Administre su decisión

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       Para fortalecer nuestra autoestima debemos vivir conscientes de nuestros valores y objetivos, respetarlos y no perder oportunidad para hacerlos valer. Por eso usted, cuando tome decisiones, debe hacerlo sobre la base de sus valores y objetivos. Si no lo hace así, su autoestima se verá afectada. Ahora bien, si todos los días nos enfrentamos a tomar decisiones puede suceder que una vez no nos sintamos muy fuertes y digamos que sí, cuando queremos decir que no. Para evitar esto, tome una gran decisión y adminístrela todos los días. Si usted quiere beber más agua y menos gaseosas, no se enfrente todos los días a la decisión de si tomar una u otra en el almuerzo. Tome una decisión que servirá para guiar su conducta, por ejemplo, puede decidir tomar gaseosa solo los días sábado y domingo. Entonces solo deberá administrar esta decisión: ¿Tomo gaseosa hoy?, ¿acaso es sábado o domingo? No, hoy es miércoles. Entonces no.

En la primera columna escriba una lista de objetivos o situaciones que exijan de usted una decisión. En la segunda columna escriba la decisión que guiará su conducta. Esto es muy importante, tenga en cuenta que será una decisión que va a respetar siempre. Siempre, sin excepciones. Si usted puede comprometerse consigo mismo, se encamina sin duda hacia una autoestima indestructible.


Ahora le darpe varios ejemplos: Primero pensaremos un objetivo o situación y luego la decisión que guiará su conducta. Veamos. 


Situación: Durante todo el año pasado, la directora me llamaba a cualquier hora para pedirme cuentas sobre una cosa u otra. Lo hacía incluso cuando yo estaba de licencia.

Decisión: No voy a dejar de atender llamadas de la escuela, pero voy a atender en el momento que pueda y quiera hacerlo. Voy a priorizar mis necesidades y primero me voy a preguntar ¿es momento apropiado de llamar?,¿quiero atender?, ¿puedo atender?


Objetivo: Quiero que mis alumnos me entreguen todos los trabajos prácticos porque todos son importantes para la apropiación del contenido de mi espacio.

Decisión: No voy a aprobar a un estudiante que no entregue todos los trabajos prácticos. Por más que me haya entregado 9 de 10 trabajos pedidos. Voy a valorar mi esfuerzo al diseñar esos trabajos prácticos y voy a ser un mejor docente enseñando responsabilidad. Debo preguntarme, ¿no es valioso el trabajo que diseñé?, ¿qué valor tiene lo que digo si yo mismo no lo respeto?


¡Anímese a pensar sus propios objetivos o situaciones y las decisiones que lo guiarán! ¡Sé que puede hacerlo!

El libro de oro del Docente ¡Conviértase en un docente extraordinario!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora