ØCamine erguido, no se jorobe. Mantenga los hombros hacia atrás. Levante la vista y luego de hacer contacto visual nunca mire para abajo, mire al costado o al frente. Recuerde, no mire para abajo, mire al frente alzando levemente la barbilla.
Ø Cuando dé una orden, dé dos y hágalo sin pedir disculpas expresando la acción como si no hubiera otra posibilidad más que obedecer. Por ejemplo: no diga "disculpá, ¿podrías bajar la voz?", diga "Vas a bajar la voz y te vas a comportar". Dé dos órdenes porque entonces el esfuerzo y la resistencia de la otra persona se sentirá dividida y confundida, y será más fácil lograr que obedezcan lo que se les pide.
Ø Cuando hable con una persona, pasee su mirada entre su frente y los ojos, eso dará la sensación de que usted es mucho más grande que su interlocutor. Tómese tiempo para responder y si empezó a hablar, no se detenga hasta que termine de decir lo que tenía que decir. Haga esto, aunque lo intenten interrumpir. Si al terminar de hablar su interlocutor insiste en interrumpirlo y no dejarlo hablar, use las palabras "me vas a escuchar y me vas a entender" y luego repita lo que había dicho.
Ø Cuando salude con la mano, aprete fuerte, mire de frente, busque los ojos de la otra persona, si los rehúye no insista, algunas personas no soportarán la seguridad en su mirada.
Ø Cuando le pregunten algo, tarde en responder. Maneje el tiempo de la interacción. Hágase esperar. Quien hace esperar demuestra poder. Cuando deba decir "no", dígalo fuerte, sacando el aire y acompañe la palabra con un enérgico meneo de cabeza.
Ø Usted será quien termine las conversaciones, se irá del lugar o simplemente a un estudiante le dirá "se terminó" y no hablará más del tema. Si un alumno lo ataca verbalmente, maneje sus emociones, espere un momento y camine hacia él y quédese parado a cierta distancia, busque los ojos del estudiante y diga "vas a repetir lo que dijiste", lo más probable es que no lo haga. Y si lo repite y es ofensivo, usted continuará con la clase y luego arbitrará los medios para sancionarlo. Pero recuerde, nunca se ofenda. No demuestre a sus estudiantes que está enojado. Y lo ideal: no se enoje. No se lo tome personal. Si es así, vuelva a leer más arriba por qué se ofende la gente. Y después, haga el ejercicio que sigue a continuación.
Ø No diga que sí automáticamente, tómese tiempo para pensar si quiere invertir su tiempo y energía en lo que le proponen. Siempre tenga presente que tiene derecho a tomarse ese tiempo y nadie lo puede obligar a apurarse para tomar una decisión. Si ya dijo que sí, vuelva sobre la persona y diga "te dije que sí, pero mejor lo voy a pensar y te aviso". Sin explicaciones
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El libro de oro del Docente ¡Conviértase en un docente extraordinario!
Não Ficção¿Te has preguntado alguna vez cómo mantener la atención de tus alumnos o qué hacer cuando parece que nadie valora tu esfuerzo como docente? Usted no está solo. En este libro, lo invito a un viaje donde no solo encontrará respuestas a esas preguntas...