Capítulo 34

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Daniela

5 de diciembre

Estaba sentada al lado de Jay en el avión, pero yo estaba en la parte de la ventana mirando el cielo mientras escuchaba música. Como todavía faltaba mucho para llegar a Estados Unidos, me dormí un rato para descansar aunque me acabé despertando. Unas horas más tarde, cuando llegamos a California nos alojamos en el hotel donde todos las boxeadoras tenían habitaciones reservadas.

Subimos a nuestras habitaciones porque era tarde y mañana tenía el primer combate. Me estiré en la cama y recibí una videollamada de Thiago. Me extrañé al ver que estaba en la habitación de un hotel con sus amigos del equipo y me acordé de que me mencionó que tenían unos cuantos partidos en Alemania.

Me contaron como se estaban adaptando al tiempo de allí y también me contaron un par de cosas de fútbol que no llegue a entender. Entonces escuché una voz dulce que me llamaba y no pude evitar reírme cuando Thiago hizo una mueca de desagrado.

—¡Daniela!—me llamó Mar

—Oye, vamos a tener que poner límites. No puedes querer más a esa rubia irritante que a tu propio hermano—Mar le sacó la lengua y todos se rieron

—Agradece que no estoy contigo porque sino ya te habría pateado el culo—le aseguré

—Que desagradable que eres siempre

—¿Perdona?—encarné una ceja—Jacob, ya me puedes matar a ese idiota

Todos se rieron respecto a mi comentario, incluso Mar y Grace que estaban atrás del todo. Él se enfado y me sacó el dedo del corazón. No pude reprimir una sonrisa y se cabreo aún más.

—No digas esas palabras enfrente de mi hermana

No digas esas palabras enfrente de mi hermana—me burlé

—Pesada

—Tonto

—Insoportable

—Egocéntrico

—Irritante

—Mongolo

—Creída

Todos se rieron cuando me quedé callada porque no se me ocurría ningún insulto más. Arrugue la nariz y me crucé de brazos. Él se rio junto a sus amigos y eso hizo que me cabreara.

—Thiago, me tengo que ir a dormir

—Buenas noches, rubia

—Buenas noches, amor

Por dios, no podía ser verdad que eso hubiera salido de mi boca y ni siquiera que lo hubiera pensado. Recé porque no lo hubieran escuchado, pero no fue así. Lo escucharon y se empezaron a reír y a burlarse.

—¿Lo habéis escuchado?—asintieron

Ese fue el momento en el que quería desaparecer o retroceder el tiempo. Ahora mismo estaba segura que después de haber soltado esta palabra cursi me lo iban a recordar y se iban a burlar para hacerme rabiar.

—Me has llamado amor —volvió a recordármelo—¿Nunca me llamas así?

—¿Qué? Por favor que estupidez, yo nunca diría algo así

—¿Segura?

—Completamente

—¿Y por qué estas sonrojada y nerviosa?

—Porque hace calor y tengo mañana un combate

—Mentirosa, no es bueno mentir

—Buenas noches, Thiago

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora