Capítulo 8

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Capítulo 8

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Capítulo 8


Aarón

La culpa era una perra desgraciada que me carcomía poco a poco, tenía dos semanas sin dormir bien, las dos semanas que llevaba con el conocimiento del hecho que destruiría mi vida.

Quizás era exagerado, un bebé no era el fin del mundo, pero luego recordaba que apenas tenía para la despensa de ese mes y sentía que el aire me faltaba, no podía con esto, simplemente no podía, estaba demasiado acojonado como para pensar con claridad.

Pero lamentablemente la culpa era una cosa seria, no me dejaba pensar en otra cosa aunque no estaba totalmente seguro de que fuese mío. Porque, vamos a ver, la conocí esa noche y lo hicimos en un jodido baño —una gran anécdota para contarle a tu hijo como fue concebido— que me aseguraba a mi, que no había hecho lo mismo con más tipos, o sea si era un pensamiento jodido y machista,  pero necesitaba opciones, así que pensar de esta manera me daba otras perspectivas, porque había un quizás no implícito allí.

Con toda la jodida locura del embarazo sorpresa esa noche olvide a Nina completamente, por lo que había llegado al día siguiente hecha una furia y digamos que tampoco estaba de buen humor, las cosas entre nosotros terminaron y no fue agradable todo lo que nos dijimos, no era la primera vez que terminábamos pero esta vez yo había decidido que fuese de verdad, habíamos entrado en un círculo vicioso que no nos hacía bien a ninguno de los dos.

Pero de cierta manera me sentía como si me hubiese liberado, si de verdad me amara no me pondría las cosas más difíciles, me ayudaría y me comprendería; y si yo la amara de verdad me dolería un poco este final, pero la verdad me siento aliviado, ese día descubrí que solo estaba con ella por costumbre o quizás atracción física, pero que ninguno de los dos nos amábamos de verdad.

Era lunes, habían pasado dos semanas en las cuales había perdido a mi novia y la consciencia no me había dejado dormir en paz, además el partido del sábado había sido un jodido desastre, mi mente no estuvo centrada en ningún momento.

Había pensado tanto y la verdad era que no sabía que debía hacer, hacerme responsable implicaba dejar el hockey a un lado, tenía que trabajar; los bebés no son baratos, mierda solo en pañales sería una millonada, ni hablemos de la universidad. Si, había tenido tanto tiempo en las noche que hasta en eso había pensado, como carrizo le pagaría la universidad a alguien si no podía ni pagar la mía.

Ryan tampoco era de mucha ayuda, me veía como si tuviese alguna enfermedad terminal o algo por el estilo, solo quería romperle la cara, quizás así me desahogaría de todo la frustración y coraje que sentía, no podía creer que una simple decisión que parecía inofensiva, colocara toda mi vida de cabezas.

¿Cómo yo iba a ser padre? Si era un desastre, y digamos que aún dependo al cien por ciento de las decisiones de mi padre. Mierda, ese era otro tema, mi padre me iba a colgar de las pelotas.

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