Maracuyá

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Felix entró sin golpear la puerta. Nadie habría escuchado su llamado, de todas maneras, con el volumen de la música y los gritos de todo el mundo saturando el poco aire libre que quedaba en la casa.

Se abrió paso entre las personas como pudo, en dirección al living donde esperaba encontrar a alguien conocido. Habría querido que Jisung viniera con él, pero ahora que se había enamorado, su mejor amigo pasaba los fines de semana en la casa de su novio o lo que fuera, y ya no tenía tiempo para salir con Felix.

— ¡Me gusta tu pollera! —Jeongin apareció al lado de Felix y rodeó sus hombros con un brazo.

— ¡Gracias! —Felix acarició sobre sus muslos la tela suave de su pollera. Era de su color favorito: rosa chicle, y la había combinado con un par de hebillas rosas en su pelo y rubor rosa en sus mejillas.

— ¿Es nueva? —Jeongin preguntó, soltando a Felix y ofreciéndole el vaso que tenía en la mano, lleno hasta arriba. Felix lo aceptó.

—Sí, la compré antes de venir... No sabía qué ponerme.

—La tarjeta de crédito de papá da para todo, ¿no?

—Cruel. —Felix probó un trago de la bebida, dulce y ácida y dejando un resto amargo en el fondo de su garganta. Arrugó la nariz, pero tomó un poco más mientras Jeongin lo guiaba entre la gente hasta uno de los sillones—. ¿Qué le pusiste a esto?

—Jugo de maracuyá y un poco de azúcar... Y vodka —agregó con una de esas sonrisas engañosas que lo hacían parecer inocente—. Era para mí, pero puedo tomar otra cosa... —Se estiró sobre el brazo del sillón para revisar las botellas de vidrio apoyadas en el piso hasta elegir una y servir un poco en un vaso usado que encontró por ahí—. Te queda linda la pollera. Elegiste bien.

— ¿Vos qué sabés?

—No tengo que estudiar Artes para tener buen gusto.

— ¿Hay...? —Felix miró alrededor, masticando un hielo con gusto a fruta—. ¿Invitaste a alguien de Artes?

Felix se sentía horrible desde que había dejado esa carta en el escritorio de Hyunjin. Era emocionante pensar que Hyunjin sabía cómo se sentía, cuánto le gustaba, pero había pasado una semana entera y Felix tenía que aceptar que su historia de amor había llegado hasta acá.

Aunque le resultara incómodo, le habría gustado ver a Hyunjin en la fiesta, pero no esperaba que viniera. Hyunjin nunca estaba en esos eventos y a Felix le parecía que era la clase de persona que prefería quedarse en su casa y acostarse temprano para ver una película o leer un libro o...

—Changbin debería estar por llegar —dijo Jeongin—. Es la única persona de Artes que va a venir, además de vos.

— ¿Lo conozco? —preguntó Felix, recostándose sobre el respaldo del sillón y cruzando las piernas.

— ¿No creo? Me acosté con él una vez y me dieron ganas de volver a verlo.

— ¿Pero...?

—Pero quiere una relación seria y yo no. No importa. —Jeongin movió una mano frente a su cara como intentando espantar un mosquito y tomó un trago de su bebida—. Los de Artes nunca quieren venir porque piensan que en Jurídicas somos aburridos.

Felix se rió. Si alguien pensaba que las fiestas de Jurídicas eran aburridas era porque no tenía idea de lo que pasaba en la planta alta de la casa de Jeongin todos los fines de semana. Felix nunca se había animado a subir; prefería quedarse abajo, tomando algo y escuchando música y perdiendo el tiempo.

—Por eso nos llevamos mejor con los de Económicas —Jeongin continuó—. De hecho... ¿Te interesa terminar bien la noche? Conozco a dos hermanos de Contabilidad que son increíbles y amarían hacerlo con vos, imaginate, uno en cada agujero.

¡Innie! —Felix se tapó los ojos y dio patadas en el aire—. No seas asqueroso. —Escuchó la risa de Jeongin, pero mantuvo los ojos cerrados—. No puedo acostarme con alguien si no siento... Si no tengo una conexión emocional con esa persona primero.

—Ajá... ¿Y estás teniendo una conexión emocional con alguien actualmente? —La sonrisa de Jeongin sonaba en su voz.

¿Sí? No. Felix se sentía forzado a admitir que no, pero no quería hacerlo.

Tenía sentimientos por Hyunjin, pero... ni siquiera lo conocía. Llevaba un año entero mirándolo de lejos y lo mucho que le gustaba no tenía justificación. Además, a Hyunjin no le interesaba relacionarse con Felix. Si quisiera contestar su carta, ya lo habría hecho.

—Llegó Changbin —dijo Jeongin, escribiendo algo en su celular mientras se levantaba del sillón—. No me esperes, creo que voy a estar arriba.

Felix no se movió del sillón, y Jeongin no volvió. Le mandó un mensaje a Jisung para charlar con él y no recibió ninguna respuesta. Se le ocurrió que ese era su destino, escribirle a la gente y que la dejaran en visto.

Estaba tomando el último trago de su bebida, los hielos golpeando sus dientes, y mirando con cariño un par de botas en el catálogo de una tienda online cuando un chico se sentó al lado suyo. Felix no lo reconoció.

— ¿Hola?

—Hey... —el chico respondió en su oído, tratando de sonar seductor.

Felix se alejó disgustado, pero el otro se acercó un poco más, estiró una mano para tocar la rodilla de Felix donde la falda no llegaba a cubrir su piel, pasando las puntas de los dedos por debajo de la prenda. Felix le pegó en la mano para que la sacara.

—Eh, ¿por qué hiciste eso? —el chico se ofendió.

— ¿Qué mierda te pasa?

— ¿A mí? Vos estás usando pollera y sos un chico. ¿No es para que la gente pueda tocarte más fácil?

Felix se puso de pie. Cerró los dedos con fuerza alrededor del borde de la falda.

—N-no soy... —empezó, pero se interrumpió porque seguir hablando le daba miedo.

—No te hagas el difícil, dale. —El chico volvió a estirar una mano hacia Felix—. Vamos arriba.

Felix salió corriendo.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora