capitulo 17.

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Mi padre había decidido que iríamos al club donde era miembro a pasar el día, no estaba muy convencida pero acepte, de cualquier manera no tenía opción, así que ahora estábamos viendo a mi padre jugar golf con mis hermanos, quienes estaban teniendo el tiempo de sus vidas, verlos así de felices me dio tranquilidad, al menos tienen un buen padre, la barbie plástica estaba en el spa.

—Hey t/n, podríamos ir a jugar basquetbol, ¿no te gustaría? Por los viejos tiempos.

Me voltee a mirarlo sonriente.

—¿Quieres perder contra tú novia?—me reí.

—Amo que tengas la confianza de pensar que vas a ganarme, ¿debo recordarte que soy un excelente jugador? No tendrás oportunidad cariño.

—¿Debo recordarte quien ganó a quien en la feria?—me burlé.

—Tuviste un buen maestro, aún así no vas a ganar esta vez.

—Muero por verte intentarlo Connie.

Nos levantamos de las sillas y caminamos a paso apresurado a la cancha de básquetbol, anotamos nuestros nombres y pudimos jugar sin problemas, Conrad era un tanto competitivo cuando hablábamos de deportes pero yo no me quedaba atrás, así que cuando el juego empezó cada uno se fue directo al ataque, aunque no podíamos evitar reír, éramos dos idiotas jugando.

—¡Ya van catorce!—grité para que el pudiera escucharme desde su lado de la cancha—. ¡te dije que te ganaría!

—¡Aún queda partido cariño!—respondió burlesco—. Todo puede pasar.

Seguíamos peleándonos por el balón hasta que me lo quito de las manos y encestó, el ganó, por un punto.

—¡Sí!—corrió a abrazarme.

—Buen juego Conrad—le devolví el abrazo.

—Quiero mi premio.

Antes de que pudiera preguntarle que quería estampó sus labios contra los míos y me beso, gustosa se lo devolví, ¿Quién no querría besarlo? nos separamos cuando notamos que se nos estaba yendo el aire.

—Debería ganar mas seguido—sonrió.

—Digo lo mismo.

—Nah, no necesito ganar un juego para besarte cuando quiera, tengo cero dudas de eso.

—Eso es obvio, somos pareja baboso—me reí—. Anda Con, veamos que más podemos hacer por aquí.

Caminamos tomados de la mano hasta que llegamos al campo de vóley, ambos nos volteamos a ver por inercia, sin siquiera hablarnos nos pusimos en posición para jugar.

—¡Sí! ¡soy increíble!—pegue unos saltitos, le había ganado.

—Mi novia es increíble.

Paso por debajo de la malla y me envolvió en sus brazos, este día no estaba siendo para nada malo, el lo hacía todo mejor.

—Gracias por acompañarme en esta locura Conrad, me alegro que hayas venido conmigo y que no me dejarás sola.

—No lo haría, estuve meses sin ti, ahora ya no quiero alejarme nunca más.

—Yo tampoco de ti Connie, no quiero volver a estar sin ti.

—No lo harás, estamos juntos y estamos bien, tu me amaste en todas mis facetas y nunca te fuiste o al menos no por decisión propia, tomaste un pedazo de vidrio sabiendo que podías cortarte con el.

—No me arrepiento de nada, somos unos idiotas enamorados, además si lo piensas cumplimos muchos clichés románticos—sonreí.

—¿Cómo cuales?—preguntó sentándose en el suelo llevándome con él.

—Mejores amigos a novios, después del rompimiento a novios otra vez, el cliché de la distancia cuando íbamos a universidades distintas, Uhm, ya no se me ocurren más.

—Somos dignos de un libro de amor entonces.

—Lo somos, sería un libro que leería muchas veces para revivir toda nuestra historia, lo sabes, ¿verdad?—me volteé a mirarlo.

—¿Tu crees que yo no lo haría? Ni existe tal libro y ya esta en mi top uno.

—No sé que cosa hice en mi otra vida para ganarme a un ángel como tú pero bendito sea la deidad que me dio a alguien tan increíble.

—Seguramente eras igual de increíble que ahora.

—Gracias cariño, cambiando de tema. ¿Has hablado con Jere? ¿Qué novedades hay en el otro continente?

—Sí, hablé con el ayer y las cosas están bien, fue a ver a Belly y pues, ya sabes lo que hacen los adolescentes a esa edad, tuvieron un susto pero solo quedó en eso, en cuanto a Steven y Taylor siguen bien, creo que ellos se volvieron mas pegotes desde que nos fuimos de Cousins.

—Como así que mi pequeña cuñada ya no es tan pequeña—fingí sollozar.

—Oh cállate pequeña dramática, ¿Debo recordarte de todas las veces que?...—no lo deje terminar.

—¿Llevas la cuenta?—me burlé—. Estás como Ross en ese episodio de Friends.

—No, ya no puedo llevar la cuenta, pero siempre hay algunos que no se olvidan, como esa vez frente a la chimenea, o esa vez en tu residencia, o...—le tape la boca.

—Ya entendí, demonios. tenemos que aprender a controlar nuestras hormonas.

—Nah, es normal.

—Cállate Conrad.

—Cállame tú.

Me incliné con la intención de besarlo pero nos vimos interrumpidos por mi padre. ¿Y este de donde salió? ¿no estaba jugando golf? Joder, nos arruino el momento.

—Apreciaría si no tuviese que ver sus muestras de afecto en público, así  como se comportan no me sorprendería que salieras embarazada antes de terminar tu carrera.

—¿Qué has dicho? ¿me estas jodiendo?—pregunté molesta—. ¿acaso mis abuelos nunca te dieron la charla de como se hacen los bebés? No se crean con besos y según sé para eso es cuando una abejita quiere mucho a otra y le da su miel, ¿no es así?

—Madura de una vez t/n—respondió serio—. Los vine a buscar porque volveremos a casa.

—¿O sea que puedo volver con mamá a mi casa?—pregunté burlesca—. Ya sabes, casa.

—Te crees una comediante por lo visto, pero no haces gracia, vayan a buscar sus cosas y nos vemos en la entrada.

—Ese idiota pareciera que tiene un palo metido en el culo, no lo soporto.

—Anda amor, no dejes que tu padre te amargue el día, no lo vale.

—Tienes razón, tuve un día grandioso contigo, quiero que se quede así.

—Anda, no hagamos esperar a Rumpelstiltskin, como el duende maligno de "había una vez" la serie que vimos el otro día.

Solté una carcajada a la ocurrencia de Conrad y fuimos caminando entre risas hasta la entrada del club, ellos se fueron en un auto aparte, nosotros hicimos una parada rápida en la heladería y volvimos a uno de los hoyos del infierno, aunque fuimos directo a nuestra habitación.

el verano en que amé. (Conrad Fisher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora