantó su cabeza para mirarme desde mi abdomen. Mientras con su dedo dibujaba alrededor de mi pezón un pequeño círculo . -¡Jamás fuiste mi pasatiempo!.¡No voy a negar que amaba y amo tener sexo contigo!. Pero era más que sexo sino es hacer el amor. Tú me enseñaste la diferencia. Y con respecto a Salma, supongo que ella siempre te tuvo envidia. Cuando íbamos al colegio, yo ya te amaba, sólo que nunca te diste cuenta.

-¿Como?.¿Desde que éramos adolescentes?.

-¡Exacto!. Desde que somos jóvenes que te amo. Sólo que no me animaba a decírtelo porque te teorías en mi cara porque éramos primos. 

-¡Quizás también me gustabas algo en ese tiempo!.

-¡Creo que podríamos haber estado juntos desde hace mucho tiempo!.

Prohibido Enamorarme de mi primo [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora