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No me quiero casar ❈≫

—Voy a decirle—

—No vas a decirle—.

—Voy a decirle— repite jongin, sus labios se vuelven en determinación.

—Él va a decirle por completo— jongdae alardea a lado de jongin, moviéndose en su asiento para sonreírles a los ocupantes qué están en el asiento delantero a través de espejo retrovisor.

—Jongdae amor no estas ayudando— dice Mikyung y jongin puede escuchar como su paciencia decae. Su voz se eleva un poco más, sus palabras se vuelven más agudas. Supone que debería simpatizar con la situación de su tía. No es su culpa, sino que la abuela de jongin está empeñada en verlo casado en menos de un año. No es su culpa qué jongin también este empeñado en frustrar a cada uno de las candidatas de matrimonio de su abuela. Como a menudo le gusta recordarle, no quiere estar en medio de esta guerra.

—Lo siento tía— dice jongdae con una sonrisa, inclinándose hacia adelante hasta que se le engancha el cinturón de seguridad y se detiene.

—¿Cómo le gustaría qué le ayude?—

—Podrías empezar por explicárselo a tu primo— dice Mikyung arqueando una ceja en el espejo retrovisor mirando a jongin.

—Qué tal vez cuando visite a su abuela durante Chuseok (festival de cosecha), con una casa llena de invitados y miembros selectos de los medios presentes, no es exactamente la mejor solución para sus problemas—.

—Espera ¿por qué los medios están invitados para Chuseok?— jongdae frunce el ceño.

—Porque el tío Seongho decidió hacer el ridículo frente a la cámara y necesitamos desesperadamente una buena prensa—.

Ella suelta un largo suspiro.

—Jongin ten un poco de piedad y no les des una historia—.

Jongin se encoge de hombros y mira el paisaje que pasa de su ventana sin expresión alguna.

Jongdae mira a jongin por un momento, frunciendo el ceño, antes de volverse hacia Mikyung.

—Creo que va decirle—.

—Voy a decirle—, repite jongin.

—Jongin por favor—, dice Mikyung algo irritada. Ella gira de su asiento para agarrar las manos de jongin, casi dando un codazo a su conductor con el movimiento. Su cinturón de seguridad se agarra a su hombro, pero ella lo ignora, juntando las manos de jongin con las suyas con fuerza apretando con desesperación los dedos.

—Te apoyo pero por favor ven con mamá, SI ¿podríamos hacerlo cuando haya menos extranjeros en la casa?—

Jongin trata de ignorar la fría presión de las manos de su tía en él y la señal de preocupación en su frente. Siente que su resolución se suaviza, siente que el cariño que le tiene a su tía nubla su mejor juicio. El frunce el ceño diciendo.

—No quiero otra cita de matrimonio—

—Hablaré con ella—promete Mikyung rápidamente.

—Si ella menciona una palabra de otra fecha—

—¡Ella no lo hará, lo prometo! — Mikyung aprieta las manos de jongin otra vez.

—Solo quiero un Chuseok qué no termine en un caos—.

—Si te estás refiriendo a la protesta de pollo de año pasado—dice jongdae a la defensiva, enderezándose en su asiento.

—Estoy refiriéndome a la protesta de pollos qué organizaste el año pasado—, responde Mikyung sus ojos penetrantes que se dirigen a jongdae y se estrechan.

—Y el año anterior cuando soltaste al perro en la cocina y comió de todo. Y el año anterior...—Mikyung se detiene sus labios se golpean repentinamente y sus ojos se alejan de nuevo en su asiento, la tensión grabada en el conjunto de sus hombros.

El año anterior a eso. Un suspiro se estremece en la garganta de jongin, volviendo su mirada al paisaje qué pasa. No quiere recordar, pasando Chuseok en el Hospital, viendo a su abuela acostada en un cuarto VIP débil, privada y frágil diferente a la mujer que él conocía. Todavía puede sentir el embriagador hedor de hospital de desinfectante y angustia en su boca, todavía puede sentir la presión de sus manos rascándose el pelo, rezando, esperando, diciéndose a sí mismo ya he perdido demasiado no te atrevas a tomarla a ella no te atrevas.

Supone que en esa misma cama de hospital fue donde su abuela formuló la idea de que jongin tenía que casarse, más temprano que tarde. Algo sobre arreglar las cosas cuando todavía este viva para verlo, le dijo un día después de la cuarta cita qué había soportado. Ella había hecho una voz melancólica y dramática, insinuando qué su falta de cónyuge la estaba enviando a la tumba tan temprano.

Frunce el ceño ante las luces de calle recordando viendo pasar los campos de arroz borrosos. Y se dice a si mismo que esto tiene que acabar.

UN MUNDO DORADO | KAISOO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora