Garrapiñadas

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Felix despertó en la cama, pero no recordaba cómo había llegado ahí. Recordaba a Hyunjin gimiendo debajo suyo, Hyunjin lamiendo el jugo de frutilla que goteaba por su cuello, Hyunjin cogiéndola desde atrás hasta hacerla ver estrellitas. Recordaba haberse quedado dormida sobre el colchoncito de corazones, acariciando el pelo de Hyunjin que dormía sobre su estómago pegajoso y tratando de imaginar todas las cosas que podían entrar en esa bolsita amarilla.

Corrió la sábana para destaparse y se arrodilló en la cama junto a Hyunjin. Admiró su pelo revuelto sobre la almohada, un brazo cubriendo sus ojos, labios entreabiertos y cachetitos relajados. Hyunjin tenía puesto el short de su pijama de nubecitas y Felix miró hacia abajo para comprobar que él también tenía puesto el suyo. Hyunjin debía haberlo limpiado, vestido y traído a la cama, y Felix no quería molestarlo porque se veía bonito y tranquilo, pero...

— ¿Hyunjin? —Le dió un besito en la mejilla, apenas rozando la piel suave de Hyunjin con sus labios. A veces, sus cachetitos parecían dos pancitos cocidos al vapor, tan adorables y esponjosos que Felix quería morderlos—. Hyunjinnie...

—Mmhh...

— ¿Puedo abrir mi sorpresa?

Hyunjin se estiró en la cama apretando los ojos.

—Nngghhh —dijo, y a Felix se le ocurrió que podría grabar todos los gemiditos de Hyunjin para venderlos como audios ASMR y hacerse millonario.

Hyunjin la abrazó, haciéndola caer a la cama para apretarla contra su pecho y llenarla de besitos en su carita y su cuello. Felix se rió, sintiéndose como un gatito malcriado.

—Sí —Hyunjin contestó finalmente. Alzó a Felix en sus brazos y lo cargó fuera de la habitación.

En vez de llevarlo al living como Felix esperaba, Hyunjin lo llevó al baño. Felix no tuvo tiempo de desilusionarse porque Hyunjin abrió la ducha, le sacó el short y le cepilló el pelo. Todavía estaba desorientado cuando Hyunjin comprobó que el agua saliera calentita y metió a Felix debajo. Lavó su pelo, lo enjuagó cubriendo sus ojos para que no les entrara espuma y lavó su propio pelo descuidadamente. Luego lavó el cuerpo de Felix con jabón líquido y una esponja suavecita, limpiando con delicadeza todas las manchas pegajosas que quedaban de la noche anterior.

Cuando Felix frunció el ceño y empezó a hablar para preguntarle qué estaba haciendo, Hyunjin le metió el cepillo de dientes en la boca y le indicó que se lavara mientras él hacía lo mismo. Después, lo cargó fuera de la ducha, secó su cuerpo dándole golpecitos con una toalla, le puso cremita en el pelo...

— ¡Hyunjin! —Felix se cruzó de brazos y lo miró con su mejor cara de indignación. Hyunjin apagó el secador que estaba usando para secarle el pelo y Felix se estremeció cuando dejó de sentir el aire tibio en la cara.

— ¿Qué?

—Mi sorpresa. —Felix hizo pucheritos. Sus ojos se llenaron de lágrimas. No creía poder aguantar mucho tiempo más sin saber qué había en esa bolsa.

Hyunjin la cargó sobre su hombro. Felix jugó a perseguir con los dedos las gotas de agua en la espalda de Hyunjin mientras volvían, pasando a buscar la bolsita amarilla por el living antes de entrar a la habitación. Cuando Hyunjin la dejó de vuelta sobre el piso, Felix alzó los brazos. Abrió y cerró las manitos para que Hyunjin le diera su sorpresa de una vez. La intriga la estaba volviendo loca.

Hyunjin respiró hondo y le entregó la bolsita amarilla. El corazón de Felix latió con fuerza. Era algo importante.

Lo que había dentro de la bolsa era importante, pero también lo era el sticker de florcita de girasol que la mantenía cerrada y el temblor en los dedos de Hyunjin que la sostenían de la manija de cordones y la forma en la que Hyunjin daba mordisquitos en el interior de su mejilla y miraba a Felix con incertidumbre.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora