Capítulo 9: No importa

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—¿Tú levantado a esta ahora? Debo seguir soñando.

Ni siquiera me molesté en contestarle a la cara asombrada de Jin. Me acababa de caer un balde de agua fría encima. Aun sentía el aroma de ella sobre mi piel como un recuerdo vivo de que había dormido en mis brazos, de que mi secreto anhelo de probar sus labios se había cumplido para terminar en una pesadilla antes siquiera de despertar. Joder, era un verdadero mar de azúcar por dentro.

—Buenos días gente—dijo TaeTae mientras se sentaba a mi lado.

Yo seguí descubriendo cuántas marcas tenía la encimera de la cocina como si fuera algún deporte.

—¿Ya bajó Kookie? ¿Qué? No he dicho absolutamente nada.

—Debes dejar de lanzarle esas bromas al maknae... Todo el mundo no interpreta tu sentido del humor, Tae—dijo Jin echándole una mirada acusadora al rubio.

—Se llama ayuda voluntaria ¿No es así Yoong's?

Lo que faltaba, en serio este niño es más despistado de lo que parece.

—Tomaré mi café en Starbucks—dije antes de subir la escalera.

Dónde se habría metido ella. Ya era tiempo suficiente para que saliera de la habitación de Jungkook. A menos que... No, olvídalo Yoongi, no puedes tener tan mala suerte. A ella pareció gustarle, por la forma en que correspondía al beso, pero entonces por qué se cabreó cuando mencioné a Kookie. Mierda, mierda, si al menos las mujeres vinieran con un manual.

—Hey, hyung ¿Te encuentras bien?

Por lo visto Jungkook tenía poderes de invocación o algo por el estilo, aunque contando que yo estaba parado frente a su puerta en pleno análisis y divagación de las reacciones de la mocosa...

—¿Por qué no habría de estarlo?—contesté fastidiado directo a mi habitación.

Lo mejor sería tomar una ducha fría, aunque lo odiara necesitaba quitarme la sensación de vulnerabilidad que ella había dejado en mí. Luego cuando me tomara una gran taza de café negro sin nada de azúcar podría poner mis pensamientos en su lugar y dejar la histeria. Sí, eso sería lo mejor.

***

—¿Y cómo fue? Vamos, deja de darme esquinazo y desembucha de una buena vez.

—¿Para qué tengo una mejor amiga si no me apoyas en nada?

—Por la misma razón que debo enterarme sobre hasta el último detalle de tu vida sexual. Ya dime ¿Besa bien o no?

Por qué Mei Lin era tan cruel. No debería estar repitiendo ese maldito beso en mi mente, pero aquí estaba como buena samaritana sentada a la mesa de mi casa recordando el sabor de sus labios. Basta, soy una idiota. A estas alturas él debe haberse olvidado radicalmente de mi estupidez.

—Por ese suspiro de abstinencia debe besar como el demonio. Vamos cuenta, porfa.

—Has hecho el mismo gesto de Taehyung.

—¿Eh?

—Ya, besa genial, espectacular, jodidadamente bien, de los que te acorralan contra la pared y te susurran el mundo antes de dejarte medio noqueada, de los que te hacen perder la noción del tiempo y el espacio pero no olvidar lo que está pasando. Así que sí, besa como el demonio y no volverá a pasar.

—¿Siquiera te estás oyendo? Mírame, Len ¿Cuándo en la vida me he equivocado con esto?

Conocía esa mirada desquiciada en el rostro de mi mejor amiga. No faltaría mucho para que comenzara a decir que los astros, el karma, y que sé yo cuanta cosa del tarot predecía mi final feliz con él.

•INCO13PLETE •© MYG#1BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora