Capitulo 14.

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Stanford era tal cual lo pensaba cuando era niña, para mi era el lugar perfecto, estar en la costa es increíble y que Conrad estuviese a mi lado era mucho mejor.

—Steven aún va a mi ex residencia a buscarme—me reí—. Aún no se hace la idea de que me cambie de universidad y estoy en California.

—Creo que ha estado con la mente en otro lado desde que él y Taylor comenzaron su especié de relación, ¿no lo crees?

Asentí.

—Sí, aunque siempre supe que esos dos estaban destinados a estar juntos, y acerté.

—Tú no fallas, aunque es un poco raro, si lo piensas ella ahora debe estar en el campamento de voleibol con Belly, y no deben verse muy seguido.

—Tienes razón, pero si su amor es fuerte entonces podrán aguantarlo, no es como que estén en otra galaxia Connie, volverán a casa pronto.

—Lo sé—asintió—. Pero es algo que nunca sabré porque te tengo aquí conmigo.

Ahora estábamos descansando en el campus de la universidad, tenía clase en una hora y Conrad había salido de la suya recién.

—Tienes suerte de que siempre me haya gustado Stanford—me reí—. Aunque Princeton no estaba tan mal no sentí que perteneciera allá.

—¿Sientes eso aquí?—preguntó.

—No, aquí siento que estoy donde debo estar, ¿lo entiendes? Es ideal.

—Me alegro de que pienses así, de verdad lo hago.

—Oye doctor Connie, acabo de recordar que me debes una salida a comer comida italiana, me cancelaste la última salida por el examen.

—Demonios tienes razón, ¿para cuando podemos agendarla? No quiero que mi novia quede con una cita pendiente.

—No te preocupes, ya se dará la chance de que podamos salir a comer, aunque estar en mi residencia contigo no me molesta en lo absoluto.

Conrad y yo decidimos vivir en las residencias para no generar un gasto innecesario en un apartamento pero no podíamos compartir habitación, aunque si podía ir a verme con la autorización del portero.

—¿Y tú roomie estará hoy?—preguntó.

—Sabes que Bea va a la casa de su novio, mi roomie casi no está en la habitación.

—Mmm, creo que es perfecto para poder hacerte una visita rápida hoy en la noche, ¿qué dices? Yo llevo la pizza.

—Me gusta la idea, pero con la única condición de que me ayudes a estudiar un poco para el examen de mañana.

—Lo haré—sonrió—. Te haré esas tarjetas como las que hicieron ustedes cuando me ayudaron a pasar el examen en Brown.

—¿aún lo recuerdas?—pregunté.—yo estaba casi muriendo por no dormir, no recuerdo mucho de lo que estudié para ayudarte.

—Lo hago, no creo que lo olvide en algún momento, Steven me llamó para preguntarme cómo me había ido.

—Steven es adorable—sonreí—. Por eso es mi mejor amigo.

—Sí, lo es—hizo una pausa—. Estoy seguro que él te apoyará siempre y me alegro de eso.

—Lo sé, es un amigo incondicional, es como mi hermano.

—Menos mal nunca me viste como un hermano—se burló—. ¿Te imaginas? Lo raro que hubiese sido eso.

—En mi vida te vi como un hermano, nunca lo hice, siempre me gustaste y una cosa es que no lo dijera porque me daba miedo, pero mira como estamos ahora, somos unos babosos enamorados.

—Lo somos—asintió—. Y me gusta.

—A mi también, no hay nadie mejor para mi que tú.

—Mi mamá estaría feliz de que por fin estemos juntos.

Sonreí.

—Cuando estuvimos juntos antes de romper, me acuerdo que mamá me llevo a verla, estuve con ella y me pidió que te cuidará porque ella sabía que te amaba, también sabía que tú te cerrabas a tus emociones, hablé mucho con ella y le prometí que te amaría aunque no estuviésemos juntos.

—¿Por qué nunca me lo dijiste? Ella tampoco me dijo nada.

—Eran conversaciones privadas entre suegra y yerna—me reí—. Me alegro de que ella se haya ido cuando estábamos juntos, no nos vio sufrir.

—Creo que eso no lo sabremos, pero estaría feliz de que resolvimos todo y estamos juntos en California.

—Vas a ser una gran médico Conrad, y tu mamá estará muy orgullosa de ti, así como yo lo estaré también.

—Y tú serás una abogada increíble, me vas a salvar si accidentalmente mató a algún paciente—se rio.

—Mi tarifa será cara—me burlé—. No creo que puedas pagarla.

Me acerco más a él hasta tenerme sentada en su regazo.

—mmmm creo que algo podríamos resolver, ¿no es así? Algo que no nos llevará toda la vida y será entretenido para nosotros.

—Creo que algo podría pensar para que me pagues en el futuro.

—Mmm ya lo creo.

—Ups, lo siento Connie baby pero es momento de que me vaya, derecho penal me está sacando los pelos.

—Ve a clase, te veo en la noche cariño.

—Ve con cuidado, nos vemos en la noche.

Me despedí de Conrad y camine hasta la sala en la que tenia mi clase de penal, este maestro no era tan agradable pero bueno, mientras supiera hacer su clase creo que no habría problemas.

—Como que no traje el código penal—susurre—. Demonios esto es malo.

—¿Necesitas ayuda?—pregunto la chica a mi lado—. Soy Emma.

—Hola Emma, un placer conocerte y sí, mi libro se me ha quedado en la residencia, aún me estoy acostumbrando a la vida aquí.

—No hay problema, podemos compartir el mío.

—Muchas gracias Emma.

Si bien extrañaba a Nina aún nos mensajeábamos cada tanto para actualizarnos con la vida de la otra y es lo mismo con Lila, al menos no tenía amigas falsas como en el colegio.

La clase termino y nos asignaron un caso para la próxima clase.

—¿Quieres hacerlo conmigo?—ofreció ella.

—Uhm, claro ¿por qué no? Gracias Emma.

—Podemos hacerlo mañana después de clases, hoy saldré con mi novia, lo siento.

—Me quitas un peso de encima, hoy tenía una cita con mi novio, hace mucho no podemos estar solos sin preocuparnos por algo—sonreí.

—Ve a pasarla genial con el, hablamos mañana.

—Pásala genial con tu novia Emma, nos vemos mañana.

Corrí a mi residencia y Conrad ya estaba ahí con la pizza.

—Vamos golden boy, aprovechemos el tiempo que nos han dado.

—Con gusto mi lover.

el verano en que amé. (Conrad Fisher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora