Brownies 2

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Salieron de compras al día siguiente, para desgracia de Hyunjin, porque el argumento de Felix era convincente y necesitaba ser resuelto con urgencia: Hyunjin no tenía ropa formal.

Después de armar suficientes conjuntos con camisas, blazers y pantalones de vestir en colores neutros pero bonitos, se desviaron hacia la perfumería donde Felix eligió un perfume nuevo para cada uno. El de Hyunjin tenía jazmín, por supuesto, y notas de madera que le aportaban madurez, mientras que el de Felix era dulce y fresco, como un bol de ensalada de frutas.

Compraron la tintura turquesa que Felix quería y algunos accesorios, y Hyunjin la ayudó a teñirse el pelo cuando estuvieron de vuelta en casa, instalados en el baño, turnándose para sentarse en el banquito. Hyunjin no podía aparecer el primer día de trabajo con el pelo rojo, pero aceptó que Felix le cortara las puntas para que se viera más prolijo.

Felix, pelo mojado de azul, había terminado de cortar cuando tuvo una idea.

— ¿Me dejás probar una cosa? —preguntó, buscando su maquinita de cortar pelo en uno de los muebles.

— ¿Qué? —Hyunjin se espantó cuando vio lo que Felix tenía en la mano. Se aferró al borde de la mesada y su cuerpo se tensó, preparado para salir corriendo.

— ¿Sabés lo que es un undercut? —Felix levantó el pelo de Hyunjin con la mano libre, descubriendo su nuca.

—Sí...

— ¿Te lo puedo hacer?

Hyunjin lo miró a través del espejo con el ceño fruncido, calculando.

—aceptó, con una sonrisa que delataba su entusiasmo.

Hyunjin empezó a ir al trabajo de lunes a sábado, desde las once de la mañana hasta las siete de la tarde.

Felix de verdad, de verdad, estaba feliz por él. Pero lo extrañaba.

Antes de que saliera de casa, Felix le daba un beso de despedida. Sentía el sabor de los labios de Hyunjin en los suyos diluyéndose durante la tarde hasta desaparecer por completo. Cuando Hyunjin volvía, Felix le daba un beso de bienvenida y todo estaba bien de nuevo. Y mientras Hyunjin no estaba, Felix ocupaba su tiempo con todo lo que se le ocurría: aprendiendo recetas nuevas, practicando los ejercicios de dibujo que había estudiado en las clases durante el año, saliendo a caminar...

Felix empezó a escribir una nueva historia. Era parecida a la anterior, sobre dos chicos que se enamoraban, pero en esta no pasaba nada malo. Nadie lloraba y nadie sufría y nadie se oponía a que se quisieran.

Felix dibujaba los momentos cotidianos que disfrutaba con Hyunjin y todas las cosas divertidas que querían hacer juntos en el futuro, como tomarse un fin de semana durante el verano para visitar el parque de diversiones. Hyunjin quería hacer bungee jumping desde que había visto ese video sobre deportes extremos, y Felix prometió esperarlo abajo tomando un juguito.

No lo planificaron, pero las ganas de aprovechar lo más posible el tiempo que pasaban juntos llevaron a ambos a establecer una rutina.

Felix despertaba ni bien sentía la luz del sol pegando en sus ojitos, y saltaba en la cama hasta que Hyunjin le hacía cosquillas y Felix caía riendo sobre él. Hyunjin, porque le costaba más despertarse temprano, abrazaba a Felix y la llenaba de besitos hasta convencerla de quedarse acostados media horita más.

Los días estaban tan lindos que no tenía sentido quedarse adentro, así que empezaron a salir a desayunar juntos. Compraban capuchino con mucha crema y azúcar y salsa de chocolate y el americano aburrido que le gustaba a Hyunjin, y desayunaban en el parque. A veces, caminaban bajo el sol juntando flores para formar un ramito que Felix luego metía en un frasco con agua sobre la mesa; otras veces, se sentaban en el pasto a la sombrita de los árboles, y siempre tenían algo sobre lo que charlar.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora