La lluvia cubre Seúl, todo está silenciosamente mojado y me pregunto cuánto tardará en amanecer. Debería estar cansado pero el efecto es todo lo opuesto.
Sobre mis rodillas descansa una melena oscura como el azabache. Issabelle ha vuelto a hablar en sueños y yo me he contentado con apartar los largos mechones de cabello de su frente. Suspiro y entrecierro los ojos.
El día se me ha ido volando a su lado, como parece ser la norma. Me culpo en silencio por no tener el valor de formular la pregunta correcta. Tantas veces he escrito sobre ese caprichoso sentimiento que se ha repetido en cada generación, que ha levantado pueblos y arrasado ciudades y al final he comprendido que no lo conozco en absoluto, justo como trato de conocerme a mí mismo.
Cuanto de psicología y paciencia debo invertir para solo acercarme a un átomo de la estrella. Es frustrante y delicioso a la vez, tan mágico como peligroso, tan vivo y cambiante como la muchacha morena que dormita sobre mi regazo, dulcemente arropada por el sueño de los inocentes.
Quizás yo también pueda encontrar algo de paz en esta hora gris. Cierro los ojos completamente. La lluvia sigue golpeando el cristal de las puertas y ventanas. Deseo que también deje de llover dentro de mí.
Despierto asustado, algo o alguien me ha golpeado en medio de la frente. Creo escuchar la voz autoritaria de Issabelle en la distancia. Me tallo los ojos y el espectáculo no puede ser más rocambolesco.
—¡Miguel! ¿Cuántas veces tengo que decirte que no golpees a Nam?
Sí, muy buena defensa contando que no pierde oportunidad para hacerlo. Ni que yo fuera a intentar propasarme con su hermana. Pero qué diablos digo, es un niño de diez años. Despierta de una vez tonto.
—¿Qué hacías los dos dormidos en el sofá? Que mamá y papá se hayan ido al cielo no significa que puedas dormirte encima de cualquiera. Soy tu hermano….ay…
—Pequeño demonio…Quien te dijo que estábamos haciendo algo malo. Ni siquiera sé cómo terminé durmiéndome en el sofá. Vamos discúlpate con Nam.
Sabía que se iba a quejar otra vez, pero tener la mano de tu hermana mayor en una oreja es incluso atemorizante hasta para mí. El pequeño diablillo iba a echar otra de sus falsas disculpas cuando me levanté del sofá.
—Déjale en paz, el chaval tiene razón. No me gustaría ver a mi hermana pequeña dormida sobre ningún otro chico, aunque que conste que fue accidental. Además, Miguel—me inclino hasta quedar casi nariz con nariz—pienso pedirle que sea mi novia ¿Me das permiso?
Ambos hermanos se miran como si acabara de plantear un enigma indescifrable. Veo el rubor cubrir las mejillas de Issabelle y me felicito internamente. He apostado por no pensar tanto y al final lo he hecho. Ahora dependerá de ella y de la suerte.
—Te doy permiso, me gustas más que Ryo.
—¡Miguel, que estoy aquí!
Sonrío abiertamente y le doy la mano al pequeño. Issabelle intenta torcer el gesto pero la sonrisa la traiciona. Nos miramos y la atmósfera gira 360 grados. De pronto no hay paredes, ni tiempo, solo nosotros y no sé en qué momento hemos olvidado la distancia, solo la voz del chico entre nosotros nos desconecta de lo que hubiera sido con seguridad un beso.
—Por favor, nada de cosas babosas en mi presencia.
—¡Miguel! —gritamos mi babe y yo al mismo tiempo, pero una carcajada acompaña el cortejo.
Decidimos preparar el desayuno cuando la puerta principal se abre. Un pálido Yoongi aparece en el umbral en plena discusión con Lena. Y ahora qué les pasa a esos dos.
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•INCO13PLETE •© MYG#1BS
Hayran KurguYoongi, Namjoon, Jin, Jimin, Taehyung, Hoseok y Jungkook son amigos desde que tienen memoria al punto de compartir la misma casa y apoyarse en las horas más oscuras, pero todo comienza a cambiar una vez que Jungkook les presenta a su nueva amiga y c...