Gomitas

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Felix estaba en el paraíso. El paraíso eran góndolas y góndolas de golosinas, todo tipo de golosinas, paquetes de golosinas de todos los colores y tamaños. Los ojitos de Felix estaban hinchados pero ya no lloraba, porque era feliz.

Felix era feliz y cargaba una pila de paquetes de golosinas en sus brazos. Hyunjin iba levantando los paquetes que se caían al piso y los echaba dentro del carrito que Jisung manejaba. Minho caminaba detrás de ellos, cuidándolos. Los cuatro estaban riendo sin saber muy bien de qué, y sus voces retumbaban en la tienda vacía porque a nadie más se le había ocurrido la genialidad de pasar la Navidad en un supermercado de golosinas.

Chicles, chupetines, galletitas, chocolates, alfajores, confites, caramelos, merenguitos, un pingüino de peluche; Felix llenó el carrito de todo lo que le gustaba. Excepto Hyunjin, porque el carrito estaba lleno y Hyunjin no entraba. Lo habría llevado a upa pero tenía los brazos ocupados con paquetes de gomitas que no habían entrado en el carrito porque el carrito estaba lleno.

Felix no se preocupó. Siguió caminando porque sabía que Hyunjin la iba a seguir a donde fuera y Jisung y Minho venían detrás y a Felix no le faltaba nada.

Felix era feliz. Era fácil ser feliz rodeado de tanta dulzura.

Minho pagó por las golosinas y se sentaron en el cordón de la vereda con las bolsas. Había empezado a hacer frío pero el aire estaba pesado, como si Felix estuviera cargando las nubes de tormenta sobre los hombros.

Felix abrazó las rodillas. Sonrió cuando Hyunjin acarició su espalda para llamar su atención y le ofreció un juguito de fruta que había abierto para ella. Estaba tan frío que le hizo arrugar la cara, pero tomó hasta dejarlo casi vacío mientras revisaba la bolsa más cercana.

Cuando encontró las obleas, le ofreció una a Hyunjin presionando un extremo de la galletita contra sus labios. Hyunjin la atrapó con los dientes y la comió como un conejito, inflando los cachetes adorablemente. Felix rió. Tomó otra oblea y se recostó sobre el hombro de Hyunjin a comer, temblando cuando Hyunjin frotó sus bracitos con las manos para darle un poco de calor.

A su lado, Jisung molestaba a Minho con una de esas gomitas con forma de dientes, visualmente horribles pero con un sabor agradable a yogur de frutilla. Felix pensó en Halloween.

Cuando volvieron a subir al auto, esperó a que Hyunjin se sentara a su lado para acostarse sobre su regazo. Hyunjin la envolvió en sus brazos como si mantenerla a salvo y calentita fuera su único deber. Jisung y Minho conversaban sobre algo en los asientos de adelante, pero Felix no alcanzaba a escucharlos.

Estaba oscuro y las luces de la calle apareciendo y desapareciendo en la ventana le causaban cierta nostalgia. Cerró los ojos y respiró, apretando el peluche contra su pecho.

Felix no estaba triste, no extrañaba nada que hubiera perdido. Todo lo que amaba estaba acá, ahora, pero... tenía la sensación de que necesitaba estirarse para alcanzar algo importante, algo que no quería perder... algo que estaba más bien en el futuro.

Felix extrañaba todos los momentos perfectos que todavía no había vivido.

Acarició la rodilla de Hyunjin con una mano, el calor de su cuerpo atravesando la tela de su ropa, el movimiento de su respiración, y esperó ser capaz de disfrutar todos los momentos perfectos que estaba viviendo ahora, los que iban y venían y hacían cosquillas sobre su piel cuando se filtraban a través del vidrio en destellos de arcoíris.

El balanceo del auto le daba sueñito, y los cariñitos de Hyunjin en su pelo lo mantenían relajado, le hacían olvidar el dolor que el hipo había dejado en su estómago. Felix podría haberse quedado dormido ahí, con el sonido de las ruedas del auto sobre el asfalto húmedo y las...

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora