Capítulo 34

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Capítulo 34

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Capítulo 34


No sabia como sentirme, había sido la semana más estresante de mi vida e incluso podía asegurar que nunca había tenido tanto miedo antes, pero había logrado escapar, no se ni como pude tener la cabeza fría y pensar en un plan de escape, pero solo pasaba por mi mente el bienestar de mis bebes, que tenía que salvarlos de ese loco y lo había logrado.

Estaba agotada, así que de camino a casa me quedé dormida en el hombro de Aaron, que no me quería soltar por nada del mundo, como si en algún momento me fuese a escapar, podía apostar que sí tenía ese miedo.

Al llegar caminé casi que medio dormida a la cama y simplemente me quedé dormida de vuelta, estaba tan cansada, habían sido noches pesadas con sueño ligero, con miedo de que Jackson quisiera algo más que simples besos, por primera vez en siete días dormí tranquilamente. 

Al despertar estaba sola en la habitación, pero desde mi cuarto —en el segundo piso de la casa— podía oler el aroma de huevos revueltos y tocino, Aaron estaba preparándome el desayuno. Dios lo amaba tanto, siempre estaba allí para consentirme y sabía que los próximo días mis tres hombres me tratarian como si fuese de cristal y por primera vez en mi vida me iba a dejar.

Me levanté con algo de esfuerzo de la cama, ya que mi estómago cada vez estaba más grande, y fui directo al baño, necesitaba una ducha y orinar con urgencia, lo primero que hice fue lo segundo de la lista, luego entre a la ducha donde sinceramente perdí la noción del tiempo hasta que Aaron toco la puerta.

—Nena, ¿Estás bien? —su voz se escuchaba amortiguada por la puerta, pero se podía oír perfectamente la preocupación en su tono.

Siempre tan atento, siempre tan Aarón.

—Si, ya salgo —dije cerrando la llave de la ducha y agarrando la toalla para secarme el cuerpo.

Unos segundos despues sali con una toalla en la cabeza y otra cubriéndome el cuerpo, bueno casi, ya que mi panza sobresalía un poco, debía alistarme para ir a la comisaría, debía dar mi declaración, Jackson tenía que pagar por lo que nos hizo, porque si, yo había sido la secuestrada, pero todos los que amo sufrieron.

Aaron me observó, se veía preocupado y no era para menos, acababa de vivir un trauma, quizás estaba esperando que en algún momento explorara con alguna crisis de estrés postraumático, pero la verdad era que ni sabía cómo debía actuar, ¿debía llorar un poco más? no sabía, pero si era sincera conmigo misma creo que me encontraba en shock, me daba miedo estar soñando y que despertara otra vez en aquella cabaña.

Me senté en la cama y miré al suelo, cosa que me dio algo de risa, ya no lograba ver mis pies si no los levantaba, mis bebes estaban cada vez más grandes. Aaron, se acercó a mí y se agacho frente a mí y tomó mis manos con las suyas.

—Nena, ¿Segura que estás bien? —Algo que siempre me ha gustado de él son sus ojos, porque son demasiado expresivos y con solo una mirada era capaz de transmitirme todo lo que pensaba.

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