Serie: Una noche
Libro #1
Aarón estaba perdido; tenía que elegir: decepcionar a su padre o decepcionarse a sí mismo.
Rose nunca pensó encontrarse en esa situación, quizás en unos diez años, pero no a esa edad y no con él estupido capitán del equi...
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Capítulo 31
Aaron tenía unas enormes ojeras, me preocupaba muchísimo el esfuerzo que estaba haciendo y por eso decidí callar casi cuatro días el encuentro que tuve con su padre, los tres primeros días de la semana eran un infierno para los dos, así que sumarle otra preocupación no me apetecía.
Por ello esperé al jueves en la noche para poder contarle lo que había pasado, no fue hasta que llegó a casa a eso de las siete de la noche que le conté, incluso me esforcé en hacer una cena decente como para preparar el terreno y que el impacto no fuera tan fuerte, odiaba causarle más dolor.
Como todos los días al llegar él me trajo hacia él tomándome por la cintura y me saludó con un beso suave en los labios. Lo amaba, ¿como había sucedido? no lo sabía, pero tenía la certeza de que así era; lo amaba con todo mi corazón y adoraba esos pequeños momentos que eran solo para nosotros.
También había escogido el día jueves porque mi padre tenía una cita con su novia —aun sonaba raro en mis pensamientos —y eso nos daba tiempo a solas para los dos. Íbamos a poder hablarlo más calmado.
—¿Cómo estuvo tu día? —Le susurre sobre sus labios y él solo me dio otro beso suave, para luego separarse un poco y mírame a los ojos.
—Bastante bien, estoy algo cansado, pero paso rápido —respondió mientras miraba hacia la cocina y sonreía —. ¿Cocinaste?
—Si, hice arroz y pollo —El sonrió emocionado, le gustaba que le diera esos detalles porque sabía que para mi era un gran esfuerzo y que solo lo hacía porque era él. —El arroz está algo duro y se quemó un poco, pero no está tan mal.
—No importa, igual me lo comeré. —Apreciaba su sacrificio, suponía que lo hacía porque me amaba de igual manera.
—Bien, así me gusta que seas un buen chico. —Él sonrió por mi locura y luego con mucho pesar se separó de mi. —Ve a ducharte, calentare todo mientras ¿Está bien?
El asintió y luego se perdió de mi vista después de subir las escaleras al segundo piso. Serví la comida en dos platos y metí uno por uno en el microondas, no me iba a arriesgar a calentarlos en la estufa y quemar más la comida.
Luego acomode todo en el comedor y solo espere, diez minutos después Aaron bajó las escaleras con el pelo mojado pero vestido con ropa de casa, se veía divino, nunca me cansaba de verlo, era una muy buena vista.
—Está todo listo, vamos a comer y luego a descansar, te ves agotado cariño. —El suspiro y se sentó a mi lado.
—La verdad me siento muy cansado, me duelen partes de mi cuerpo que no sabían que me podían doler. —Tome una de sus manos y la estreche, para transmitirle mis fuerzas, odiaba tener que verlo así.