Capítulo 19
Aaron
El día había empezado de la mierda, y no porque me haya despertado tarde o algo así, sino porque al parecer nada me salía bien. La práctica había sido un completo desastre, el entrenador no hacía más que regañarme una y otra vez.
La verdad no sabía qué me pasaba, ya que simplemente las cosas no me salían bien, me sentía agotado y tenía un dolor de cabeza de muerte.
Cuando el silbato final sonó, sinceramente suspiré de alivio, eran las 11:45 AM, y ahora solo debía ir a comer, estudiar y luego ir a clase, era la parte fácil del día.
Por un segundo me quedé quieto en mitad de la pista para tomar aire, no entendía de dónde venía el dolor de cabeza y ese malestar en el cuerpo, pero simplemente me hubiera gustado ir a dormir, cosa que obviamente no podía hacer.
La encantadora voz del entrenador me hizo arrugar la frente, porque solo hacía que mi cabeza se sintiera peor, esa era la parte mala del hockey, aguantar sus gritos.
—Niñitas lloronas vayan a bañarse que apestan y espero que mañana si vengan con ánimo de ser profesionales —gritó el hombre y yo solo maldije, de todos yo era el que peor lo había hecho.
Me estaba deslizando para salir de la pista cuando la voz del entrenador me detuvo en seco.
—O'conelle ven un momento —suspiré pesadamente porque no tenía más remedio que ir y, sabía que era para otro regaño más, solo podía pensar que por ese día había tenido bastantes.
Con movimientos rápidos llegué frente a él que miraba unas anotaciones que había tomado durante las prácticas, luego levantó la vista y me miró.
—Dígame entrenador —dije al ver los ojos del hombre sobre mi, este me miró de esa manera que odiaba, cómo medio decepcionado y medio confundido por mi fracaso de hoy.
—Hoy has tenido un día de mierda muchacho. —Sinceramente yo me había dado cuenta solo, no hacía falta que me llamara a decírmelo, pero si le respondía eso sería mucho peor.
Así que a pesar de que deseaba mandarlo a la mierda porque no me sentía bien, le respondí lo más diplomático posible.
—Lo siento entrenador, mañana me esforzaré más. —El hombre me miró fijamente y eso me puso más nervioso, él tenía una capacidad extraña de ver a través de ti.
—Sabes que el partido del sábado es importante, así que ponte las pilas. —Yo solo asenti y suspiré, lo sabía, pero a veces simplemente se tienen días malos. —Ve a bañarte que apestas.
Aproveche y prácticamente me fui corriendo de allí, ya quería salir de la pista y necesitaba olvidarme un rato del hockey para no sentirme tan mierda.
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Faceoff
Любовные романыSerie: Una noche Libro #1 Aarón estaba perdido; tenía que elegir: decepcionar a su padre o decepcionarse a sí mismo. Rose nunca pensó encontrarse en esa situación, quizás en unos diez años, pero no a esa edad y no con él estupido capitán del equi...