Capítulo 8: Vulnerable

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Ella estaba parada frente a mí con solo un pantalón de hacer deporte que le venía demasiado ancho. La sudadera de Jungkook cayéndole como si fuera un vestido de Gucci y su melena castaña alborotada por la brisa de la lluvia. No podía existir una criatura más hermosa y perfecta en la faz de la tierra y yo estaba allí contemplándola como un completo idiota.

—Yo… lo siento…

—¡Espera! —casi le grité. Tenía que levantarme pero me temblaban las piernas. Mi corazón latía descontrolado. Ella se giró lentamente con una pregunta escrita en su precioso rostro.

—Quédate… otro poco…

Fue lo que alcancé decir. Una basura de petición pero pareció suficiente para ella. Le hice espacio en la banqueta para tenerla más cerca. Lo cierto es que moría de ganas por sentir su aroma a canela y muy en el fondo le debía una disculpa.

—No sabía que tocabas ¿Cómo se llama? —miró las partituras como si fueran algo de invaluable valor. No pude evitar sonreír.

—Es el tercer movimiento de la Suite Bergamasque—ella frunció el ceño y casi rio a carcajadas—El Claro de Luna de Debussy.

—No soy ignorante, pero tú como que le hiciste una versión. En Crepúsculo no sonaba así.

—Quizás el hecho que no sea un vampiro lo explica todo.

—La piel de medio muerto no te falta. Oh…lo siento…No quería…

No pude evitarlo, verla ruborizada me hacía sentir como un niño travieso de diez años. Su cara se puso toda roja cuando me reía carcajadas.

—No juegues de esa forma conmigo. Me asustan tus cambios de ánimo—se quejó haciendo un puchero. Tuve ganas de abrazarla y callarla con un beso. Joder, sus labios se ven demasiado deseables a decir verdad.

—Supongo que debo decir Touché—puse mis manos sobre las teclas. No era conveniente pensar en labios teniéndola tan cerca. Al menos no sin disculparme.

—Nunca habría adivinado que tocabas el piano o sabías francés.

—Sí, solo dos o tres palabras y con un acento terrible.

—Yo lo encuentro adorable.

Y otra vez ese silencio electrizante en que lo único que puedo pensar es en probar tu boca.

—Admiro mucho a los que pueden tocar cualquier instrumento, pero sin dudas los que crean música si tienen una tarea difícil. Yo sería fatal. Ahora mismo me pregunto qué significan todas esas notas y como se traducen sobre las teclas…

—No es tan complejo si le dedicas el tiempo suficiente. Además cuando se ama de verdad las horas son lo de menos.

—Supongo que es cierto. Tú debes amar mucho este piano—ella se puso un mechón de pelo detrás de la oreja, yo morí más por dentro.

Creo que lo amo tanto como a ti. Detente ahora mismo estúpido.

—¿Quieres que toque otra? Aprovéchame mejor amiga de Kookie, mi buen humor no dura mucho.

—No presiones Sugar, es una decisión importante…bien no te vayas a reír. No es nada tan clásico ni tan sofisticado como tu Claro de Luna pero quisiera oír Faded en tus manos…la canción de Alan Walker…

—No vivo bajo una piedra…Tienes permiso para suspirar y apoyarte en mi hombro mientras interpreto.

Esperé una palabra sobre ese pequeño atrevimiento pero en su lugar sentí como ese aroma a canela se impregnaba en mi hombro logrando diluir cualquier rastro de ansiedad o tristeza.

•INCO13PLETE •© MYG#1BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora