Bubblegum [Hyunlix] 🧁

Menta

Asumí que lo eras.

Felix tragó la angustia atravesada en su garganta intentando no hacer ruido.

El error fue mío.

Se mordió las uñas y Jisung lo miró preocupado. Le preguntó si estaba bien pero Felix no respondió. Levantó la mirada y cuando Jisung vio las lágrimas acumuladas en sus ojos, la tomó de la mano para ayudarla a ponerse de pie. Jisung cargó las mochilas de ambos y se llevó a Felix fuera del aula.

Felix se largó a llorar cuando salieron al pasillo, y vio sus lágrimas goteando sobre el piso en todo el camino hasta que llegaron al baño.

—A Hyunjin le gustan las chicas —Felix dijo entre sollozos, mientras Jisung cerraba la puerta detrás suyo y tiraba las mochilas en un rincón.

—Oh, Lix... —Jisung abrió los brazos para invitar a Felix a abrazarlo. Felix se arrojó sobre él y se aferró a su cintura—. Eso era una posibilidad.

—Lo sé.

Felix reposó la cabeza sobre el hombro de Jisung, que acarició su pelo. Intentó respirar para calmarse, pero no fue suficiente para evitar que su voz se quebrara al final de cada frase.

—H-Hyunjin... cree que es un error hablar conmigo. Y ahora no quiere que vuelva a hablarle n-nunca más. —Felix inhaló para mantener bajo control los mocos que se le estaban cayendo. Jisung no dejó de acariciarlo—. Todo este tiempo pensó que yo era una chica. Y... t-todas las veces que estuve cerca suyo, él... ni siquiera me miró porque... no me veo como alguien que podría gustarle. Hyunjin nunca podría quererme. Nunca podría enamorarse de mí porque... porque n-no tengo el cuerpo de una chica —susurró, y Jisung besó su frente.

—Tu cuerpo no tiene nada de malo.

—Lo sé —dijo Felix, frotando las mejillas sobre el hombro de Jisung para secarse las lágrimas sobre la tela de su remera—. ¿Podés decirle eso a Hyunjin?

Jisung sostuvo su rostro. Apoyó su frente sobre la de Felix y lo miró a los ojos, su aliento rozando sus labios mientras hablaba:

—Es Hyunjin el que tiene un problema si no puede enamorarse de vos. Pero tiene que darse cuenta solo.

Jisung besó la esquina de la boca de Felix, dejando el rastro del sabor a menta de su pasta de dientes. Era fresco y suave, hacía que a Felix se le pasara un poco el mareo. Felix presionó sus labios sobre los de Jisung para volver a probarlo.

—Vení a lavarte la cara, Lix. Y después nos vamos.

Felix se frotó los ojos y Jisung lo guió hasta el lavamanos.

— ¿A dónde vamos? —preguntó Felix con la voz ronca por el llanto.

—A pasear. —Jisung sonrió—. Traje nuestras cosas para no tener que volver al aula.

Jisung se mojó las manos y acarició el rostro de Felix para lavarlo, frotando los pulgares sobre sus mejillas y debajo de su nariz para limpiar las lágrimas. Mientras se enjuagaba las manos, Felix mojó las suyas y lavó el rostro Jisung aunque no hiciera falta. Jisung se rió y la tristeza en el pecho de Felix se alivió un poco más.

Cuando caminaban por el pasillo, Felix los vio: Hyunjin y su amigo viniendo desde el otro lado. Felix apretó la remera de Jisung en un puño y se escondió en su cuello para susurrar en su oído.

—Es Hyunjin —dijo—. Tengo miedo, Sungie. ¿Me está mirando?

—Sí —Jisung confirmó.

— ¿Podés soltarme así no piensa que ya lo reemplacé?

Jisung lo miró medio ofendido, pero le hizo caso y desarmó su abrazo en los hombros de Felix, que se animó a levantar la vista para ver a Hyunjin de frente.

Hyunjin siempre estaba lindo, incluso cuando se veía preocupado como ahora. Felix se preguntó qué clase de cosas podrían preocuparlo, si le estaría yendo mal en alguna materia y por qué andaba fuera del aula en medio de la hora de clases.

Después se preguntó si Hyunjin lo reconocería. Y Hyunjin lo estaba mirando, pero... lo estaba mirando sin ninguna expresión. Era como si Felix no fuera Felix, metro setenta, teñido de rubio, dibuja pollitos, sino una persona desconocida que camina por el pasillo como cualquier otra.

—El amor de mi vida me pasó por al lado y siguió de largo —Felix se quejó cuando salieron del edificio. Jisung se rió y sostuvo su mano.

—El amor de tu vida es un boludo.

Jisung lo llevó a pasear como había prometido. Compraron té helado para tomar y entraron a todas las tiendas de ropa que a Felix le gustaban. Felix pasó la tarjeta de crédito de su papá en la zapatería donde tenían las mismas botas que le habían llamado la atención días atrás, y en la tienda de manga donde encontraron los últimos tomos del shonen que estaban leyendo juntos.

Se sentaron a almorzar en la terraza del restaurante más lindo que encontraron y pidieron el postre primero, una porción de cheesecake y una de tiramisú. Pasaron el resto de la tarde jugando videojuegos en la casa de Felix y, cuando se hizo de noche, Felix le hizo ojitos a Jisung y le pidió por favor que se quedara a dormir con él.

—Estoy triste —dijo cuando ya estaban en la cama, intentando sonar más angustiado de lo que en realidad estaba. Funcionó: Jisung lo abrazó contra su pecho y ajustó las mantas sobre ambos.

— ¿Todavía estás triste? —Jisung preguntó— ¿Querés hornear masitas?

Felix sonrió. Sacudió la cabeza.

—No, quiero un besito —dijo, acomodándose sobre la almohada para mirar a Jisung a la cara. Hizo pucheros y Jisung entrecerró los ojos; se había dado cuenta de que Felix estaba exagerando para obtener mimos. Felix no desistió—. Por favor.

—Uno solo.

Jisung acarició su pelo y le dió un beso en los labios, presionando suavemente y volviendo a alejarse. Felix le robó otro. Jisung recuperó un almohadón con forma de nube que había descartado a los pies de la cama y lo usó para aplastar la cara de Felix.

—Ya te estás aprovechando —lo retó—. Andá a dormir.

Llevó unos cuantos días, pero Hyunjin escribió de nuevo.

Para Felix.

Si no sos ni una chica ni un chico... qué sos?

H

Y Felix, después de arruinar todo el esmalte violeta de sus uñas pensando qué debería decirle, escribió una respuesta.