Capítulo 37
AaronHabía pasado un mes desde el dia que hicimos la revelación de sexo de los niños, sentía que el tiempo se estaba yendo volando y la vida seguia siendo un corre corre costante para mi. Tenía que levantarme temprano, ir a entrenar, luego a la universidad y después al trabajo.
Y aún así, luego de todo eso y estando agotado trataba de dedicarle tiempo a Rose porque lo merecía y lo necesitaba, quizás a mi me tocaban días agitados, pero a ella le tocaba algo mucho más difícil.
El embarazo desde el principio le golpeó fuerte con malestares y dolores, ahora que su panza parecía dos sandías enormes, le era difícil hacer muchas cosas y con lo independiente que era Rose, sabía que estaba viviendo un infierno en ese momento.
La amaba, por no quejarse, por ser fuerte y por ser simplemente perfecta. Aunque solo tengo seis meses conociéndola y tengamos casi lo mismo de pareja, era extraño lo mucho que la quería, nunca me había pasado algo así, pero allí estaba, enamorado a más no poder, agradeciendo al universo por ponerla en mi vida.
A pesar del poco tiempo juntos, Rose era de las personas que más me había apoyado en mi vida, siempre motivándome a seguir mis sueños, si sentía que las cosas me sobrepasaban, ella siempre estaba allí para mí, de alguna manera mágica tenía las palabras correcta en todo momento, Dios cuánto la amaba.
Durante este mes estuve esforzándome casi que un doscientos por cien en las prácticas y en los juegos, de los tres que habíamos tenido, los tres los habíamos ganado, estaba confiado de que estaba haciendo el mayor esfuerzo posible para lograr firmar ese maldito contrato que se estaba haciendo de rogar.
Pero aunque estaba haciendo mi mayor esfuerzo eso no quitaba que aún me daba miedo fracasar, creo que todos en algún momento lo hemos tenido. En mi caso siempre pasaban los mismos pensamientos ¿y si no soy tan bueno? ¿Y si no lo merezco?
Pero creía en las palabras de Rose: "los miedos siempre van a estar allí, lo que tenemos que hacer nosotros es saber enfrentarlos" y era verdad, quizás nunca se fueran, pero no iba a dejar que me paralizaran, más bien iba a usar esos miedos para pelear más fuerte.
Era sábado y como la mayoría de mis sábados tenía partido, pero sinceramente estaba bastante acojonado, este sería mi último juego antes de que me dieran una respuesta definitiva de mi reclutamiento, había apostado todo a esta oportunidad, si fallaba debía empezar de nuevo con otra cosa, y rápido, porque tenía dos vidas más a aparte de la mía que debía mantener.
Estaba sentado en el banco de los vestidores, ya con mi uniforme puesto mirando mis manos, tratando de calmar mis nervios y proyectando mi próxima victoria, pero mis manos temblaban y joder enserio esperaba ganar o por lo menos destacar.
El banco a mi lado rechinó, haciendo que levantara la mirada para ver quién me había interrumpido en mi meditación, pero ahí estaba sentado Ryan, mirándome de forma seria, el tenía años conociéndome y estaba seguro que se había dado cuenta de que estaba cagado por lo que pasaría.
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Faceoff
RomanceSerie: Una noche Libro #1 Aarón estaba perdido; tenía que elegir: decepcionar a su padre o decepcionarse a sí mismo. Rose nunca pensó encontrarse en esa situación, quizás en unos diez años, pero no a esa edad y no con él estupido capitán del equi...