Almíbar 2

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Felix notó los moretones cuando volvió. Se ubicó de rodillas entre las piernas de Hyunjin apoyó con cuidado las dos manos sobre sus muslos, mirándolo con preocupación.

—Son de bailar —Hyunjin explicó. El miedo en los ojitos de Felix se suavizó un poco, pero no del todo—. De golpear el caño con las piernas.

— ¿Duelen? —Felix hizo un gesto de dolor. Rozó los moretones con la punta de los dedos, presionando suavemente. Debajo de la luz de la habitación no parecían lesiones independientes sino un color morado uniforme que cubría los muslos de Hyunjin por completo, más oscuro en el interior.

—No duelen —Hyunjin mintió, pero dudaba que Felix le hubiera creído.

Felix besó uno por uno. Recorrió las piernas de Hyunjin con los labios, cubriendo cada centímetro de piel en besitos y almíbar y amor. Acarició uno por uno murmurando cariñitos que hacían cosquillas, haciendo magia para que sanaran.

Ya no dolían cuando Felix terminó, y una de sus manos había vuelto a envolver la erección necesitada de Hyunjin.

Felix la metió en su boca y lo repentino de la sensación hizo que Hyunjin cayera de vuelta sobre el colchón. Relajó el cuerpo, cerró los ojos y disfrutó de la boca de Felix hasta que lo sorprendió levantando sus piernas.

Felix lo agarró por detrás de las rodillas y lo obligó a subirlas a la cama, a abrirlas todavía más. Hyunjin hizo un ruido de sorpresa, intentó incorporarse para mirarlo, pero de pronto la boca de Felix estaba en todos lados: tragaba alrededor de su pene y bajaba para estimular los testículos y su lengua recorría la piel sensible debajo de ellos, y más abajo, rodeando su entrada.

Hyunjin gritó. Estiró los brazos hacia atrás buscando algo a lo que aferrarse, una almohada donde clavar las uñas. Sus piernas intentaron cerrarse solas, pero Felix hizo fuerza para impedirlo y volvió a lamer, presionando con la lengua plana y deslizándola hacia arriba. Hyunjin tembló.

—F-Felix... —sollozó, ahogando su voz al cubrir su cara con la almohada. Sus mejillas estaban hirviendo.

Hyunjin mordió la almohada para contener otro grito cuando sus músculos se contrajeron bajo la boca de Felix, que dejó un beso sobre su piel húmeda. Felix soltó sus piernas antes de alejarse un momento. Hyunjin respiró hondo el aroma a vainilla en la funda de la almohada, piernas débiles temblando sobre el colchón.

Después de subir a la cama, Felix le robó la almohada para descubrir su rostro y lo recibió con una sonrisa tierna que Hyunjin no lograba conciliar con la mano empapada de lubricante entre sus piernas, el dedo forzando su entrada.

—Estás apretado. —Felix besó sus labios y volvió a bajar, se acomodó hasta que pudo devolver su boca al miembro de Hyunjin.

Hyunjin quiso responder que por supuesto lo estaba, pero no encontró su propia voz. Intentó sin éxito aflojar las piernas. Estaba demasiado lejos, pero estiró los brazos para tratar de llegar a Felix, que le ofreció su mano libre para entrelazar los dedos de ambos sobre su estómago. Felix acarició sus nudillos y el cuerpo de Hyunjin se relajó lo suficiente para que la punta de su dedo pudiera pasar.

Hyunjin gimió, demasiado estimulado para seguir preocupándose por no hacer ruido. Clavó los talones sobre el colchón para empujar con la cadera hacia arriba, buscando el calor de la boca de Felix, el ardor de su dedo entrando por completo. Felix movió la cabeza y la mano al mismo tiempo, penetrando a Hyunjin mientras se la chupaba y Hyunjin no iba a aguantar mucho más.

—F-Felix... —Hyunjin abrió muy grandes los ojos cuando sintió un segundo dedo presionando junto al otro, sin entrar—. ¿Vas a...?

—No. —Felix sacudió la cabeza y retiró los dedos con cuidado—. Hoy no.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora