UN MUNDO DORADO | KAISOO |

39

Tal vez la mentira es la verdad

El sonido de su alarma despierta a jongin. Él se estremece, tratando de esconderse más en su edredón y bloquear el sonido. Se da vuelta, esperando golpear a kyungsoo con el movimiento y hacerlo apagar la maldita cosa. Jongin frunce el ceño cuando se encuentra con el espacio vacío. Abre los ojos y suspira, parpadeando borroso al otro lado de la cama, vacío y frio.

Se sienta y toma su teléfono, apaga la alarma y arroja el dispositivo por sus pies sobre el edredón.

Le molesta, cuando kyungsoo escapa en algún momento en medio de la noche a su propia habitación. Realmente no debería. Tienen habitaciones separadas para un propósito, mantener sus vidas separadas, para darse espacio el uno al otro. Para poner una clara división entre ellos.

Sin embargo, todavía le molesta.

Está siendo completamente honesto, y jongin raramente es perfectamente honesto, incluso consigo mismo, le gusta cuando kyungsoo se veía obligado a compartir una habitación con él. Le gustaba despertarse con kyungsoo que lo sacudía sin ceremonias y le exigía que se levantara de la cama. Le gustaba oler el champú de kyungsoo en la ducha. Le gustaba las pequeñas evidencias de kyungsoo en todo su espacio, su ropa en el armario mezclándose con la de jongin, su crema hidratante estaba junto a la loción de jongin en el mostrador del baño.

Como han avanzado tanto en su relación, piensa jongin, también podrían compartir una habitación juntos. Él no se opone a la introducción de abrazos regulares. Algo tiene que hacerse, se dice a sí mismo.

Una sonrisa burlona en sus labios. Él sabe exactamente lo que tiene que hacer.

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——¿Qué estás haciendo aquí?

Minseok levanta la vista de su libro de texto y dirige su mirada a kyungsoo—Antes que nada, hola, es tan grosero. Soy tu único hermano en todo el mundo. Pensé que estarías feliz al verme—

Kyungsoo suspira y mira hacia el techo—Puedes parar tus tonterías ahora—Él mira hacia atrás a minseok, con los pies sobre la mesa de café, sus libros escolares ocupando todo el sofá y parte del piso—¿Por qué estás aquí ahora, instalando una biblioteca en mi sala de estar?

——Mis finales están por venir— responde minseok, el duh no lo dijo, pero era obvio en su tono.

——Permite reformular ¿por qué estás configurando una biblioteca en mi sala de estar y no en tu propio departamento, perfectamente
bueno?

Minseok se encoge de hombros—Ese hombre vino a mi departamento y me dijo que me quedara unos días aquí—

——Jongin te invitó— dice kyungsoo sordamente, con incredulidad haciendo que las palabras suenen inciertas.

——Sí, él me trajo hasta aquí—

——Jongin lo hizo— repite kyungsoo, todavía en estado de incredulidad.

Minseok suspira pesadamente—Sí, ese hombre—

——Voluntariamente—

——Sí—

——El jongin que vive aquí conmigo—

——Sí, hyung, ¡sí! Tu esposo jongin—— dice minseok, exasperado.

Kyungsoo parpadea —¿Por qué?

——No tengo idea, ¿por qué no le preguntas a él?

Kyungsoo asiente—Creo que lo haré—Sube las escaleras hacia la habitación de jongin. Él no está allí, pero puede ver que todas sus pertenencias han llegado al dormitorio. Y él se asoma a la habitación de armario. Toda su ropa está arreglada ordenadamente, colgado como si estuvieran allí junto a los trajes de jongin. No puede imaginar a jongin moviendo todas sus cosas al dormitorio, cargando carga tras carga de ropa, productos para el cuidado de la piel y figuritas de pororó.