Corazones en llamas ©

Capítulo 18

Daniela

Antes de bajar al salón nos asomamos por la escalera y los vimos sentados en el sofá. Mar estaba tumbada con la cabeza apoyada en el regazo de mi amiga y Gabriel estaba hablando con ella y escuchábamos sus risas de fondo. Thiago y yo nos miramos fijamente y después esbozamos una sonrisa a la vez.

—¿Estás pensando lo mismo que yo?—le pregunté a Thiago

—Sí. No tardarán en confesarse lo que sienten

Antes de dar un paso para bajar abajo, apoyé mi espalda en la pared y sentí la mirada de él encima mío.

—¿Thiago podrías dejar de mirarme por un segundo, por favor?

—¿Por qué?—preguntó extrañado

—Porque tienes una habilidad de acelerarme el corazón con tan solo una mirada—sonrió y se acercó a mí

—Tú a mí también me haces sentir nervioso cuando estás cerca de mí

—Pues se te da bien ocultarlo porque yo no puedo

Intenté apartarlo de mí para poder respirar tan solo unos segundos, pero lo único que conseguí fue quedar con mi espalda pegada en su pecho. Al instante me pasó sus dedos por mi cuello e hice lo único que tenía ganas de hacer, lo besé.

Y se sentía tan bien besarlo. Me acerqué más a él y me rodeó la cintura con un brazo. Nos besamos ansiosos y mi cuerpo ya estaba ardiendo en pleno invierno. Y no me extrañaba porque lo que Thiago me hacía sentir era increíble, con tan solo un beso sentía mi cuerpo en llamas.

¡Madre mía! No me había dado cuenta de las ganas que llevaba queriendo besar esa boca. Aunque sobre todo había extrañado mirar esos ojos verdes a todas horas.

—Bueno, creo que es mejor que bajemos antes de que...

—¿Chicos bajáis?—nos preguntaron gritando Grace y Gabriel

—¡Ya bajamos!—contestó Thiago

Antes de bajar recordé las palabras que le dije a Mar sobre si saldría con su hermano y entonces supe que iba a ser difícil explicarle por qué le mentí, así que tuve que pedirle ayuda a Thiago.

—Me vas a tener que ayudar a explicarle a tu hermana que estamos juntos

—¿Por qué?

—Porque no sabré cómo explicarle que la excusa que le dije era mentira. Porque a pesar de que estaba enamorada de ti, no lo quería aceptar. Por eso necesito tu ayuda ¿Me ayudarás?

—Por supuesto, será muy divertido

Me reí y se abalanzó para darme un beso, pero lo detuve un momento.

—Thiago, quiero hablar con Grace, así que por favor todavía no le digas nada a tu hermana

—Está bien—me dio un beso corto y se fue

Volví a mi habitación y me estiré unos segundos en la cama. Después me levanté para recoger los medicamentos y los guardé. Finalmente, bajé abajo y le hice unas señas a mi amiga para que viniera a hablar conmigo. Nos alejamos del salón y fuimos a la cocina.

—¿Qué pasa?—me preguntó mi amiga

—Tenías razón, él también sentía lo mismo que yo

Mi amiga se levantó para darme un abrazo y soltó una risa.

—Mi chica tan solo con las miradas se notaba como os gustabais

—Grace, lo que él me hace sentir nunca lo había sentido con Mateo