Jengibre

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Felix despertó cuando golpearon la puerta; golpes tímidos que creyó haber soñado. Soltó el almohadón de cerdito que estaba abrazando y se estiró en la cama.

Si cerraba los ojos, todavía podía ver a Hyunjin. Hyunjin echando la cabeza hacia atrás para reír, Hyunjin tocando sus propios labios mientras leía Collision sin notar que lo estaba haciendo. Hyunjin cerquita suyo, agarrando su cintura, besando sus mejillas.

Hyunjin apretando las piernas alrededor de la cintura de Felix, el placer oscureciendo sus ojos, el perfume de los jazmines en su cuello. El deseo en el pecho de Felix pidiendo más, más dedos con crema en su boca, más gemidos en su oído, más besos que arruinaran los labios perfectos de Hyunjin, más espacio para Felix dentro suyo.

Felix se acostó de lado y hundió la cara en la almohada. Recordar todo lo que había pasado le daba cosquillas en la pancita. Si no tuviera el cuerpo vuelto gelatina como evidencia, pensaría que lo había imaginado.

Se había levantado y estaba abriendo la ventana cuando escuchó los golpes de nuevo. Era raro que alguien entrara al edificio sin llave, y Jisung no le había avisado que venía, así que se acercó a la puerta con un poco de miedo.

— ¿Quién es? —Levantó la voz para preguntar desde adentro, tirando de las mangas de su pijama.

—Felix... —Escuchó la voz de Hyunjin del otro lado—. Soy Hyunjin.

Felix había abierto antes de que Hyunjin terminara de hablar.

— ¡Volviste! —Se alegró, corriendo los pasitos que lo alejaban de Hyunjin para abrazarlo, pero Hyunjin no se movió, la mirada fija en sus zapatillas manchadas de tierra.

Levantó la vista un instante y le mostró a Felix sus ojos hinchados, todavía llenos de lágrimas. Felix dejó caer sus brazos al costado y Hyunjin bajó la vista de nuevo, dejando a Felix con un nudo en la garganta.

—Perdón... —Hyunjin susurró con la voz entrecortada— No tenía a dónde ir.

—Vamos adentro —dijo Felix, estirando un brazo para agarrar la mano de Hyunjin.

—No quiero molestarte... —Hyunjin se limpió la nariz con el puño de la campera.

Felix quiso decirle que no fuera ridículo, ¿cómo iba a molestarlo?, pero se quedó en silencio porque Hyunjin estaba triste y no quería hacer nada que lo hiciera sentir peor. Tiró de él hasta que se dejó caer sobre su pecho, y Felix de pronto se sintió responsable de algo frágil.

Había pensado que Hyunjin tendría que cuidarla a ella, con la costumbre que tenía el mundo de ponerla en peligro, pero los sentimientos de Hyunjin también eran delicados. Hyunjin reía y dudaba y juntaba todo el cariño en sus manos cuando tocaba el cuerpo de Felix y, ahora, no tenía a dónde ir.

Felix iba a hacer todo lo que pudiera para mantenerlo a salvo.

—Nada más necesito un lugar donde descansar —Hyunjin susurró, apoyando la mejilla sobre su hombro. Felix se paró de puntitas para abrazarlo mejor—. Es solo por hoy.

Felix asintió. Acarició su pelo despeinado, notando los bolsos de Hyunjin que esperaban en el piso del pasillo.

—Vamos adentro, amor —repitió.

Hyunjin se aferró a la camiseta de su pijama y avanzó sin quejarse cuando Felix empezó a caminar hacia atrás, tirando de él en dirección al baño. Felix lo ayudó a sentarse sobre el borde de la bañera y acarició sus muñecas hasta que Hyunjin aceptó soltarla.

—Mis cosas... —Hyunjin susurró cuando Felix se agachó para desatar sus cordones.

—No te preocupes. —Felix le sacó las zapatillas y las dejó a un lado. Se levantó apoyándose sobre las rodillas de Hyunjin y dejó un beso en su mejilla húmeda—. Voy a sacarte lo demás —avisó, desabrochando su campera.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora