Capítulo 47

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Capítulo 47

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Capítulo 47

Me dolía todo el cuerpo, mis ojos estaban muy pesados y no tenía ganas de despertar, nunca me había sentido tan cansada en mi vida.

Pero debía despertar, sabía porqué estaba así, un parto fuera como fuera te dejaba agotada, y pues no todos los días te abren.

Mis ojos se abrieron poco a poco, lo primero que ví fue a Aaron a mi lado con un bebé en brazos, y juró por lo más sagrado que mi corazón se derritió, era la imagen más hermosa que alguna vez haya visto. Él no se había dado cuenta de que lo estaba observando, era simplemente una imagen hipnotizante y difícil de que la pudiese olvidar alguna vez.

Un año atrás no sabía que era el amor, pero hoy puedo certificar que no solamente era un sentimiento, sino también una serie de acciones y momentos que marcan el corazón; ese momento era una gran muestra de ello.

No sabía a quién estaba sosteniendo si a Alan o Adam, pero de lo que estaba cien por ciento segura era que sería un gran padre por la manera en que lo miraba, era tan única, tan llena de amor, podía jurar que sus ojos brillaban observando al bebé en sus brazos.

—Hola —mi voz estaba ronca, quizás fue el frío del quirófano, solo recordarlo y mi cuerpo temblaba.

Cuando escuchó mi voz se sobresaltó un poco, pero automáticamente sus ojos volaron hacia los míos y me sonrío de esa manera que hacía palpitar mi corazón como una adolescente enamorada, quizás eso era, una chica enamorada del hombre perfecto.

Y sí, Aarón, tenía mil defectos, pero ante mis ojos todos ellos se convertían en virtudes en los momentos indicados, él era la persona correcta para mí, era lo que el destino siempre tuvo guardado para mí.

—Hola, nena ¿Cómo te sientes? —se acercó a mí, sentándose en una silla que estaba a un costado de mi cama.

Allí pude ver la carita del bebé, que ahora estaba un poco menos arrugadita, no podía creer que esa cosita tan diminuta había salido de mi, lo habíamos creado, era tan extraño pensarlo.

—Hola Alan —susurre mientras con esfuerzo movía mi mano para tomar la suya que apenas cubría uno de mis deditos, solo verlo y supe quién era. —Siento que un camión me pasó por encima.

—¿Cómo sabes que es Alan? —preguntó Aaron algo sorprendido y yo solo me encogí de hombros, quizás era por el hecho de que lo más seguro era que Adam siguiera en la incubadora o instinto, me gustaba pensar que lo segundo.

—No lo sé —resolví por responder y solo me sonrió como dándome a entender que era magnífica, eso me hizo sentir aún más afortunada.

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