Capítulo 6

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Daniela

En realidad, sabía que él nunca me pondría en peligro, pero eso último que dijo de alguna manera me hizo sentir segura.

Lo seguí y subimos al piso de arriba para subir al tejado. Nos quedamos viendo la ciudad que estaba alumbrada por las luces. Entonces él sacó un cigarro y empezó a absorber el humo para después dejarlo escapar por su boca.

Nunca había visto a Thiago fumar y me dio intriga saber por qué lo hacía ahora.

—¿Por qué fumas?—le pregunté intrigada

—No sé. Simplemente, lo hago porque me gusta

Sin darme cuenta me quedé viéndolo, pero rápidamente desvié la mirada al cigarro que sostenía entre sus dedos.

—Por curiosidad ¿a qué sabe el humo?

—¿Quieres probar a darle una calada?

—Me gustaría más probarlo de ti—dije bromeando

Ni siquiera lo vi venir y él se acercó a mí haciendo que tan solo quedarán unos centímetros para que nuestras bocas se rozaran.

—¿Qué haces?

No sé atrevió a responderme y en un instante me sopló el humo para qué lo probará. Arrugué la nariz y me alejé de él. Era un olor muy fuerte y para nada me gustó.

Él al ver mi reacción empezó a reírse y yo me quedé viéndolo reírse.

—¿Rubia, sé honesta qué te pareció?

—Lo siento por ti, pero es horroroso

—Me lo imaginaba

Al momento se levantó y pisó el cigarrillo para apagarlo. Yo me quedé mirando al frente y estaba un poco nerviosa porque no quería que Thiago averiguara la razón de la pelea entre Mateo y yo.

—¿Te puedo hacer una pregunta?—me preguntó

—Si después me respondes tú lo que yo te pregunté—respondí y él asintió

—¿Quién te creó inseguridades sobre tu cuerpo?

—¿Quién te dijo que no estuviera cómoda con mi cuerpo?

—Daniela, céntrate en contestar

—Está bien, pero por esta respuesta me vas a dejar que te haga 2 preguntas

—Vale

Recordar las palabras de Mateo me hacían sentir unas punzadas de ardor en mi corazón. Siempre había sido tan bueno conmigo y ahora se estaba comportando como un capullo.

Me estaba haciendo daño y ni siquiera se daba cuenta, ni siquiera se molestaba por pensar en cómo me sentirían sus palabras.

—¿Recuerdas que ayer tuve problemas con Mateo?—asintió—Pues fue porque él hizo un comentario sobre mi cuerpo que no me gustó nada. Entonces me enfadé y cuando estaba con Lucas, mi novio quería hablar conmigo, pero yo me negué porque estaba enfadada y después evité que le pegara a mi mejor amigo y la que acabó mal fui yo

—¿Qué te dijo?

—Me toca preguntar

—Daniela, si me respondes te prometo que te dejo hacerme todas las preguntas que quieras

—Me dijo que había engordado un poco

Thiago desvió su mirada hacia mis ojos y justamente en ese instante bajé la mirada. No podía mirarlo.

Siempre había odiado mi cuerpo, nunca me había gustado, siempre había intentado cambiarlo. Y que una persona que me quiere lo criticará era lo peor que podía hacer.

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora