Capítulo 29
Aaron
El proceso de adaptación de Rose a su nueva realidad no fue fácil para ella, de hecho creo que no fue fácil para ninguno. Verla triste era un golpe duro que tuvimos que enfrentar por un largo tiempo, pero poco a poco la sonrisa real volvió a aparecer en sus labios y me hizo feliz haber sido su apoyo durante todo ese tiempo.
Habían pasado un mes desde que me había mudado a la casa de los Pierce, se me hacia tan extraño estar dentro de un ambiente familiar, desde la muerte de mi madre las cosas en casa nunca volvieron a ser las mismas, era ella la que se esforzaba por que todos convivieramos, ese no era el fuerte de padre.
Por ello me era extraño ver tanto apoyo y amor de una familia que me había adoptado como uno más de ellos sin preguntar nada, solo decidieron quererme. El señor Ronald era el mejor padre que hubiese visto alguna vez, era de ese tipo que llegaba de trabajar y se sentaba contigo a preguntarte como te fue en el día, eso no era lo impresionante, si no el hecho de que de verdad te escuchaba y te daba consejos, era el mejor.
Por otro lado ya Rose rondaba los cuatro meses, o sea unas diecisiete semanas. En teoría había pasado los meses de riesgos, pero su embarazo era múltiple, así que realmente no iba a salir de esa etapa.
Las náuseas y vómitos habían disminuido un poco, pero seguían apareciendo de vez en cuando, ambos odiabamos eso, pero estábamos aprendiendo a vivir con ese hecho.
Pero lo más relevante de todo, era que ya se le estaba empezando a notar el embarazo. No sabía que me haría tanta ilusión ver como iban creciendo mis hijos, pero la verdad era que si, me daba muchísima y ver cómo su estómago poco a poco iba tomando forma era maravilloso, por alguna razón no podía dejar de tocarlo.
A ella no le encantaba porque sus pantalones habían dejado de quedarle y según sus palabras se sentía muy pesada, y eso que apenas tenía una pequeña hinchazón, ambos sabíamos que más adelante sería mucho más difícil.
Como dije mis manos siempre querían estar frotando su abdomen y esa mañana estaba abrazándola de manera algo posesiva, pero era que me encantaba tenerla solo para mi.
Cuando me mude, tenía miedo de que no nos llevaramos tan bien como veníamos haciendo, pero creo que éramos compatibles en todas las fases ya que no fue complicado adaptarse a la rutinas del otro, aunque ella aún seguía refunfuñando cada vez que sonaba mi despertador a las cuatro de la mañana —tuve que pararme una hora más temprano ya que estaba algo lejos del campus —, se veía hermosa con el ceño fruncido y de mal humor, pero igual se levantaba y me acompañaba al auto cada mañana para despedirse de mi.
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Faceoff
RomanceSerie: Una noche Libro #1 Aarón estaba perdido; tenía que elegir: decepcionar a su padre o decepcionarse a sí mismo. Rose nunca pensó encontrarse en esa situación, quizás en unos diez años, pero no a esa edad y no con él estupido capitán del equi...