Capítulo 24

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Daniela

Estaba en el gimnasio donde siempre solía venir a entrenar, antes de comenzar a boxear contra el saco, estuve saltando un rato a la cuerda, después cuando acabé me puse unas vendas que eran necesarias y los guantes. Me acerqué a la parte de los sacos de boxeo y me posicioné enfrente de uno para lanzar un golpe tras otro. Después me subí al ring y mi entrenador se puso las manoplas de boxeo, que servían para que yo lanzara un golpe y él lo parara con su mano, pero sin hacerse daño. Estuve un rato lanzando golpes y él los iba parando con las manoplas.

Cuando acabé el entrenamiento me fui al vestuario y me duché porque estaba sudando, Después me fui a una cafetería porque necesitaba llenar mi estómago para poder tener energía durante el día y mientras me preparaban mi pedido, le envié a Thiago las entradas del concierto.

El mismo día que Mar le preguntó a su hermano si podía ir al concierto, por la noche me metí en la página y compré las entradas. El concierto era esta noche, así que Mar debería estar contenta.

La chica del mostrador me dio mi comanda y le pagué la comida. Justamente estaba por salir de la cafetería cuando me choqué con una chica de cabello castaño, al instante me disculpé y ella también me pidió disculpas, pero lo que me sorprendió fue que pronunció mi nombre y yo no la conocía.

Quizás me conocía de algún combate que hubiera hecho en la ciudad o de mi declaración hacia Thiago cuando tuvieron el partido. No me extrañaría que me conociera por los medios, porque sinceramente las noticias estaban rodando por todo el país y dudo que no me reconocieran por ello.

—Daniela...—pronunció mi nombre

—¿Perdona te conozco?—le pregunté

—Soy Lena, me conoces de la fiesta en la que estaba hablando con Thiago

—Ah, tú eres la chica con la que estaba coqueteando

—No, no, solamente estábamos hablando, no tenía ninguna intención de ligar con él—se apresuró a decirme

—No pasa nada, tranquila

—Oye Daniela, quería decirte que te vi en el partido y que me alegra saber que le has confesado lo que sientes por él. Desde que te vi aquel día, comprendí que lo que sentías por él era amor, al igual que él por ti

—¿Cómo sabes lo que él sentía por mí?—le pregunté

—Porque lo veía mirarte y su mirada era tan intensa que parecía que estuviera viendo una obra de arte. Además, no podía evitar sonreír y estaba muy segura de que entre vosotros había algo más que una amistad o lo que fuerais—me contestó

—Bueno, es cierto, no sé cuándo pasó, pero en algún momento comencé a sentir algo por él y cuando os vi riendo y pasándolo bien me puse celosa

—Lo sé y en serio que no me senté a su lado para coquetear

Antes de que pudiera seguir hablando con ella, una camarera que estaba en la barra preparando una comanda la llamó y Lena sé tuvo que ir y no se pudo quedar hablando conmigo.

—¿Trabajas aquí?—le pregunté y asintió

—Sí—me respondió

Después me fui a mi casa a cambiarme de ropa, me puse los auriculares para escuchar música mientras caminaba y antes de llegar a mi casa escuché unos gritos que venían del otro lado de la calle. Me acerqué para ver lo que pasaba y me quedé boquiabierta al ver a Nicole y Santiago gritándose y juntos. Me sorprendió verlos juntos, porque no sabía que se conocían.

Quizás lo que iba a hacer era un error, pero ella había sido mi mejor amiga desde los 3 años, y aunque me hubiera traicionado de una manera que me dolía en lo más profundo de mi corazón, no podía verla así y menos peleándose con el imbécil de Santiago.

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora