Muerdo la goma de mi lápiz y me vuelvo a remover en la silla. Por qué no puedo dejar de pensar en lo de esta mañana. Me maldigo internamente y trato de tomar unas notas de lo que dice el profesor de Química Orgánica, la parte más dura del examen de la próxima semana.
Casi tengo encima los parciales y mírenme aquí deseando echar el tiempo atrás hasta el momento en que mi novio balbuceó algo en el asiento del pasajero de su coche mientras casi lo hacemos.
Diablos, el recuerdo solo logra estremecerme y muerdo mi labio inferior a fin de no maldecir en voz alta. Los minutos se deslizan con parsimonia y cuando todos se levantan hacer la reverencia que indica el final de la clase yo casi pego un bote del susto.
Camino atolondradamente por el pasillo. Esto me está matando. Entro a los servicios para chicas y compruebo que tengo la cara enrojecida. ¿Es que me ha pegado la fiebre como dice Issabelle?
Si fuera ella la que estuviera en mi lugar no se andaría por las ramas, ya estaría frente a él exigiéndole una respuesta o al menos preguntándole qué fue lo que murmuró contra mi cuello.
Mi teléfono parpadea sacándome de lugar. Miro la pantalla y suelto una maldición. La chica que ocupa el otro lavamanos me dedica una mirada asesina. Termino de lavarme las manos y salgo del baño. Otra vez me molesta el teléfono pero ahora con una llamada perdida.
Es casi la hora de almuerzo. Cómo diablos voy a verte la cara Kook si no puedo dejar de pensar en él. Apago el teléfono como última opción y tomo una decisión que quizás me recrimine más adelante.
Cruzo el patio de la universidad y el árbol en forma de corazón me saluda. Solo hace unas horas que estuve aquí con la polaroid en la mano y ya me parece un siglo. El recuerdo me deja embobada lo suficiente para chocar con alguien.
—Lo siento—decimos la chica pelirroja con la que acabo de arremeter y yo al mismo tiempo.
Su expresión cambia cuando me mira directo a la cara. Okay, ni que yo fuera un fantasma. No digo más nada y casi corro para alcanzar el autobús. Son veinte irritantes minutos pero consigo llegar a su casa al menos presentable. Me peino algunos mechones que se me han salido de la coleta antes de tocar el timbre. El corazón me va a mil mientras espero.
La puerta se abre al tercer timbrazo y aparece él con lo que supongo será un pijama. Voy a decirle hola, pero no tengo tiempo cuando tira de mí hacia el interior de la casa y solo sé que nos estamos besando como si no hubiera un mañana.
***
🐱+18
Ya estaba comprobado, tengo priapismo. Joder me he bañado tres veces con agua helada y no se me baja la puta erección. Maldita mocosa, por qué no la llamo para que me cure de una vez. Me pongo una almohada sobre la cara y aprieto los dientes.
Podría tocarme, pero no sería lo mismo, no ahora que ella lo ha hecho. Joder y mil veces joder. El timbre me hace dar un brinco en la cama ¿Qué no estoy solo? Claro tonto, tienes que atender. Y ahora quién carajo viene a joder. Arrastro mis pies escalera abajo. Ni siquiera me pongo unas pantuflas. Siguen insistiendo y estoy a punto de echarle una diatriba de maldiciones a la persona del otro lado de la puerta cuando mi mocosa de ojos azules aparece ante mí.
El corazón se me quiere salir del pecho. Qué se ha puesto. Es lo primero que pienso cuando miro las medias de rejilla que cubren sus pálidas piernas. La falda es más corta esta vez y el suéter rosa claro es la única nota inocente en todo el conjunto. No puedo más. La tomo por el brazo y mi boca toma la suya con demasiada hambre.
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•INCO13PLETE •© MYG#1BS
FanficYoongi, Namjoon, Jin, Jimin, Taehyung, Hoseok y Jungkook son amigos desde que tienen memoria al punto de compartir la misma casa y apoyarse en las horas más oscuras, pero todo comienza a cambiar una vez que Jungkook les presenta a su nueva amiga y c...