Mango

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— ¡Tengo una buena noticia!

— ¡No fue de casualidad! —cantó Jisung del otro lado del teléfono.

— ¡Estoy hablando en serio, Sungie! —Felix pegó saltitos. Su voz rebotó en las paredes del pasillo vacío—. Acabo de salir de la oficina del profesor.

— ¿Cómo te fue?

—Más o menos... Se dió cuenta enseguida de que no estaba entendiendo nada... Pero, ¿adiviná qué? —Felix sonrió. Sostuvo el celular entre su mejilla y su hombro para comer más confites, pero el paquete estaba vacío—. ¿Sabías que el profesor está casado?

— ¡Sí! Tiene una alianza, ¿no la habías notado?

Felix puso los ojos en blanco. Tiró el paquete de confites en un tacho de basura justo afuera del edificio.

—Bueno, su esposo...

— ¿Es gay?

—Asexual, pero no podemos hablar de eso —dijo Felix, sacando un bálsamo labial con sabor a mango de un bolsillito de su mochila—. Su esposo es manager y trabaja con algunas editoriales. Se llama Bang Chan.

— ¿Bang Chan? ¿Por qué me suena? —Jisung murmuró como si estuviera hablando para sí mismo. Felix lo ignoró, aplicando el labial y frotando sus labios entre sí antes de volver a guardarlo.

—Voy a tener una reunión con él en un par de semanas para ver si es posible publicar Collision en físico. —Felix sonrió.

— ¡Eso es genial, Lix!

Las felicitaciones de su mejor amigo hicieron reír a Felix, que aceptó con una promesa cuando Jisung se ofreció a acompañarlo a la reunión.

Felix entró a clase a la mañana siguiente preguntándose qué clase de postre sería el próximo que Hyunjin le pediría que prepare. Dio golpecitos con los dedos sobre su labio inferior, intentando recordar la receta del trifle de mango, merengue y custard de limón que comía cuando era chiquita. Probó el sabor artificial del mango, dulce y ácido, cuando tocó accidentalmente la yema de sus dedos con la punta de su lengua.

Vio la carta de Hyunjin cuando llegó a su banco: un trozo de papel sobre su escritorio; sin decorar, sin los nombres de ambos, sin caritas felices ni stickers de animalitos. Pero Felix habría distinguido la letra manuscrita de Hyunjin en cualquier lado.

Deseó que no fuera así. Deseó que esas palabras no fueran las palabras de Hyunjin, porque no eran lo suficientemente dulces.


No sos una chica??


Felix arrancó una hoja cualquiera de su agenda y escribió una respuesta a través del nudo en su garganta y del temblor de sus manos, mordiendo su labio hasta sentirlo sangrar. La dejó sobre el escritorio de Hyunjin después de clases, cuando todas las aulas quedaron vacías.


Importa?

Debería ser una chica?


Volvió a casa con los ojos llenos de lágrimas. Apenas pudo dormir esa noche, dibujando chicos que besaban a otros chicos, chicos que amaban a otros chicos, para desahogarse. Puso al protagonista a confesar sus sentimientos con el diálogo más empalagoso que pudo inventar.

Deseó ser distinto. Deseó ser un chico y listo, desprenderse de su necesidad de complicarlo todo.

Deseó ser una chica, con la cosa correcta entre sus piernas.

Subió los pies sobre la silla y se hizo una bolita, abrazando sus rodillas, la piel de sus brazos erizándose por la suavidad de la tela de polar de su pijama. Estaba estampado con caritas de koalas; demasiado dulce pero no lo suficiente para romper el límite de lo masculino.

Decidió que no importaba, que los límites solo podían existir con su permiso. Deseó tener la fuerza suficiente para ordenarles que se deshicieran.

Vistió al protagonista en una pollera. Lo recostó a dormir en un campo de girasoles y dibujó a alguien que lo amara, alguien que se sentara a su lado y lo mantuviera a salvo y cubriera la luz del sol para que no le diera en la cara.

Se largó a llorar, y se preguntó si su protagonista debería ser mujer. Su vida habría sido mucho más fácil; habría sido capaz de tomar todas las decisiones correctas.

Cuando llegó a su primera clase del día siguiente, arrastrando los pies por el pasillo y con los ojos hinchados, se detuvo de repente a pocos pasos de la puerta de su aula.

Hyunjin estaba saliendo, hombros tensos y la vista fija en el piso, caminando como si intentara escapar. Hyunjin le dio la espalda sin notar su presencia, y Felix lo vio alejarse.

Había dejado una nota sobre el escritorio de Felix.


No importa. Asumí que lo eras.

El error fue mío.

Bubblegum [Hyunlix] 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora