Capítulo 48

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Capítulo 48 Aaron

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Capítulo 48
Aaron

Toda mi vida creí que el momento que más me daría felicidad en mi vida sería cuando por fin pudiese cumplir mi sueño: ser fichado y trabajar en lo que amaba. Y si, fuí feliz cuando lo logré, pero estaba equivocado en algo, no fue el momento más feliz de mi vida.

Ese premio se lo llevó cuando los vi por primera vez, no tengo palabras para describir cómo me sentí, miles de sensaciones me inundaron, pero las más grandes fueron felicidad y orgullo, yo había hecho a esos dos seres tan hermosos.

De una manera poco ortodoxa había logrado crear a la familia que nunca soñé pero que ahora me doy cuenta que siempre quise. Nunca había considerado la opción de ser padre, porque para mí era algo malo, teniendo de ejemplo a mi propio padre y los años que le escuché quejarse de todo lo que había sacrificado por nosotros lo veía como algo que no era para mí, pero ahora me doy cuenta que amaba serlo.

Amaba ser padre y solo tenía unas cuantas semanas con el trabajo. No era tan tonto como para creer que siempre sería fácil, pero no me daba miedo a lo que podría pasar.

Alan, estaba durmiendo en mi pecho plácidamente, eran tan pequeño a mi lado, parecía en paz cada que lo sostenía. Aún no me acostumbraba a la rutina, pero lo estábamos haciendo lo mejor que podíamos, Rose era una madre excelente y hacía todo este proceso mucho más fácil.

Adam, estaba acostado en la cama a mi lado también plácidamente dormido, mientras yo le daba suaves palmaditas sobre su pañal, si dejaba de hacerlo, el consentido se quejaba, creo que en sus cortas tres semanas de vida ya me pueden manejar como les plazca; debo aprender a ser un poco más firme.

Por tanta calma me estaba empezando a quedar dormido justo en el momento que la puerta del baño se abre y Rose sale de allí con solo una toalla cubriéndole y el cabello empapado, se veía tan hermosa.

—¿Cómo haces para cada día verte tan hermosa? —solté como si nada, me gustaba alabarle, ya que sabía que en ese momento no se sentía plena en su cuerpo, pero para mí era hermosa.

Le habían quedado unas cuantas estrías y la cicatriz de la cesaría, su abdomen aún estaba algo abultado, pero poco a poco estaba volviendo a ser plano, podía entender el shock que estaba viviendo, pero también podría ayudar recordandole lo hermosa que era a cada segundo.

—Deja de decir tonterías que vas a despertarlos —respondió algo sonrojada, era incluso gracioso que fuese tímida conmigo, después de todo.

—No son tonterías, es la verdad —susurro porque Al, ya se estaba empezando a remover en forma de protesta.

—¿Ves? —dice con mirada suspicaz y rápidamente se viste con una pijama ligera, la verdad era que no tardarían en despertarse con hambre.

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