No solo la visión está implicada en la autodisciplina, también debemos hablar del atributo de la predisposición a aprender constantemente. Es cierto que usted ya alcanzó un grado de conocimiento muy alto en ciertos aspectos de su docencia, pero no puede permitirse pensar que ya no hay nada que aprender. Y no hablo de modelos pedagógicos nuevos que tienen más de híbridos que de verdadera originalidad, y tampoco me refiero a aprender cosas que realmente no interesarán dentro de un tiempo. Hablo de que usted se mantenga aprendiendo. Hay dos historias muy interesantes que ilustran lo que le digo. Delano Roosevelt, el único presidente de Estados Unidos que fue elegido 4 veces para ese cargo, era un lector voraz y una persona que ostentaba siempre estar aprendiendo algo nuevo. Una noche, antes de dormir estaba leyendo como de costumbre, marcó la página y guardó el libro debajo de su almohada. Tuvo una hemorragia cerebral. Tenía 63 años. Lo último que hizo en su vida fue seguir aprendiendo. Otro caso: Jorge Luis Borges, a sabiendas de que su salud estaba cada vez peor y de que le quedaba poco tiempo de vida, contrató a un profesor para que le enseñara árabe. Quería leer Las mil y una noches en su idioma original. Cuando le llegó la muerte, ya había avanzado en esa lectura. Cada una de estas personas no dejó de aprender mientras vivieron, y sus historias inspiran a más de uno. Aun después de haber fallecido continúan influyendo en las vidas de miles de personas.
Usted puede y debe aprender de todo y de todas las personas con las que se relaciona. Como ya lo mencionamos en Haga esto y sus alumnos lo amarán, Emerson solía decir "no conozco a ningún un hombre que no sea superior a mí en algún aspecto", en ese sentido, usted puede aprender de todo el mundo. Para eso es necesario que deje de lado el orgullo, aprenda a admitir que hay cosas que no sabe y que puede aprender y no inclusive, sino, sobre todo, de un estudiante. Ernest Hemingway, premio nobel de literatura, decía "el secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad". Cicerón dijo una vez, "si quieres aprender, enseña", pero también debemos pensarlo al revés "si quieres enseñar, aprende" y no dejes nunca de aprender.
ESTÁS LEYENDO
El libro de oro del Docente ¡Conviértase en un docente extraordinario!
No Ficción¿Te has preguntado alguna vez cómo mantener la atención de tus alumnos o qué hacer cuando parece que nadie valora tu esfuerzo como docente? Usted no está solo. En este libro, lo invito a un viaje donde no solo encontrará respuestas a esas preguntas...