La palabra sentido viene del latín sentire, y significaba tanto la acción de percibir algo a través de los sentidos como de la decisión que se tomaba luego de reflexionar sobre esa información. Es una palabra de significado complejo en cierta manera, pero una de sus acepciones tiene que ver con la dirección ¿Cuál es el sentido del viento?, preguntan los marineros cuando quieren saber hacia desde dónde sopla la ráfaga que empujará las velas. Hablamos del sentido de las agujas del reloj cuando queremos indicar hacia la dirección en las que se mueven. Las calles corren en un sentido o en ambos, decimos cuando queremos expresar que los vehículos transitarán en una dirección o en ambas. El hombre ha buscado, desde el principio de los tiempos el sentido de la vida. Es una de las preguntas clásicas de la filosofía y tal vez hoy todavía se ensayen respuestas para este interrogante. Hay autores, como Michel Foucault que niegan el sentido, el filósofo francés fue muy tajante y dijo que la vida no tiene ningún sentido, que las personas trataban de darle un sentido al conjunto de hechos que conformaban su propia historia. Realmente es una teoría tentadora, sobre todo por lo cómoda que resulta. Sin embargo, yo le propongo lo siguiente. Existe un libro llamado "El hombre en busca de sentido" donde Viktor Frankl -creador de la tercera escuela vienesea de psicoterapia y superviviente de los campos de concentración durante la segunda guerra mundial- escribe "(...)el significado de la vida, difiere de un hombre a otro, de un momento a otro, de modo que resulta completamente imposible definir el significado de la vida en términos generales (...) 'Vida', no significa algo vago, sino algo muy real y concreto, que configura el destino de cada hombre, distinto y único en cada caso. Ningún hombre ni ningún destino pueden compararse a otro hombre o a otro destino. Ninguna situación se repite y cada una exige una respuesta distinta (...)". Viktor llegó a esta conclusión en el medio del infierno de privaciones y precariedad de su tiempo de prisionero de los nazis, luego de haber perdido todo lo que lo conectaba con su vida anterior como médico psiquiatra y dar cuenta de que su cuerpo se estaba consumiendo a sí mismo por la falta de alimentos. Su mente razonó cuáles eran los motivos de cada prisionero para seguir vivo. El sentido de la vida, lo que dirigía la vida de cada uno de ellos, era distinto, fuerte e inexpugnable. Es esta y no otra la razón por la que decidí escribir este libro para usted. Y se lo voy a explicar.
Así como no tiene ganancia hablar de un sentido de la vida general para todas las personas, tampoco se puede pensar el sentido de la docencia en términos generales. Como le dije en un principio, antes de ser un docente, es una persona y si como docente tiene ciertas fortalezas o debilidades, se debe justamente a que son esas las mismas fortalezas y debilidades que tiene como persona. Escribí este libro para hablar con la persona, y luego con el docente. Escribí este libro para que usted se supere día a día como docente, pero consciente de que eso significa nada más y nada menos que superarse personalmente. Le confieso que, al investigar cada tema, yo también fui creciendo personal y profesionalmente. Pude revisar experiencias pasadas a la luz de lo que iba encontrando y no podía esperar el momento de ponerlo en palabras para que usted en algún momento de su vida se tope con este texto. Es increíble el material que necesité dejar rezagado porque si no, este libro hubiera sido casi infinito. Es incontable el número de personas que se sintieron llamados alguna vez a escribir algo para ayudar a los demás. Me debo a todos ellos. Pilas de libros que se amontonan ahora en mi casa, cientos de archivos en la computadora. Escribir este libro fue una de las aventuras más fascinantes de mi carrera como escritor. Pero bien, basta de hablar de mí. Le agradezco el tiempo que se ha tomado en leer esto que escribí para usted. Mi sueño es que mi libro ayude a todas las personas que pueda llegar. Y es precisamente de sueños que quiero hablarle en el último apartado. Recuerde las palabras de Viktor Frankl y cuando alguno de sus estudiantes haga la pregunta por el sentido de la vida, corríjale la pregunta. No debemos preguntarnos ¿cuál es el sentido de la vida?; debemos preguntarnos: ¿Cuál es el sentido de mi vida? Responda esa pregunta y de a poco tendrá todas las respuestas. Recuerde que un líder no es quien hace las preguntas, sino quien tiene las respuestas.
Le voy a contar la historia de un muchacho que trabajaba en McDonald'S y con mucho esfuerzo asistió a la universidad. Se graduó con honores en Princeton y a los 30 años ya era vicepresidente de un poderoso banco de inversiones de Wall Street y un día, sin mediar aviso, renunció ¡¿Por qué?! Para seguir su sueño. Jeff amaba los libros y estaba emocionado por el crecimiento de internet. Se le ocurrió la idea de una librería virtual para que cualquier persona con acceso a internet pudiera comprar el libro que quisiera, descargarlo en su dispositivo o pedir que se o envíen para poder leerlo cuando quisiera. No había nada así hasta ese momento. Su jefe le dijo que era una locura. Él le dijo que tenía razón. Es la historia del nacimiento de Amazon, una empresa que controla actualmente más del 45% del mercado de libros en papel y más del 90% del mercado de libros electrónicos. Hoy en día, Jeff Bezos tiene un patrimonio de 123.9 miles de millones de dólares. No me malinterprete, no es por el dinero, es por seguir su pasión, seguir sus sueños.
Tuve un amigo que soñaba con ser jugador de fútbol profesional. Jugaba muy bien pero muy pocos equipos vienen a probar jugadores en la provincia por lo que siempre me decía que quería viajar a Buenos Aires para probarse en Boca Juniors. Cierta vez estábamos charlando en mi casa, habremos tenido 14 o 15 años, cuando tocan el timbre y mi madre sale a recibir a un tío abuelo mío que se encontraba de visita en la ciudad. Era un hombre muy generoso, realmente. Había sido periodista y jefe de redacción de un importante diario argentino. Había vivido casi toda su vida en Buenos Aires y después de jubilarse, se dedicaba a viajar y a visitar familiares y amigos. Su nombre era Osvaldo. Bien, como se imaginarán, Osvaldo se sentó a hablar con mi madre, pero en cierto momento se gira para hablar con nosotros. Me dice "Martín y..., ¿ya sabés qué querés hacer cuando termines la secundaria?", "No, ni idea", le dije "¿Y vos pibe?", le dijo a mi amigo.
-Yo quiero jugar en Boca -dijo mi amigo-, pero tendría que ir para allá a probarme y quedarme unos días en algún lugar. Todo un tema.
- ¿Ese es tu sueño? -dijo Osvaldo.
- Sí, es mi sueño.
- Bueno, ¿cuánta plata necesitás para llevar adelante tu plan?
Se imaginan que mi amigo quedó mudo. No sabía qué decir. Lo que sucede es que no lo había pensado. Osvaldo sonrió y dijo "si es tu sueño, tenés que proyectarlo, tenés que planearlo y saber qué necesitás tener, qué pasos dar (...)". Osvaldo volvió a irse de viaje y la próxima vez que supimos de él ya había fallecido. Tenía 94 años. Es esto lo que quería decirles. Primero, piensen qué cosas realmente lo apasionan, qué les gustaría hacer. Identifiquen un sueño, una meta, un objetivo. Pero luego, inmediatamente, trabajen en eso. Proyéctenlo. Dibújenlo, saquen cuentas, emociónense de contarlo y alégrense cuando les digan "es imposible, es una locura", porque eso significa que es un sueño de verdad. La suerte existe, claro que sí, pero debe encontrarlo a usted trabajando.
Y eso es lo que estamos haciendo ahora, usted y yo, trabajando para superarnos. Ahora debo despedirme y estoy seguro de que nos volveremos a encontrar. Estaré atento por si me escribe y le deseo el mejor de los éxitos en su vida. Y como dijo el escritor Nicholas Sparks: esto no es un adiós, es un "gracias". Realmente, gracias.
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El libro de oro del Docente ¡Conviértase en un docente extraordinario!
Non-Fiction¿Te has preguntado alguna vez cómo mantener la atención de tus alumnos o qué hacer cuando parece que nadie valora tu esfuerzo como docente? Usted no está solo. En este libro, lo invito a un viaje donde no solo encontrará respuestas a esas preguntas...