Existe una famosa técnica de programación neurolingüística cuyo nombre es anclaje. Consiste simplemente en evocar un sentimiento, una emoción, energía, un estado mental a partir de un estímulo externo. Jorge, un profesor de filosofía, me contaba que cierta vez fue a visitar a otro colega y que al salir ambos a fumar al patio trasero de la casa, sintió un fuerte olor a jazmín. En ese momento se petrificó y comenzó a llorar como un niño. Su madre había muerto hacía poco y una de sus pasiones eran las flores de jazmín que tenía en el frente de la casa. Mi esposa tuvo un horrible accidente en la ruta. Estuvo consciente mientras la camioneta donde iba volcaba sobre sí misma varias veces y siempre dice que le quedó "grabado" el sonido de las sirenas de la ambulancia. Ahora cada vez que andamos en el auto, cuando escucha el sonido de las sirenas de la ambulancia, se agarra del asiento, aprieta los labios y puedo ver cómo su pecho sube y baja al ritmo de la respiración agitada. Yo no puedo escuchar canciones de Queen sin recordar a mi padre; así como no puedo dejar de pensar en mi hija más grande cuando cambio de canal y me encuentro con la película Madagascar -yo estudiaba, veinteañero, mientras ella miraba una y otra vez la misma película, "otra vez pa..."-.
Existe un mundo interior y sus canales de acceso son nuestros sentidos. Todas esas evocaciones que le relaté son involuntarias, ¿qué diría si le aseguro que puede entonces hacerlas voluntarias? No me voy a detener en el proceso de hipnosis ni a ser muy técnico, además eso no es lo importante. Lo importante, es ¿cómo podemos usar esto en el aula? Emplee frases cortas para indicar el momento que necesita de la clase. En el ejército argentino, luego de dar una orden al grupo de soldados, se les dice la palabra "mar". Esto significa para el soldado que debe cumplir la orden, para lo cual no solo se predispone a hacerlo como le parezca. Implica un movimiento del cuerpo, enérgico, automático. El soldado durante su entrenamiento, llega hasta el punto último de su cansancio y entonces es cuando la instrucción militar lo "programa" para realizar lo que se le pide con todas las fuerzas que le queden. Hay muchas formas de realizar estos anclajes sin necesidad de hipnotizar a sus alumnos. Y yo le voy a mostrar varias de ellas.
Noté que mis estudiantes pasaban al frente a exponer, pero no se decidían a empezar "¿Empiezo profe?", "Sí, empiecen", y empezaban a exponer, y dos o tres atrás no se enteraban, yo les llamaba la atención, el ponente se interrumpía. Pensé..., ¿cómo puedo predisponer a todos a prestar atención? Cómo puedo programar a mis estudiantes para que al comenzar la exposición se confronten dos grupos, uno exponiendo y otro esperando la exposición. De manera que esto les sirva para todos los espacios y no solo el mío. Aunque usted no lo crea, encontré la solución un sábado que fui al cine a ver la película de los Vengadores- esa, la de superhéroes.
Bueno en realidad, no fue la película, fue lo que sucedió antes. Cuando faltaban 10 segundos para que la película comience, la pantalla se puso en negro y apareció el número 10 grande y en blanco. Una voz en off comenzó el conteo. 10, 9, 8, 7... Cada número acompañado de su imagen en pantalla. Un grupo de niños que estaban unos asientos más abajo siguieron el conteo entusiasmados. Muy entusiasmados. Eso es lo que yo quiero para mis estudiantes, me dije. Como el tiempo es tirano en el aula, solo realice el conteo desde el número 5. Todavía recuerdo la primera vez que lo empleé... "¡Presten muchísima atención porque ya va a comenzar la exposición del primer grupo, cuenten conmigo...! ¡Cinco... cuatro (...)" El conteo funcionó esa vez, ¡pero las posibilidades son ilimitadas! Prenda una luz roja, haga sonar una alarma -eso lo hice también, lo confieso, con el sonido de Kill Bill. Fue antes de darles un examen, estaban muy tensos, eso los ayudó mucho-, use un silbato, muestre carteles con los números, designe a un contador... en fin.
Hay mucho más que decir sobre el poder de los 5 segundos, como lo llama Mel Robbins, y sobre cómo la técnica del anclaje le puede servir a usted para mejorar su vida también fuera del aula, pero eso lo veremos en la tercera parte del libro.
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El libro de oro del Docente ¡Conviértase en un docente extraordinario!
Non-Fiction¿Te has preguntado alguna vez cómo mantener la atención de tus alumnos o qué hacer cuando parece que nadie valora tu esfuerzo como docente? Usted no está solo. En este libro, lo invito a un viaje donde no solo encontrará respuestas a esas preguntas...