Capítulo 41: El niño de los cerezos

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5/7- Maratón

🐱


Hace una semana, Dominio Bangtan

(Casa de los chicos en idioma Taehyung)

—Hola gente—saludé de camino a la encimera de la cocina. Algunos solo asintieron.

Suga emitió un extraño gruñido que equivalía a buenos días y Jungkook levantó una mano sin dejar de teclear en su teléfono. Ciberadicto.

Aun así tenía que intentarlo. Desde que la hermosa amiga de la mejor amiga del maknae... Sé que suena extraño pero eso son los hechos... Bueno, pues desde que ese torbellino de adorables ojos castaños apareció en medio de la sala de estar no he podido dejar de pensar en ella.

Sé que lo que tramo hacer podría tildarse hasta de ilícito. Un poco espeluznante en mi opinión, pero la única persona en esta casa que tiene acceso al número de la susodicha es el maknae, por eso…

—Kook, necesito tu ayuda con mi cuenta de Snapchat.

Enseguida el aludido me dirige toda su atención. La idea hasta ahora sigue pareciendo buena.

—¿Qué problemas tienes con el Snap, si casi ni lo usas?

Buen argumento. Vamos, Tae, piensa.

—Me olvidé la contraseña y como tuve que actualizar ahora no puedo entrar.

—Ya, trae acá.

Me pego casi literalmente al castaño. Después de recibir un par de críticas le da reverso a mi estrategia. Ahora viene la segunda parte.

—Préstame tu teléfono para copiar la configuración, por si se me vuelve a olvidar.

—Pero si acabo de resolverlo…

—Ya, cállate y obedece a tu hyung…

El chantaje emocional funciona y Kookie me pasa el teléfono. Ah, qué fondo de pantalla más cursi. Si está tan obsesionado con su mejor amiga por qué no se declara de una vez. Bueno a lo que importa, abro los contactos y busco Wang con desesperación.

Al lado tiene puesto “la pesada”. Que descaro, cómo ella podría ser pesada con esos ojazos hermosos. Termino de copiar el dato y le devuelvo su cursi y azulado teléfono al maknae.

—Gracias—sonrío triunfante y antes que pueda decir algo corro escalera arriba.

Una vez en mi habitación entro a WhatsApp y continúo con la otra parte de mi loca idea.

Creo otro perfil que llamo “Tu Admirador Secreto”. Sé que suena demasiado patético, pero no puedo irle con algo como “tu sexy chico enamorado” o “la sonrisa más bella de Asia”, entiéndanme. Me hormiguean los dedos mientras copio el primer mensaje.

Llevo desde esa noche escribiendo notas como un desquiciado pensando en ella. Quizás mi próxima canción lleve su nombre. Ya para y concéntrate. Reviso mi obra maestra:

«Esta mañana he decidido tener valor y encontrarte a ti. No tuve que verte necesariamente, ya estás grabada en mi mente con seguridad, ahora espero que tengas piedad y me des permiso para guardarte en mi corazón. Ten un hermoso día.»

Sí, está bastante bien para empezar. Le doy enviar y me quedo mirando las líneas azules como un estúpido. Sí ni siquiera está conectada…y si piensa que soy un acosador o peor un asesino en serie…uno nunca sabe y menos en internet. No me da tiempo de comerme más la cabeza cuando el tono de nuevo mensaje me sorprende. Casi me caigo de la cama. Solo ha puesto un emoticón en forma de corazón.

¿Qué significa? ¿Lo acepta? ¿Lo odia? ¿Le gusto?

—¡Rayos, voy a morir de un infarto!

—¿Estás bien?

Es Jimin asomado a mi puerta, sigo con la mala costumbre de no cerrar. Abrazo mi celular como si fuera algo muy preciado.

—No han subido el capítulo del fic que estoy leyendo y el último estaba tan bueno que me dejó en ascuas por eso…

—¡Vale, vale, vale! Ya me voy.

Bien pensado Tae, tu cerebro hoy podría ganar un Nobel. Respiro con normalidad y cierro la puerta de mi habitación, por lo visto no me alcanzarán las frases en el cuaderno para conquistar a mi muñeca.




After Party, después de la Jungkookexplosion

Camino entre la gente como lo haría un ciego, por unos instantes mientras estaba en el escenario me pareció identificarla. Quizás fue mi imaginación que se está pasando de listo pero después de la explosión del maknae, todo se descontroló.

Me dejo caer sobre los brazos de un sofá donde la gente no duda en demostrarse amor. Solo son las once, por favor, no es para estar tan ebrio aun. Me quito la máscara y retiro el pelo de mi frente. Dónde estás muñeca.

Parece que me respondieran, una figura envuelta en un vestido plateado choca con el enmascarado que pretendía tomar una copa. Oh, no. Mejor voy ayudarla antes de que esto también se salga de control.

—¡Mira por dónde caminas! Vaya patosa—le dice el chico y estoy a punto de meterme en medio cuando oigo su hermosa voz.

—Patosa será la arpía que cuelga de tu brazo. El que me debe una disculpa eres tú.

—¿Qué has dicho?

Ya, es ahora o nunca. La tomo del brazo y consigo interponerme entre ella y el cabreado tipejo. Al principio se resiste pero luego parece pensárselo mejor cuando nuestras miradas se encuentran. Parece una princesa de un jardín japonés.

—¿Tienes algo que decirle a mi chica? —enarco un ceja y el tipo se queda con la boca abierta. Sí, es Kim Taehyung al rescate, en vivo y en directo. Di algo si puedes idiota.

El tío ni siquiera contesta, se da media vuelta y se lleva a su acompañante de paso.

—¡Eso ha sido genial! ¡Gracias!

Me giro para encontrar una perfecta sonrisa que consigue alborotar más mis hormonas. Qué no son las mujeres las que pasan por ello, por qué tengo una reacción en cadena cuando estoy a su lado. Ya deja de verla así, tonto, di algo.

—Soy…Tae…Digo Kim Tae-Taehyung

¿Tartamudeo? ¿Es en serio? Podría abofetearme ahora mismo, me lo merezco. Mei Lin se quita su plateado antifaz y ahora tengo acceso completo a su rostro. Mira esos labios, piden a gritos que los pruebe. Muerdo mi labio inferior, aun la sostengo por el brazo. Es solo…

—No, no eres Kim Taehyung…

Debo tener la apariencia de un meme de esos que dicen no me jodas ahora mismo. Mei Lin deja que su pequeña mano resbale hasta la mía antes de volverme a mirar.

—Eres mi admirador secreto. El niño de los cerezos.



•INCO13PLETE •© MYG#1BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora