Capítulo 46
¿Alguna vez han sentido que están viviendo un momento como si estuviesen atrapados en un sueño? ¿No? Pues así me sentía en ese momento.
El viaje en coche hasta el hospital fue demasiado surrealista, papá estaba conduciendo mientras Aaron estaba a mi lado más nervioso que yo, y yo me sentía extraña.
No sé cómo explicar mis emociones de ese momento, de alguna manera sentía que iba a cambiar, que más nunca sería la misma Rose, ahora formaría parte del grupo de madres.
Cualquiera diría que al tener ocho meses para mentalizarme sería más fácil, pero no, me daba miedo perderme a mí misma, había visto suficientes videos donde la gente decía que su única razón de estar vivo eran sus hijos haciéndolo ver cómo un halago, como para asustarme.
Si, mis hijos serían parte fundamental de mi vida, pero no me veía siendo solo un madre, quería ser una gran esposa, una gran profesional… una persona que se amaba a sí misma y ama la vida por su logro no solo por sus pequeños.
Quizás ese pensamiento me convirtiera en mala madre, pero era uno de mis más grandes miedos en ese momento.
¿Era estúpido pensar en esas cosas cuando iba camino a conocerlos? No lo sabía, nadie te prepara para esos momentos y tu mente hace lo que se le da la gana.
En casa solo tenía pequeños dolores, pero mientras más me acercaba al hospital el dolor se iba intensificando más, al punto que una de las contracciones me quitó el aliento por unos segundos.
—A la mierda —recuerdo susurrar mientras apretaba la mano de un Aaron bastante pálido y preocupado.
—¿Está siendo más fuerte? —No podía hablar así que solo asentí mientras trataba de mentalizar las meditaciones que por meses había ensayado para ese momento.
Otra de mis preocupaciones era que todo estaba yendo muy rápido, y la doctora me había dicho que mis bebés eran muy grandes como para yo tenerlos de manera natural, que lo mejor era hacer una cesaría llegando el momento, pero si luego era muy tarde y no se podía, no quería que le pasará nada a mis hijos.
Sentí ese viaje al hospital eterno, lo que normalmente duraba cuarenta minutos ese día mi padre lo hizo en mucho menos, pero yo lo sentí como un día entero.
Levemente entre mi nube de pensamientos escuché a mi padre llamar a Román y avisarle, pero estaba tan nerviosa y preocupada que sinceramente no sé si lo imaginé.
Quería pensar positivo, ese era mi papel, siempre ser la que piensa positivo, la que busca alternativas y soluciones, pero en ese momento no podía dejar de pensar que algo iba a salir mal.
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Faceoff
RomanceSerie: Una noche Libro #1 Aarón estaba perdido; tenía que elegir: decepcionar a su padre o decepcionarse a sí mismo. Rose nunca pensó encontrarse en esa situación, quizás en unos diez años, pero no a esa edad y no con él estupido capitán del equi...