Canela

269 37 0
                                    

— ¿Leíste "El mundo como voluntad y representación"?

—Me suena —contestó Jisung.

— ¡¿Te suena?! —Felix apoyó las manos abiertas sobre la mesa, una a cada lado de su bandeja del almuerzo—. A mí no me suena de nada.

— ¿No es para el ensayo de Estética? —preguntó Jisung, comiendo un buñuelo de espinaca que le dejaba las yemas de los dedos aceitosas. Felix lo miró confundido.

— ¿Ensayo...? ¿Qué ensayo? —Felix eligió de su bandeja una galletita de canela con forma de osito porque siempre comía el postre primero.

— ¿De dónde lo sacaste, si no?

—Hyunjin... —Felix murmuró, masticando las orejitas. Jisung echó la cabeza hacia atrás, irritado—. Quiero quedar bien con el profesor Kim.

—Kim Seungmin no enseña Estética —observó Jisung. Intentó tomar jugo y se pinchó la nariz con la bombilla de plástico.

— ¡No es para Estética! Hyunjin me dijo que ese es su libro favorito y que si le hablo de eso le voy a caer bien y me va a poner un diez. —Felix comió otra galletita—. Quiero quedar bien con el profesor porque siempre me dice que hago todo mal.

—Al menos te lo dice... —Jisung suspiró—. Debe ser porque se da cuenta de tu potencial. Cuando yo le entrego un trabajo hace así... —Jisung se agarró la cabeza con las dos manos y adoptó una expresión horrorizada. Felix se rió—. Por eso voy a elegir la orientación en Pintura. El dibujo no es lo mío, pero es tu talento, Lix.

— ¿Ya lo decidiste? —preguntó Felix. Jisung asintió con la cabeza—. ¡Ah, Sungie! ¡Vamos a estar separados!

—No llores, todavía falta un año.

— ¡Sungie!

Felix tomó la mano de Jisung por encima de la mesa y la apoyó sobre su mejilla, fingiendo que se largaba a llorar. Jisung agarró una galletita de canela de su propia bandeja y se la metió en la boca para que se callara.

— ¿Querés venir a la biblioteca conmigo después del almuerzo? —Felix preguntó, guardando la galletita a medio masticar en uno de sus cachetes.

—No puedo, tengo el ensayo de Estética pendiente.

Felix se lo quedó mirando, esperando a que a Jisung se le cayera la actuación y ya no pudiera aguantar la risa, pero Jisung se mantuvo serio.

— ¿De verdad hay que escribir un ensayo para Estética? —Felix bajó la voz, preocupado.

—Si prestaras atención en clase en vez de perder el tiempo escribiéndole cartas a Hyunjin, lo sabrías.

—Como si vos no pasaras todos los fines de semana con Minho... —Felix hizo pucheros. Jisung sostuvo su rostro con ambas manos, apoyando sus palmas sucias sobre las mejillas de Felix y apretándolas hasta hacerlo arrugar toda la cara.

—Te quiero, Lix —dijo Jisung, antes de soltarlo—. Más tarde te mando los apuntes.

Felix fue a la biblioteca solo. Recorrió los pasillos caminando con suavidad sobre la alfombra, puñitos cerrados alrededor de las correas de su mochila. Se le ocurrió que el libro que estaba buscando iba a estar en la sección de Estética, y tenía razón, lo encontró en uno de los estantes más altos.

Estiró el brazo, pero no llegó a tocarlo. Miró alrededor y no vio a nadie a quien pedirle ayuda. Hyunjin era lo suficientemente alto como para tomar el libro sin estirarse; habría sido conveniente que justo estuviera pasando por ahí.

Felix nunca lo había tenido tan cerca y se preguntaba a qué olería... Tenía que ser algo dulce, un poco cítrico, como un ramo de fresias o un chupetín de manzana verde.

—Hey, Hyunjin, ¿me alcanzás ese libro de ahí? —susurró para sí misma, pisando un espacio libre en el estante más bajo y subiendo una rodilla sobre la madera, para llegar más arriba—. No soy Felix ni estoy buscando el libro que me recomendaste. Soy una persona petisa que quiere leer un buen libro, nada más —continuó—. Nada sospechoso.

Cuando finalmente logró agarrar el libro, volvió a bajar al suelo con un suspiro de fastidio, soplando los mechones de flequillo que caían sobre sus cejas. Era un libro pesado y viejo, y la portada estaba cubierta por una fina tela desgastada por el uso. Felix no podía pronunciar el apellido del autor.

Se inclinó sobre los estantes y abrió el libro en una de las primeras páginas.

El hecho de que un concepto comprenda una multiplicidad en sí, es decir, que muchas representaciones intuitivas o abstractas se hallen con él en la relación de la razón cognoscitiva, es decir, sean pensadas mediante él...

Felix cerró el libro. Lo volvió a abrir. Lo miró sin leer y descubrió que el libro en realidad eran cuatro libros, uno detrás del otro, uno más complicado que el otro.

—Ugh, esto va a ser una tortura.

Volvió a la recepción de la biblioteca con el libro bajo el brazo. Hizo la fila para retirarlo dando golpecitos con las uñas sobre la portada, impaciente, hasta que llegó su turno. Le dio el libro y su carnet de estudiante al señor que lo atendió del otro lado del mostrador, y decidió no guardarlo en la mochila porque era demasiado pesado, prefería cargarlo en los brazos.

Estaba intentando descifrar cómo las consonantes del apellido del autor se combinaban para formar sonidos cuando chocó con alguien en la puerta de la biblioteca.

— ¡Ay, perdón! —exclamó, y siguió caminando sin levantar la vista.

Cuando llegó a casa, hizo a un lado el desorden de papeles en su escritorio para apoyar el libro e intentó leer, ayudándose de la última carta que Hyunjin le había dejado para marcar los renglones a medida que avanzaba.

...todo lo que existe para el conocimiento, o sea, todo este mundo, es solamente objeto en referencia a un sujeto, intuición de alguien que intuye; en una palabra...

Me gusta Pollito :)

Felix dejó caer la cabeza sobre el libro abierto.

Lo suficientemente alto para alcanzar el último estante de la biblioteca, el pelo negro recogido en una media cola, una mano pálida sosteniendo la correa de su bolso sobre su pecho.

Olía a jazmines.

Se había chocado con Hyunjin.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora