Capitulo 26.

350 20 0
                                    

Repleto. Esa era la palabra que venía a mi mente en el velorio de Susannah, su casa de Boston está repleta de gente que conoció a Susannah y en las que ella iluminó sus vidas, así como la de nosotros.

—Steven, ¿has visto a Conrad?

El negó.

—No lo he visto, quizás esta en las habitaciones de arriba.

—Estoy segura que no ha comido nada, le llevaré un poco de comida.

El asintió y yo llene un plato con comida, antes de subir le lleve uno a mi madre, parecía una momia, no se había movido de el sillón desde que llegamos, subí a la segunda planta y entré a su habitación, en donde lo vi siendo reconfortado por su ex novia Aubrey.

—Oh, estás aquí—llame su atención.

Ambos se voltearon a verme pero él habló;

—t/n—dijo sorprendido.

—Asumí que no habías comido nada, así que te traje un poco de todo, por favor come—me acerqué a ellos y dejé la bandeja en frente de Conrad.

No era del tipo celosa, confiaba al cien en Conrad, aunque me molesto un poco no armaría una escena en el velorio de su madre, no sería correcto.

—Aubrey, ¿te aseguras de que coma? Por favor, yo iré a ver a mi madre, nos vemos en un rato.

—Yo eh... ¿qué?—preguntó mi novio.

Salí de la habitación y baje al primer piso con Conrad siguiéndome, me detuvo en la mesa de comida.

—¿Estás bien?—pregunté mirando la comida—. Si no estás cómodo aquí abajo con toda esta gente ve arriba por favor.

—Lo siento mucho, no quiero que estés molesta conmigo, aunque no fue nada, lo prometo.

Me volteé a verlo—Conrad, no estoy molesta, me alegro de que tengas una amiga que se preocupe por ti.

—¿No estás molesta?—preguntó confundido.

No lo estaba, solo que debería ser yo a la que él recurra, o al menos eso se supone.

—No, no lo estoy porque confío en ti,  pero me gustaría que si estás mal me dijeses a mi, ya sabes, para poder ayudarte.

—Lo siento—se disculpó.

—Conrad, no estoy molesta, no me pidas perdón.

Me abrazó.

—Hey, no te preocupes. 

—Siento que no puedo respirar, me falta el aire.

Sabía que a Conrad le daban crisis de pánico, asumí que le dio una y la primera persona que lo encontró fue Aubrey, al menos lo ayudo.

—Conrad, mírame—lo solté del abrazo y tome su mentón, lo levante a mi vista—. Estás bien, cuenta conmigo.

Con un poco de dificultad, logré que calmara su respiración y se le pasara el miedo de no poder respirar.

—Gracias—volvió a abrazarme.

—Descuida, no es nada.

Una pelea creciente llamó nuestra atención, la de todos los que estaban cerca, en realidad, nos volteamos a ver hacía las escaleras y vimos a Jeremiah pelando con Isabel.

—¿Qué está pasando?—susurró el chico a mi lado—. Eso no se ve nada bien.

Íbamos a intervenir pero Jeremiah intentó agarrar a belly, y con la fuerza que ella hizo para alejarse de él se cayó y salió de la casa hecha un lío.

el verano en que amé. (Conrad Fisher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora