Daniela
Por la mañana me desperté y justamente cuando recordé donde estaba y con quién estaba durmiendo empecé a entrar en pánico, pero ya era tarde porque mi hermano y Grace estaban apoyados en la pared mirándonos fijamente mientras sonreían. Desperté a Thiago mientras le daba golpecitos en el hombro, aunque nos mirasen. Cuando logré despertarlo lo miré y me frunció el ceño, entonces le hice una seña con el dedo para qué mirará atrás mío.
—Buenos días—dijo Grace sonriendo
—¿Qué tal la noche?—nos preguntó Gabriel
—Fatal. Deberías comprarle un peluche a tu hermana para que no me usé a mí como uno—contestó Thiago
—Serás tonto—dije en voz alta sin darme cuenta
Seguidamente, me empujó del sofá y caí al suelo. Me giré hacia él enfadada y mi hermano me ofreció un café cuando me levanté.
—¿Tenías que empujarme?—le pregunté y se levantó
—Sí
Me volví a sentar en el sofá y mi amiga se sentó a mi lado.
—¿Mar, sigue durmiendo?—le pregunté a ella
—Sí, pero no vengo a hablar de ella. ¿Qué pasa entre vosotros?
—¿Entre Thiago y yo?—asintió—No pasa nada
—Eso no dicen vuestras miradas
—No sé qué ves en mis ojos, pero no siento nada por él
Más tarde, Mar se despertó y apareció por el salón, estuve un rato hablando con ella y la peiné porque llevaba el pelo revuelto.
—¿Daniela, hoy vamos a ir a una discoteca por la noche quieres venir?—me preguntó Grace
—Prefiero quedarme en casa, no estoy para salir
—Te haría bien salir y distraerte un rato—me aconsejó mi amiga
—Grace, otro día voy con vosotros—asintió
Ella se levantó y yo me quedé sentada al lado de Mar que estaba viendo los dibujos en la televisión. Después me levanté y fui a mi habitación para cambiarme de ropa y para quitarme los restos de maquillaje que me quedaban de haber llorado.
A continuación, me tumbé en la cama y desbloqueé mi teléfono para ver todos los mensajes que me llegaron en un instante. La mayoría de esos mensajes eran de Mateo y de Nicole, pero pasé de ellos y me centré en los mensajes de mi mejor amigo que me estaba apoyando y dando ánimos para que no me encerrará en mi casa. Igualmente, dijeran lo que dijeran me iba a quedar leyendo o escuchando música para evadirme de lo que sentía mi corazón al recordar sus palabras.
Sinceramente, no podía negar que me sentía dolida, pero cuando nos dimos un tiempo por lo que ocurrió en la fiesta ya me fui haciendo una idea de que lo nuestro no iba a durar mucho. Y recuerdo perfectamente que dije que yo estaba muy feliz con Mateo, pero en realidad me estaba mintiendo a mí misma por no aceptar la verdad.
Al mismo tiempo que estaba reflexionando escuché que tocaron el timbre y como nadie fue a abrir la puerta fui yo. Bajé los escalones y abrí la puerta y lo más sorprendente fue que no había nadie, entonces bajé la mirada abajo y me encontré una carta. Inmediatamente, la abrí y la empecé a leer.
Para ti
Daniela sé que ahora mismo no me quieres ver ni en pintura y lo entiendo, te hice mucho daño y me arrepiento, por eso tengo bastante claro que ya es demasiado tarde para intentar arreglar las cosas. Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero al menos esperaba que me dieras la oportunidad de explicarte lo que sucedió y como sé que va a ser imposible, al menos espero que leas esta carta. Sinceramente, ese día estaba borracho y también estaba enfadado por lo que sucedió en la fiesta. Lo que hicimos estuvo mal porque te engañamos, te mentimos y ni siquiera tuvimos el valor de decírtelo en la cara. En pocas palabras mandamos a la mierda tu amistad, tu amor y hasta tu confianza. No creo que quieras volver a verme por eso te voy a hacer un favor y no me volveré a aparecer por tu casa, además porque hay algunas personas que me odian por lo que pasó en la fiesta y no quiero tener más enemigos. Ojalá algún día puedas perdonarme a mí y a Nicole por la forma en que te traicionamos.
Lo siento
Mateo
Esto era ridículo, las palabras que me decía y sus actos no se comparaban en nada. Era absurdo. ¿De verdad pensaba que me iba a tragar esas palabras? Yo conocía esa historia y esas palabras a la perfección porque me mintió muchas veces y me prometió miles de promesas que al final no cumplió. En seguida arrugué la carta en mi puño y me limpié las lágrimas que me caían por la rabia que sentía. En un instante perdí la cabeza y golpeé con un puño la pared y fui tan estúpida que me hice daño.
—¡Mierda!—maldije
Al instante me vi los nudillos rojos y me dolía la mano por el golpe que solté.
—¿Dani, qué te pasó?—me preguntó Grace
—No es nada
Me fui corriendo a mi habitación porque sabía que todos me habían visto golpear la pared. Me metí en la cama y me limpié las lágrimas que me caían. Más tarde tocaron a mi puerta, pero no contesté. Igualmente, oí su voz y sabía que no me apetecía verlo porque no quería que me viera en este estado, aunque ayer ya me hubiera visto llorar.
—¿Rubia, quieres contarme lo que te pasó?
—No me apetece
—¿Y puedo sentarme en la cama?
—Como tú quieras, Thiago
Sé acercó lentamente a la cama y pude escuchar sus pasos. Cuando él se sentó tarde un rato en girarme hacía su lado, pero al final lo hice y me tendió su mano.
—¿Qué haces?—pregunté extrañada
—Me dejas ver tu mano—no dije nada y se la tendí
Con cuidado me pasó sus dedos por mis nudillos rojos y me aguanté las ganas de rechistar.
—Deberías ponerte un poco de hielo—me aconsejó
—Debería
Thiago se levantó y en cuestión de minutos volvió a mi habitación con una bolsa de hielo. Unos minutos más tarde mi mano ya estaba mejor que antes.
—Gracias
—¿Por qué?—me preguntó con el ceño fruncido
—Por hacer de médico por segunda vez—respondí y esbozó una sonrisa
—Daniela deberías pensar en la propuesta de salir hoy por la noche. Te haría bien salir—me aconsejó—Duérmete un rato si te apetece y después ya decidirás lo que quieres hacer
Luego salió de mi habitación y en unos instantes me quedé dormida. Aunque no duré mucho porque cada vez que cerraba los ojos volvía a revivir ese día, volvía a ver las fotos de ellos dos besándose y me dolía mucho porque ellos eran importantes para mí.
Nicole había sido una hermana para mí. Siempre nos habíamos apoyado la una a la otra, nos habíamos contado todos nuestros secretos, nos habíamos alegrado por los logros de cada una. Y ahora que la persona que más me importaba me hubiera traicionado de esa manera me dolía mucho, pero sobre todo porque ni siquiera tuvo el valor de decírmelo, me tuve que enterar por una maldita foto.
Y lo peor fueron las palabras de Mateo que se me repetían una vez tras otra en mi cabeza. <<¿Sabes Daniela? Sí que disfruté besándola, es más le hice cosas que nunca llegué a hacerte a ti>> Aquel idiota que se suponía que era mi novio, que me quería y que me prometió nunca hacerme daño, acabó haciendo todo lo contrario. Y el dolor que sentía no era solamente por su traición sino porque le dejé entrar a mi vida, le fui sincera, honesta y le importó una mierda. Quizás me dejé cegar por el amor que sentía por él o por una versión de él que nunca existió. Aunque la verdad me costaba y me dolía pensar eso porque cuando conocí Mateo se comportó diferente y extrañaba al antiguo Mateo.
Ahora mismo solo me preguntaba una única cosa ¿Para qué me prometió las estrellas si al fin y al cabo me acabó quemando?
Bueno, Gabriel y Grace ya saben cositas 🤫
Daniela sigue destrozada por la ruptura 💔
¿Qué piensan de la carta que le envió Mateo?
Thiago como siempre preocupandose por ella y haciendo de médico. Sigo amandolo muchooo
Esta historia me esta gustando mucho y ver todo el apoyo que me dan me hace muy feliz, gracias por el apoyo, los amo ❤
Nos vemos el próximo día
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Corazones en llamas ©
Teen Fiction"A veces el amor y la amistad se cruzan y a alguien le toca sufrir" Daniela Miller y Thiago Walker eran mejores amigos desde pequeños, pero todo eso cambió un día y empezaron a convertirse en dos completos desconocidos hasta el punto de detestarse...