Capítulo 32

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Daniela

Estaba repitiendo en mi cabeza una vez tras otra las palabras que Jay había soltado. Esta noticia era muy importante para mí porque era una oportunidad única que no podía desaprovechar. Desde que era pequeña había soñado con esto y ahora el destino me estaba dando la oportunidad de luchar por mi sueño y hacerlo realidad.

Llamé a mi entrenador y me dijo que me vería en el gimnasio, así que me dirigí hacia allí. Cuando llegué lo vi apoyado en el ring hablando con dos señores que iban vestidos con traje. Me acerqué a ellos y los tres se giraron hacia mí. Jay me presentó a esos hombres y le tendí la mano al señor que me la aceptó.

—Bienvenida, señorita Miller. Yo soy Thomas Davies y me gustaría darte la oportunidad de combatir en uno de los campeonatos más importantes de Estados Unidos. He estado viendo algunos de tus combates y me he dado cuenta de que eres una de las mejores boxeadoras para combatir contra las demás contrincantes—me dijo el señor y mi corazón estaba acelerado de la emoción

—Señor, sería un honor combatir para ese campeonato, pero debería mirar las fechas y hablarlo con Jay que es mi entrenador y mánager—le comenté a Thomas

—De acuerdo. Si queréis puedo dejaros unos minutos para que habléis y me deis una respuesta—me dijo y asentí con la cabeza

—Gracias, le prometo que no tardaremos mucho—le aseguré

Me alejé de él y me quedé en una esquina de la sala para hablar con mi entrenador. Él me miraba sonriendo y estaba esperando que yo dijera algo.

—Jay, esto me hace demasiada ilusión. Llevó soñando con este momento desde siempre—le dije emocionada

—Lo sé y por eso creo que deberías de aceptar—me aconsejó él

—¿Y qué hay de los combates que tenía estos días?—le pregunté preocupada

—No te preocupes. Esos combates no estaban asegurados, así que acepta esta oportunidad porque sé que te hace muy feliz—me respondió Jay y asentí

Volvimos donde estaba Thomas Davies y antes de decirle mi respuesta le pregunté por cosas sobre el combate que quería saber y que él no había mencionado.

—¿Cuándo comienza el combate?—le pregunté

—Comienza el 5 de diciembre y termina el 8 de diciembre

—¿Cuánto duran los asaltos?

—Doce asaltos de tres minutos

—¿Cuánto ganaría por cada combate?

—Según como está redactado en el contrato, pensamos que por cada combate que hagas ganaras 4.000 dólares—me mostró el contrato y puse una mueca que no me convencía

—Espero que esto no le siente mal, pero ya había pensado que me podían pagar 11.000 dólares—comenté

El señor me miró unos instantes y por la mirada que le puse se lo pensó y empezó a negociar la oferta.

—6.000

—11.000

—8.000

—10.000 es mi última oferta y le aseguró que voy a ganar todos los combates—le intenté convencer

—De acuerdo, 10.000 dólares por combate—aceptó el señor y estrechó mi mano

Leí todo el contrato y antes de firmarlo miré a Jay que me miraba orgulloso y asintió con la cabeza para que yo firmará esos papeles. Finalmente, lo hice y le devolví el contrato al señor Davies y Jay lo acompañó a él y su acompañante a la puerta.

Cuando Jay volvió decidí que les tenía que contar esta noticia a mis padres, así que caminamos hacia mi casa, pero él se tuvo que ir y me quedé yo sola. Entré muy contenta a mi casa hasta que vi a Jessica junto a mis padres y mis amigos hablando. Cerré la puerta con fuerza y todos se giraron hacia mí.

—¿Qué hace ella aquí?—pregunté molesta

—Si te molesta mi presencia, puedo irme—me dijo ella con una voz dulce

—Me harías un gran favor—le dije cruzándome de brazos

Jessica estaba por irse, pero mi hermano se lo impidió, le insistió para qué se quedará y ella no se pudo negar porque Gabriel era insoportable cuando intentaba convencer a una persona. Mis ganas de estar ahí y de contarles la noticia se habían desvanecido. Me di la vuelta para cruzar la puerta, pero Jessica se puso delante mío y me miró como si quisiera saber la razón por la que no me agradaba su presencia.

—Daniela, me gustaría que fueras sincera conmigo y me dijeras la razón por la que no te caigo bien

—¿Todavía no te has dado cuenta?—le pregunté y negó con la cabeza—Perfecto, te voy a decir toda la verdad. No me caes nada bien y no eres bienvenida a mi casa porque eres la hermana del idiota de Ryan y todo lo que tenga que ver con él no me gusta. ¡Tu hermano me jodió la vida sin ningún remordimiento y me abrió una maldita herida que juré que había sanado y que había olvidado, pero no es así! Y mis amigos me pueden decir que tú no eres igual a él, pero yo no me creo ese cuento—le dije cabreada y dolida

—Daniela, tranquilízate—me pidió Thiago

—No, no lo pienso hacer. Y que te quede claro que no estoy celosa—le dije en un tono brusco

—¿Se puede saber que te hizo mi hermano?—me preguntó Jessica

—¡Desvelo que fui una drogadicta!—le contesté con el corazón hecho trizas

Todos se quedaron sin decir una palabra y me miraban con pena y eso me jodía mucho. Caminé hacia la cocina y abrí una botella de vino. Si al menos iba a celebrar la noticia del campeonato, yo sola, lo haría bien. Esquivé a Jessica que se había apartado de la puerta, me senté en el sofá que había en el porche de mi casa y me puse los auriculares para escuchar música.

Ahora debía de estar feliz, pero mi felicidad se esfumó hace unos minutos. Fijé mi mirada al cielo que estaba repleto de estrellitas que brillaban y me empezaron a venir todo tipo de pensamientos.

Desde que esa herida se había abierto me sentía sola, rota, débil y sin ganas de vivir. Cada vez que intentaba borrar esos recuerdos, se intensificaban más y mi corazón ardía tanto que casi ni lo sentía. Solamente de recordar cómo me llegué a sentir ese año me odiaba profundamente, porque lo que sufrí, lo que lloré y el daño que me hice a mí misma y a las personas que les importaba era horroroso y muy doloroso.

Me rodeé las rodillas, me sequé las lágrimas que me caían por las mejillas y cerré los ojos. De repente, sentí que alguien se sentaba a mi lado y abrí los ojos para ver quién era. Cuando la vi a mi lado, abrió sus brazos para qué la abrazará y lo hice porque ahora mismo solo necesitaba el apoyo de mi amiga, de aquella chica que desde que conocí se había vuelto una hermana para mí.

—Dani, lo siento mucho—me dijo en voz baja—Pero sabes que puedes contar conmigo para lo que sea

—Lo sé. Eres la mejor amiga y hermana que he podido tener—le dije y esbozó una sonrisa

—Tú también

Apoyé mi cabeza en el hombro de mi amiga y le rodeé el brazo para qué se quedará conmigo todo el tiempo necesario.

—¿Están todos enfadados conmigo?—le pregunté a Grace

—No—me respondió—Daniela, si yo estuviera en la misma situación que tú hubiera reaccionado de la misma manera—se sinceró conmigo

—Ojalá nunca estés en mi situación Grace—le dije de corazón a mi amiga

Mi amiga se levantó y yo hice lo mismo para entrar a dentro, ya que afuera estaba comenzando a refrescar. Entré y por suerte todos ellos estaban en el salón y no me los crucé. Nos quedamos en mi cuarto hablando hasta que empecé a hacer la maleta para el viaje.

—¿Daniela, por qué haces la maleta?—me preguntó mi amiga curiosa

—Porque me voy a Estados Unidos a pelear en un campeonato—le dije y se quedó sorprendida

—Es una gran noticia—dijo emocionada mi amiga

—Sí, llevo demasiado tiempo luchando por este momento y al final lo voy a lograr—le dije contenta

—¿Te vas pronto?—me preguntó

—Sí, me voy el 5 de diciembre y vuelvo el 8—le respondí

Dejé lo que estaba haciendo y volví a sentarme en la cama al lado de mi amiga. Entonces tocaron a la puerta de mi habitación y Grace se quedó con las palabras en la boca. Abrieron la puerta y vi ese cabello de color oscuro y esos ojos verdes mirándome fijamente.

—¿Puedo pasar?—me preguntó y me encogí de hombros

—Siempre interrumpes en el momento más oportuno—le dijo Grace lanzándole un cojín e hice un intento de no reírme

Mi amiga se levantó para irse, pero antes me dio un abrazo reconfortante que me hizo sentirme bastante bien. Thiago dio unos pasos para acercarse a mí, pero no llegó a sentarse, se quedó de pie.

—Oye Thiago, quería disculparme por haberte hablado mal—le dije

—No te preocupes, no podrías dañar mi corazón ni aunque quisieras—dijo bromeando

Me dedicó una sonrisa y le lancé un cojín al único que tenía el ego por las nubes. Él se sentó enfrente mío y la tristeza me volvió a invadir.

—Lo que dije antes es verdad. Yo pensé que esta herida estaba cerrada, pero quizás hay algunas que nunca dejan de doler

—Rubia, ojalá, yo pudiera calmar tu dolor, pero no puedo

—Lo sé

Thiago desvió su mirada a la parte de la habitación donde tenía la estantería repleta de libros y cuando se giró para verme extrañado me di cuenta de que vio la maleta que estaba a medio hacer.

—¿Te vas?—me preguntó

—No es...—no me dejó hablar

—¿En serio pensabas irte por una discusión?—insistió él

—Thiago...

Se levantó y no me dio tiempo a soltar una palabra porque salió de mi habitación muy rápido. Salí corriendo detrás de él porque estaba pensando cosas que no eran. Bajé las escaleras corriendo para llegar a él y no me di cuenta de que estaba enfrente mío hasta que choqué con su espalda y caí de culo al suelo.

—Ay, que daño—me quejé y mi amiga me ayudó a incorporarme

Entonces, cuando todos me miraban, incluso mis padres supe con certeza que Thiago ya les había contado que me iba a ir, pero no sabían mi versión. De un momento a otro me empezaron a hacer muchas preguntas, pero no contesté ninguna porque no escuchaba nada.

—¿Qué pasó?—me preguntó mi amiga alejándome de ellos

—Se piensa que me voy a ir, pero no me ha dejado explicarle que es por el campeonato—le respondí y las dos esbozamos una sonrisa

Grace intentó poner orden en la sala, pero ninguno le hacía caso. Me parecía divertido ver cómo discutían porque estaban sacando las cosas de contexto, pero ya me estaba empezando a doler la cabeza de tantos gritos y de tantas preguntas. Así que harta de esto hice lo único que podía puse orden en la sala sacando mi lado violento.

—¡Chicos, callaos ya!—grité con todas mis fuerzas

De repente, escuché unos sollozos y me encontré a Mar detrás mío rodeándome la pierna y llorando porque la asusté gritando.

—Mar, no pasa nada. No llores, todo está bien—le di un beso en la coronilla y conseguí tranquilizarla

—¿Me vas a abandonar?—me preguntó y negué con la cabeza

—Tu hermano malentendió todo. Sí, es verdad que me voy, pero es porque tengo un campeonato en Estados Unidos—le contesté

Todos se quedaron con los ojos como platos y sin saber qué decir y me empecé a reír. Después de que consiguieron salir del colapso, me abrazaron y me felicitaron.

—Esto hay que celebrarlo—dijo mi hermano contento

—Si no os importa estoy muy cansada y prefiero celebrarlo otro día

—¿Daniela, puedo quedarme a dormir contigo?—me preguntó Mar y miré a Thiago que asintió

—Claro

Subí las escaleras, entré a mi habitación y dejé que Mar se acomodará en la cama. Le pasé un brazo por encima a Mar para abrazarla y que no tuviera miedo. Poco a poco se fue durmiendo y yo me quedé despierta y no pude evitar llorar. Entonces vi por el rabillo del ojo que Thiago había entrado y me sequé las lágrimas que me caían por las mejillas.

—¿Daniela, estás bien?—me preguntó

—Sí, ¿por qué?

—Porque antes noté que detrás de tu mirada de felicidad ocultabas algo

—Solo... solo estoy cansada

Todavía me seguían cayendo lágrimas y no podía controlarlo, era algo involuntario. En el momento que Thiago se dio cuenta se levantó y se tumbó detrás mío abrazándome. Noté su respiración en mi cuello e intenté calmarme.

—Rubia, ¿por qué estás tan triste?

—Thiago solo quiero volver a ser la Daniela que era antes, cuando reía por cada estupidez que tú hacías con mi hermano, cuando no me fallaban las amistades y no me usaban para luego alejarse... pero me hicieron perder la confianza y la seguridad y ahora no sé cómo voy a hacer para ser quien era.

—Sé que ahora te sientes jodidamente perdida y que tienes el corazón hecho pedazos y no sabes cómo sanar las miles heridas que arden. Pero estoy seguro de que vas a salir de esa amarga oscuridad

—Gracias

—¿Por qué?

—Por quedarte a dormir conmigo. Te necesitaba y extrañaba dormir en tus brazos porque tú me transmites seguridad cada vez que me abrazas

—A mí también me gusta dormir contigo. Y con mucho gusto podría dormir todas las noches a tu lado, solo me lo tienes que pedir rubia

Me dio un beso en la mejilla y noté sus dedos acariciando mi piel hasta que finalmente me acabé durmiendo en sus brazos. Pero ese momento no duró mucho porque se me avecinaron todos los recuerdos de cuando fui una idiota y me destrocé probando esas sustancias tóxicas. No quería seguir pensando en eso, ni siquiera quería soñarlo, así que me desperté y mi corazón estaba demasiado acelerado. Me giré y vi que Thiago no estaba en la cama, solo estaba Mar.

Me levanté y bajé al piso de abajo para buscar a Thiago. Lo llamé en voz baja para que los demás no se despertaran. Me acerqué a la cocina y lo vi bebiendo agua. Inmediatamente, fui hasta su lado y lo abracé porque tenía mucho miedo.

—Nunca me dejes sola, por favor—le dije y escondí mi cabeza en su pecho

—No lo haré—su respuesta me transmitió seguridad

Seguía abrazándolo y me guio hasta mi habitación donde seguía su hermana durmiendo tranquilamente. Se tumbó en la cama y me hizo un espacio para que me tumbara delante suyo. Me rodeo la cintura para acercarme a él y entrelacé mis manos con las suyas.

—Sea lo que sea que hayas soñado, olvídalo. Me voy a quedar toda la noche a tu lado, no me voy a separar ni en un instante—me dijo y estaba segura de que iba a cumplir su promesa—Solo te pido que no me des un codazo, quiero sobrevivir más noches rubia—me pidió y se me escapó una pequeña risa y no tuve que mirarlo para saber que él estaba sonriendo

Finalmente, mis ojos se acabaron cansando y se fueron cerrando poco a poco hasta que me dormí profundamente y por suerte no volví a tener esas pesadillas. Realmente, no sé por qué ocurría esto, tampoco sabía si era algo normal, pero siempre que dormía al lado de Thiago dejaba de tener esos sueños desagradables.


¿Holaaa, cómo están?

Hoy les trajé un nuevo capítulo lleno de noticias y confesiones

¿Piensan que Daniela fue muy cruel con Jessica?

Yo la verdad es que me siento muy identificada con Daniela porque me llegué a sentirme igual de perdida que cómo lo esta ella 💔

Espero que lo hayan disfrutado y que os haya gustado ❤

Los quiero mucho, gracias por las 20k de lecturas y los 1k de votos. Estoy muy feliz de que les esté gustando tanto esta historia que es muy importante para mí 💞

Nos vemos el próximo sábado con un capítulo nuevo <3

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora