Capitulo 20.

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Lamentablemente Conrad y yo tuvimos que volver a la universidad y estábamos demasiado ocupados, no nos habíamos visto en dos semanas y solo nos contactamos por mensajes, intentaba mantenerme optimista pero era difícil cuando estaba acostumbrada a verlo casi a diario.

Ahora estoy con Emma en mi habitación analizando un caso en materia penal, tenemos que entregarlo mañana, con algo de suerte lograré distraerme un poco.

—¿Estás bien?—me preguntó Emma.

—Lo estoy—asentí—. Es solo que no he visto a mi novio en unos días y lo extraño un poco.

—Soy familiar con ese sentimiento, ¿Qué estudia el?

—Conrad estudia medicina y como estamos en época de exámenes él necesita concentrarse y yo también.

—Es un poco difícil verse a diario con tu pareja cuando ambos están muy ocupados intentando salvar sus carreras.

—Lo sé, en fin. Disculpa por desviarme del caso, pondré mi atención en eso.

—No te preocupes, es solo que te vi un poco triste y se que aún no somos tan cercanas ni nada pero puedes confiar en mi.

—Gracias Emma, tú también puedes confiar en mi, aunque dudo que tengas ese problema con tu novia, ella vive en los dormitorios igual que nosotras.

—Y eso es una ventaja—subió y bajó su ceja.

—Quien pudiera—me reí.

Dos horas después Emma y yo por fin terminamos nuestro trabajo y se fue a la habitación de su novia, en tanto yo quede sola porque mi roomie estaba no sé dónde y dudo que llegará hasta mañana, no nos teníamos mucha confianza para decirnos donde nos encontrábamos pero asumo que está con el que creo era su novio.

Every now and then I think you might want me to
Come show up at your door
But I'm just too afraid that I'll be wrong—tararee.

Hace un par de horas le había enviado un mensaje a Conrad y no lo vio, solo intenté no preocuparme, cuando él estudiaba se metía en la materia.

—Demonios espero que el profesor no nos humille mañana si el caso tiene algún fallo, no creo poder soportarlo. Eso era lo único que detestaba al maestro, en realidad nada de el me agradaba en lo absoluto, era un viejo pelado, antipático y humillador de alumnos.

—Lo odio.

Fuera de tu vista, fuera de tu cabeza.

—Tengo hambre—sollocé quejándome—. Me pediré una hamburguesa, uy eso suena delicioso.

Me dijeron que la comida llegaría en veinte minutos así que en ese tiempo le mandé otro mensaje a Conrad, pero no lo vio, y uno a mi madre, quien me respondió casi de inmediato.

—Demonios no sé si debo preocuparme o no.

Intenté calmar la voz de mi cabeza que me decía que algo malo estaba pasando, no quería tener la razón, no esta vez, con gusto aceptaría equivocarme si el esta bien.

—Al fin.

Abrí la puerta y para mi absoluta sorpresa el chico que había intentado contactar todo el día estaba frente a mi con mi comida entre sus manos.

—¿Conrad?

—¿No es obvio?—preguntó riendo.

—No, no, estas alucinando porque no has comido, idiota—me reprendí y di un paso atrás.

—T/N, soy yo.

—¿No es una alucinación?—volví a preguntar.

—No, no lo es.

el verano en que amé. (Conrad Fisher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora