capitulo 8.

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Al otro día ni bien nos levantamos fuimos a la casa de los Fisher, y Julia estaba ahí, venía saliendo de la casa.

—¿Ya esta vendida?—preguntó Conrad—. ¿La haz vendido en las últimas doce horas?

Por favor que haya sido mi padre.

—Sí, a una encantadora familia con dos hijos y una especie de perro.

¿La barbie plástica, mi padre y hermanastros? Por favor, que sí sean ellos.

—No puede ser definitivo—el Fisher menor respondió.

—Sí, lo es.

—¿Se sabe algo más de los compradores?—pregunté.

—No sería nada mas relevante—respondió Julia—. Ahora voy a necesitar que me entreguen todas sus llaves por favor.

—Seguro lo estás disfrutando—a regañadientes Conrad entregó la suya.

—Mamá, no lo hagas.

Pobre skye, pensó que podría hacer algo pero su madre ya lo había decidido.

—Skye, ¿de verdad? Les dije que iba a vender la casa y ustedes decidieron no creerme, no lo estoy disfrutando pero admito que estoy aliviada de que se haya terminado.

Todos la miraban derrotados, ella lo había advertido, no sé porque esperamos algún tipo de milagro.

—Vamos Skye, permiso.

—Mamá—Skye le siguió en señal de derrota y a lo lejos vimos como conversaba con ella, y al rato volvió con nosotros.

Me acerqué a Conrad.

—Hey estará bien, iré a llamar a mi papá, estoy segura que fue él.

—¿Lo crees?

—Estoy casi segura.

Me alejé de ellos para poder llamar a mi padre en paz, si el la había comprado como esperaba que lo hiciera tendría que hablar con mi madre al respecto de mudarme a Londres y terminar la universidad allá, renunciaría a mis amigos y a mi familia con eso, sobre todo estaría renunciando a Conrad, pero devolviéndole la paz de que su casa seguirá siendo suya.

—Hola, papá ¿tienes alguna noticia que darme?

—Hey t/n, lo hago, hice lo que me pediste, compre la casa.

—Eso esta perfecto, hablaré con mamá lo mas pronto posible para que veamos el traslado.

—No hace falta, ya le he hablado.

—¿Qué hiciste? ¿por que lo hiciste? ¡eso tenía que hacerlo yo!

—No quería que tu madre te persuadiera de no venir, ambos hicimos un trato.

—Si lo sé, pero mi voluntad no fue exactamente real, en cierto modo mi voluntad se vio doblegada.

—No empieces t/n.

—Al menos dame tiempo para poder despedirme de mis amigos y de mi familia.

—tienes hasta el final del verano.

—¿no hay otra forma de negociar esto? papá, puedo ir a verte todas las vacaciones.. o puedo no lo sé, por favor.

—un trato es un trato.

—vale, adiós papá.

joder, quería llorar, de verdad que lo hacía pero no podía hacerlo, mi mamá se enteró de todo y no por mi, le mentí, le estoy mintiendo a mis amigos, a Conrad.

el verano en que amé. (Conrad Fisher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora