Javier era un alumno que tuve en un 4° año. Cierta vez que había reprobado un examen me preguntó qué podía hacer para aprobar el recuperatorio. Recuerdo que le dije que la pregunta no es lo que tenía que hacer, estudiar, es obvio...
-La pregunta es ¿cuánto tiempo voy a dedicar a estudiar para el recuperatorio? Usa el 5% de tu tiempo y aprobás con un 10, seguro – Arrugó la frente, inclinó la cabeza y me miró contrariado.
¿Nunca le pareció que usaba siempre la misma ropa? Es decir, tiene mucha ropa, pero en el transcurso de la semana, ¿cuántas prendas intercambia? Le aseguro que usa solo el 20% o menos de su ropa el 80% del tiempo. Ni hablar de los zapatos, mi esposa tiene algunos que usó una sola vez en la vida, la montaña de cajas de zapatos, mientras tanto, sigue aumentando. Y nosotros los hombres, además, le tomamos afición a dos o tres pantalones y un par de calzados. Es difícil negarlo. En 1896, Vilfredo Pareto descubrió que en Italia el 80% de las tierras eran poseídas por el 20% de la población. En consecuencia, el 80% de la riqueza la poseía el 20% de la población. Esto se llama el principio de Pareto o principio 80/20, según el cual el 20% de las acciones producen el 80% de los resultados. Y también que el 80% de los efectos solo se deben al 20% de las causas. Esto es todavía más drástico en la vida humana. Por ejemplo, si a un día de 24 horas le restamos las 6 para dormir nos quedan 18 horas de actividad. Qué sucedería si tan solo se dedicara a hacer una hora de ejercicio por día durante 18 meses. Usted se encontrará más delgado, más tonificado, con mejor ánimo y mejor actitud. En un mes usted habrá pasado 540 horas despierto y solo 30 horas habrán producido ese cambio. Y si lo pensamos en los 18 meses tendremos que usted estuvo despierto 9720 horas de las cuales solo entrenó 540 y ahora tiene un cuerpo magro, más sano y más fuerte. Usted habrá logrado el 80 por ciento de los resultados con menos del 20% de sus acciones. Exactamente el 5,5% de su tiempo.
La suma de pequeñas acciones puede lograr grandes resultados ¿Seguimos con las matemáticas? Einstein decía que la octava maravilla era el interés compuesto. Esta operación matemática se plantea de la siguiente forma. Si a usted le dan a elegir entre darle ahora 3 millones de pesos o darle una moneda de 1 peso y el doble cada día, durante 30 días, ¿Qué elegiría? Piénselo. 3 millones de pesos de una sola vez para hacer lo que quiera ¿Ya eligió? Yo elegiría una moneda de 1 peso y el doble cada día, durante 30 días. Al cabo de ese mes, tendré 10737418,24 pesos... casi once millones de pesos. Después los estudiantes se andan quejando de las matemáticas. Darren Hardy reflexiona que los pequeños efectos compuestos, las pequeñas acciones que hagamos, multiplicarán nuestros logros con el paso del tiempo. Unos ejemplos más y volvemos con Javier.
Hubo una vez un niño que a los 8 años aprendió a programar computadoras, lo había hecho en el club de informática de una escuela privada, y luego lo haría con una computadora prestada por unos estudiantes de la Universidad de Washington. Solo podía hacerlo entre las 3 y las 6 de la mañana. Fue muy sacrificado, pero se cuenta que no se perdió ni un día en hacerlo. Desde los 8 años de edad hasta su segundo año en la universidad de Hardvard, este niño, ahora ya un joven, había pasado más de 10000 horas de programación, por lo que ni siquiera había terminado sus estudios en Hardvard cuando fundó una de las empresas informáticas más influyentes e importantes que existen. Usted ya sabe que estoy hablando de Bill Gates y de la empresa Microsoft que fundo con 20 años, ¿Hacemos las cuentas? Bill Gates, al momento de fundar Microsoft tenía vividas 172000 horas, de las cuales solo empleó 10000 que lo llevaron a convertirse en el décimo hombre más rico de la historia de la humanidad. El 5,8% de su tiempo.
Ahora usted... ¡tómese su tiempo!, y explique a sus estudiantes que, si quieren tener éxito en sus exámenes y en la vida, solo deben dedicarle el mínimo de su tiempo. Y en cuanto a Javier, reprobó su ingreso a medicina, pero se está preparando para rendir nuevamente. Yo me pregunto, ¿cuánto tiempo le dedicará?
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El libro de oro del Docente ¡Conviértase en un docente extraordinario!
No Ficción¿Te has preguntado alguna vez cómo mantener la atención de tus alumnos o qué hacer cuando parece que nadie valora tu esfuerzo como docente? Usted no está solo. En este libro, lo invito a un viaje donde no solo encontrará respuestas a esas preguntas...